Apaga las Luces – Capítulo 19 (I)

Traducido por Shiro

Editado por Sakuya


No sabía cuán saludables eran las otras personas. El cuerpo de Mason Taylor estaba en buena forma. Naturalmente, tenía energía, fuerza y le gustaba ejercitarse, de lo contrario, no hubiese podido ser un mercenario.

Su deseo sexual también era normal, como el de cualquier hombre saludable. O quizás era un poco más elevado. Sin embargo, como no había mujeres cerca de él, o porque su trabajo era agotador, muchas de las veces solo jugaba con su mano o simplemente lo dejaba por completo.

Pero Haley, por otro lado…

—¿Cómo puede ser así este sujeto?

Mason, quien había abandonado el comedor como si estuviera huyendo de Noah cuando este le ofreció un poco de vino, se quejó y miró la parte inferior de su cuerpo.

¿Porque te pusiste cachondo?

Noah era malvado, pero Mason no era ningún niño. La broma no era lo suficientemente pesada como hacerlo ponerlo de pie, pero la verdad era que no podía permanecer ahí por más tiempo, porque la broma resultó ser cierta.

La noche anterior Mason se había sentido complicado a causa de las intenciones de Noah. Y también, como había pasado bastante tiempo desde la última vez que bebió, pensó que estaría bien y tomó una copa de vino de la mesa.

Ni siquiera bebió mucho. Tan solo una copa. Algunas personas beben una copa como medicina.

Después de terminar la cena, Mason se quedó dormido y despertó tomando una gran bocanada de aire, se sentía caliente. La temperatura de su cuerpo se estaba elevando, y el miembro entre sus piernas palpitaba, haciéndole sentir un cosquilleo en su interior.

¿Qué clase de cuerpo es este?

Mason estaba molesto, y usó su mano para correrse. Pero, por desgracia, frunció el ceño al ver que el pene se levantó justo después de eyacular. No era ni siquiera una droga, no obstante, una simple copa de vino fue como tomarse un paquete completo de viagra, sus muslos temblaban.

Se encontraba sentado en el baño, y después de masturbarse cuatro veces seguidas, le dolían los brazos, su pene le ardía y su cuerpo estaba cansado. Se sentía exhausto, pero sorprendentemente, su cuerpo seguía palpitando y su parte inferior se sentía pesada, como si le faltara algo.

Mason se puso nervioso y escapó al gimnasio. Entonces corrió en la caminadora por dos horas con un cuerpo que usualmente se cansa después de una sola, tras lo que durmió como si se hubiese desmayado. Sin embargo, cuando se despertó, suspiró al ver su ropa íntima empapada.

Antes de que se diera cuenta, Noah se había vuelto un visitante recurrente en sus sueños.

Según lo que él pensaba, si alguien poseía poca energía y mala salud, era pertinente que también tuviera un apetito sexual pobre. Asimismo, si usaban la energía para ejercitarse, deberían poder pasar un día sin masturbarse. Y que si había un día en el que se dejasen llevar por sus deseos sexuales, deberían poder dormir después de masturbarse una o dos veces. 

Creía que todos eran así.

Pero el cuerpo de Haley no lo era. Para alguien que quedaba agotado después de correr durante una hora en la caminadora, su apetito sexual explotaba todos los días como una hiena hambrienta.

Aun así, usualmente si se ejercitaba con locura hasta dejar agotado al cuerpo, nunca se endurecía al punto de no poder conciliar el sueño porque el trasero le cosquilleaba. No obstante, si añadía una copa de vino perdía el control de sí mismo. No sabía si era debido al vino o si otros licores también lo afectaban, pero no era algo con lo que quería experimentar. Temía que su cuerpo se pusiera raro y sentir cosas extrañas y libidinosas.

Un piercing entre sus testículos y su ano, una pared llena de pornografía y un consolador enorme junto a su cama; nada de esto era normal. Después de tratar su adicción al alcohol, uno de sus deseos era poder beber una lata de cerveza en su día libre mientras holgazaneaba en casa. Quizás ese deseo nunca se haría realidad.

Mason entró en el gimnasio deprimido y amargado, pero alguien lo llamó desde atrás.

—¿Sr. Hepson?

Era Phil, el cual, con expresión de cansancio, le preguntó:

—¿Le dio mi número a alguien?

—Ah. —Mason tomó el móvil de su mano y se disculpó con él—. Es Tony. Lo siento, mi teléfono estaba recibiendo demasiadas llamadas.

—Podría simplemente comprar uno nuevo. Estaba en medio de una llamada importante —dijo, suspirando.

—Estaba por hacerlo, pero… —le dijo Mason, clavando su mirada en él.

Phil parecía haber olvidado que después que la filmación terminó, ni siquiera lo dejó despedirse apropiadamente cuando le dedicó una mirada fulminante para que se subiera al auto. Mason incluso tuvo que pedirle permiso para llamar a Pitzroy, cosa que le tomó de dos a tres minutos. No había manera de que hubiese tenido la oportunidad de comprarse un equipo nuevo.

Este hombre es el culpable de que Noah Raycarlton mida su tiempo en minutos, incluso para comer un sándwich.

Diez años atrás, Mason había pensado que Noah era un joven tímido y callado, pero ¿quién lo convirtió en esto?

Phil agitó su mano indicándole que atendiera la llamada.

¿Liz? —Justo como esperaba, la voz de Tony emergió del auricular.

—Sí, ¿qué pasa?

¿Quién era ese hombre? ¿Por qué da tanto miedo? ¿Es un profesor o algo? —Hizo un alboroto.

—Ah… ¿Sabes? Es algo tarde. ¿Pasó algo? —Mason le dio la espalda a Phil y preguntó de nuevo.

Este es mi nuevo número. Anótalo. También compré uno para ti. Es muy lindo. ¡Te gustará! —Tony sonaba emocionado.

Por favor, que no sea un móvil rosado, rezó Mason en su interior.

—¿Y?

Ah, debido al itinerario del otro actor, no se filmará lo que originalmente se había planeado. Será otra parte, pero… Uh, no es una parte que tengas que ensayar, así que no te preocupes. Solo…

—¿No tengo que ensayar?

Eso es porque… —Tony parloteó un poco antes de recordar algo y decir de pronto—: Ah, cierto. Las cosas que me pediste te buscara.

—¿Las cosas que te pedí? —preguntó Mason—. ¿Te refieres a las cosas que te pedí?

Dos días atrás, después de mudarse repentinamente a la casa de Noah, le pidió a Tony que buscara la fotografía de su esposa e hija en su casa.

Sí, una fotografía y un bolso negro. No había tal cosa en tu casa.

—¿No encontraste la fotografía? Debería estar debajo de mi cama en mi habitación.

Eso me dijiste. Busqué cerca y debajo de la cama, pero no la encontré. ¿Estás seguro de que estaba ahí? —Tony además le comunicó que incluso buscó bajo la cama en la habitación de huéspedes.

—¿No estaba ahí? —preguntó de nuevo parpadeando varias veces, desconcertado.

¿Liz?

—No, no hay forma de que no estuviera ahí…

¿Acaso la tomaron los paparazzi? No puede ser. Entrar en casa de alguien bajo tantas miradas no es tarea sencilla, incluso para un paparazzi. Y aunque hubiesen tomado el bolso, la fotografía no les habría interesado.

—¿Qué hay de la caja fuerte?

¿La caja fuerte? Todo en orden. Nadie la vulneró. ¿Por qué preguntas todo esto? ¿Estás seguro que no la dejaste en otra parte? Eres olvidadizo. —Entonces Tony le pidió que lo reconsiderara con cuidado.

—Mira de nuevo con aten- —Comenzó a protestar Mason, pero se detuvo en seco en cuanto se dio la vuelta—. Sr. Hepson.

Phil lo miraba con perplejidad, y suspiró cuando el otro lo llamó.

—Tony, te llamo de nuevo luego.

—¿Eh? Está bien, no llegues tarde mañana… 

Mason finalizó la llamada antes de que terminara de hablar y le regresó el teléfono a Phil.

—Parece saber en dónde se encuentran mis cosas, ¿no es así?

El hombre tomó el móvil y suspiró antes de contestar:

—Sí, lo sé.

Mason cerró la boca y lo miró. El otro, por su parte, revisó la hora en su móvil por un rato y dijo:

—No estoy del todo seguro, pero… —Parecía estar excusándose en lugar de alguien—. Seguramente no tenía la intención de no devolvérselas. Solo se encargó de ello por usted. —Cuando el hombre trató de razonar con él, quedó bastante claro quién tomó sus cosas. Phil suspiró de nuevo, como si estuviera pasando por un momento bastante difícil últimamente y continuó—: Bueno, fue el Sr. Raycarlton. Después que lo dejó en el set con el helicóptero… 

⧫ ⧫ ⧫

El Sr. Raycarlton pasó por su casa por un breve momento y me parece que llevaba algo con él…

Mason recordó lo que Phil le dijo y reflexionó al respecto durante un largo tiempo frente a la puerta de la habitación de Noah.

¿Debería entrar o no debería? ¿Debería tocar o irme?

Parecía haber adivinado correctamente; fue Noah quien tomó sus cosas. Y aunque no sabía si había tomado algo más, era evidente que tomó las dos cosas que no le pertenecían a Haley: la fotografía y el bolso.

—¿Qué tanto sabe…?

Originalmente Mason pensó que no sería extraño que Noah lo supiera todo, pero en realidad, le daba algo de pánico verse enfrentado a este prospecto.

—No, es demasiado temprano para hacer un juicio.

Esas cosas una vez se las mostró en Nueva York. Por lo que no había nada extraño en que las recuperara. 

Está bien, encontró mis cosas en esa casa. No era algo que fuera difícil de hacer, pero… 

La pregunta es: ¿Por qué las tomó?

Mason se mordió los labios. A partir de ahí, sus pensamientos se bloquearon por completo. Era como si alguien estuviera tirando de él sin permitirle avanzar.

Desde que comenzó a ocupar el cuerpo de Haley, cada vez que Mason se ha encontrado con Noah no ha podido evitar preguntarse: ¿Por qué? ¿Por qué está Noah de pie frente a mi casa de Nueva York? ¿Por qué me ataca? ¿Por qué quiere saber si sigo con vida? Había pensado que quizás tenía un asunto que resolver con él. Sin embargo, las preguntas a las que no encontraba respuesta seguían incrementando, y no podía pensar en nada más.

Mason estaba acostumbrado a trabajar sin saber la razón. Fuese en una guerra, en una misión, era extraño que los altos mandos le dijeran la razón. Además, también sabía que conocer los detalles le daría un dolor de cabeza, por lo que nunca preguntaba.

En ese momento frente a la puerta de Noah estaba teniendo un debate interno. Si llamaba y buscaba sus cosas, ¿podría enfrentar las innumerables preguntas que había estado evadiendo?

¿De verdad necesito recuperar eso?, pensó malhumorado. Puedo hacer un nuevo pasaporte aunque sea difícil. En realidad, sería casi imposible usar un pasaporte falso con mi rostro nuevo. Mis ahorros son pocos, por lo que podría volver a juntar, y la fotografía de mi esposa e hija es…

Volvió a pensar en lo que les sucedió. Habían pasado diez años desde su muerte. Lo pasó mal y se sintió triste solo durante el mes previo a irse a Afganistán. Su cuerpo estaba exhausto y muchas personas murieron. Después de ver a familias asesinadas todos los días de forma más cruel que su esposa e hija, no pudo pensar en otra cosa salvo en sobrevivir.

Conservar la fotografía era la forma de Mason de pedirles perdón. Perdón por olvidar, por fingir estar muy ocupado sobreviviendo como para pensar en ellas. Temía olvidarlas, por lo que miraba la fotografía todos los días para recordarlas.

Han pasado diez años. Yo también morí. Nadie me llama Mason. ¿No sería mejor cortar los lazos y dejar las cosas así?

—No, no está bien. —Suspiró de nuevo. Abandonar todo de este modo no lo hacía sentir bien. Si él mismo se hubiese deshecho de la fotografía estaría bien, pero sentía como si se la estuviesen quitando a la fuerza.

Por otro lado, no había razón alguna para que se la quitaran a la fuerza…

Mason estaba cansado de murmurar para sí mismo como si fuese un demente frente a la puerta de Noah.

Ah, no lo sé. No es como si fuese a matarme. Aunque, si Noah de verdad intentara matarme, será más sencillo comprender la situación y actuar en consecuencia. Pero… ¿podría? No lo sé. De verdad, no lo sé.

Mason refrenó sus complicados pensamientos, llamó a la puerta y esperó a ver si escuchaba algún sonido en el interior.

¿Estará durmiendo? ¿Ya?

De hecho, era tarde. Eran más de las once cuando cenaron, así que no sería extraño que ya estuviese durmiendo. Sin embargo, llamó de nuevo.

¿Será que no está en su habitación?

Esperó un poco más y llamó otra vez, esta vez poniendo su oreja contra la puerta. Entonces escuchó un leve crujido.

Ponderó al respecto y con cuidado giró el picaporte. La habitación estaba oscura, y alguien se encontraba acostado en la cama. Mechones de cabello claros se veían sobre la manta. Parecía el cabello de Noah.

¿Está dormido?

Miró a su alrededor. Nadie se percató de su presencia. La videovigilancia estaba en funcionamiento, pero no era como si fuera a matarlo, por lo que no importaba.

Con cuidado, Mason entró en la habitación. Una vez en el interior, tuvo que depender de la luz de la luna que entraba a través de la enorme ventana para buscar sus pertenencias. Si Noah no le había explicado a Phil, era probable que hubiese dejado las cosas en alguna parte de su habitación. Una fotografía y algo de dinero. Posiblemente ninguno de los dos era de mucha importancia para él.

Mason miró Noah, el cual dormía en posición fetal y con la manta cubriendo hasta su cabeza, y pasó junto a él.

Entonces vio un bolso negro por el lado derecho de la cama, al lado de la mesa y debajo de la silla; reconoció su bolso de inmediato. A continuación, se movió un poco más de prisa, lo tomó y miró la pila de mantas que sospechaba eran Noah.

Parecía estar profundamente dormido, y Mason revisó el interior de su bolso con cuidado. Cuando abrió el cierre apenas un poco, vio que la fotografía, el pasaporte y el paquete de dinero no habían sido tocados.

Justo como dijo Phil, parecía que Noah se los regresaría… Mason chasqueó su lengua, puso el bolso en su hombro y se giró. De cualquier modo, tomó algo que no le pertenecía, por lo que, incluso si notaba la desaparición del bolso, no era como si pudiera quejarse o algo.

En comparación al largo tiempo que pasó debatiéndose frente a la puerta entre sí abordar la situación frontalmente o salir huyendo, todo se resolvió con bastante facilidad. Ahora, Mason pensaba salir de la habitación con cuidado y fingir que no sabía nada de esto.

Solo si no hubiese escuchado ese leve sonido.

Iba pasando junto a la cama de Noah cuando escuchó un sonido proveniente de la pila de mantas y giró su cabeza. En principio, no se había percatado de él, pero ahora que lo hizo, no paraba de escuchar el leve sonido.

Entonces, pensó que Noah podría estar despierto, y con rostro petrificado, dirigió su mirada hacia la cama.

Pero no estaba despierto. No había una mirada gélida que estuviera observando sus acciones. En lugar de eso, había algo extraño…

—Quizás… —murmuró mientras se acercaba en silencio a Noah. Cuando levantó el dosel, pudo ver el cabello de Noah debajo de las mantas. Entonces le tocó el cabello.

Justo como imaginó, el cabello rubio bajo la manta estaba empapado en sudor.

Ahora podía escuchar el leve sonido con mayor claridad. Era una respiración agitada mezclada con sollozos. El cuerpo bajo la manta estaba temblando.

Mason dejó escapar un largo suspiro.

¿Debería irme y fingir que no vi nada?

De cualquier modo, cuando Noah actuaba así, no era como si Mason pudiese hacer algo al respecto. Tampoco era algo que debiera importarle y, además, estaba en secreto en la habitación de esta persona y sin su permiso.

No obstante, sus manos ya estaban tirando de la manta con gentileza mientras pensaba que debía ignorarlo.

Entonces apareció el hermoso rostro de Noah, acurrucado entre sus brazos. Estaba mojado en sudor y pálido en demasía. Lágrimas brotaban de sus ojos, sus lindos labios estaban cerrados y su respiración era entrecortada.

—Sálvame, rescátame, ayúdame, por favor —rogaba mientras lloraba. Estas palabras las murmuraba sin cesar y con miedo.

No era diferente a como había sido diez años atrás. No, debido a que Noah ahora se veía tan confiado, generoso y hermoso, en ese momento lucía más pequeño que incluso diez años atrás.

¿Acaso estoy enfermo? ¿Por qué no puedo simplemente irme?

Mason chasqueó la lengua y estiró su mano.

El cabello húmedo de Noah se arremolinó alrededor de sus dedos. Cuando le apartó el cabello de su cálida frente, quedó descubierto un lado de su rostro, a la vez, lamentable y hermoso.

Ciertamente, es bonito…

Mason se sentó en la cama y tocó el cabello del otro. Pero en lugar de reconfortarlo, ¿qué tal si estaba satisfaciendo sus deseos? Al final, llegó a la conclusión de que era un punto intermedio, y siguió acariciando el suave cabello.

—Tiene mucho dinero, es inteligente y bonito… Desearía pudiera llevar una buena vida también.

»¿Cómo puede vivir sin saber que el mundo es un lugar aterrador y cruel? Espero que coma y viva lo suficientemente bien como para que todos sientan celos de él —murmuró mientras acariciaba el cabello de Noah.

Fue desafortunado en una oportunidad. Y, probablemente, debido a la amnesia disociativa no puede recordar los detalles. Ya han pasado veinte años desde entonces, ¿por qué sigue sufriendo tanto?

Mason sintió que, Noah, mientras tenía una pesadilla, aún lucía como aquel niño de siete años atrapado dentro de la maleta. Entonces, la compasión tan grande que lo embargó le trajo un sabor amargo a la boca.

—No es nada… No es nada… Lo malo ya pasó y no hay nada qué temer —murmuró en voz baja. No creía que Noah estuviera escuchando, así que continuó—: Así que… 

Así que no llores así en soledad. 

Estuvo a punto de murmurar cuando los labios del otro, mojados por las lágrimas, se movieron.

Mason clavó su mirada en esos ojos llenos de lágrimas.

—No… No te vayas. No me dejes —decía. 

Mason humedeció sus labios. 

—No te vayas…

Sus palabras le hicieron recordar otra voz desesperada. Era la de un niño que lo detuvo luego de que lo rescatara de la maleta en la que se encontraba cuando estaba a punto de llamar a una ambulancia; sus manos suplicantes hirviendo a causa de la fiebre.

Mason miró las manos ahora grandes de Noah, las cuales, antes de que se diera cuenta, habían agarrado su ropa; como cuando era niño, con seriedad y desesperación.

2 respuestas a “Apaga las Luces – Capítulo 19 (I)”

  1. Sería lindo un marcador de página, asi no tendría que estar rastreando mis comentarios de hace dos meses :v
    gracias por su trabajo~

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