El Perseguido – Capítulo 18: Hospitalizado

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

Corregido por Shiro


Cuando Chi Yan se despertó, ya no estaba en casa. La luz de las farolas de la calle iluminaba la habitación lo suficiente como para que pudiera comprobar su entorno. Era un espacio bastante pequeño con dos camas. Habían soportes para goteo de intravenosa al lado de las mismas. Era obvio que se encontraba en el hospital, aunque estaba extrañamente silencioso.

Sus ojos se ajustaron lentamente a la oscuridad, y se dio cuenta de que había una persona sentada en la otra cama.

—¿Ying Zhi? ¿Eres tú? —llamó suavemente aún atontado.

El individuo lentamente se giró al oír su voz. Tardíamente, Chi Yan notó que la figura era más delgada que Ying Zhi… ¿Acaso su amado era tan bajo…? Y lo más importante, no tenía cabello largo y negro…

Chi Yan cerró los ojos asustado, sin querer mirar la cara de esa cosa. Sin preocuparse de que estaba en el hospital, y que debía ser muy tarde, gritó en voz alta:

—¡Ye Ying Zhi! —Al mismo tiempo, su mano agarró la pequeña botella en su pecho.

En su mente se preguntó sobre el frasco. ¿De dónde vino? ¿Por qué no llevaba puesto el colgante de jade de su abuela?

En ese momento, la puerta se abrió, golpeando contra la pared y ocasionando un pequeño ruido. Casi al siguiente instante, Chi Yan se encontró en un abrazo familiar.

—A-Yan, ¿qué sucede? Abre los ojos y mírame. —Escuchó la voz de Ye Ying Zhi.

Finalmente recuperó el coraje de abrir los ojos.

—Allí… Había una “persona” sentada justo ahora… —dijo con voz temblorosa mientras señalaba la cama junto a la suya.

Miró inquieto a Ye Ying Zhi, el significado entre sus palabras: insinuaba que no era una “persona”.

Él acarició el cabello de Chi Yan que ahora estaba húmedo por el sudor, y sus ojos se oscurecieron.

—Está bien, todo está bien —dijo suavemente.

—¿Dónde fuiste? ¿Por qué no estabas aquí conmigo? —gimió lastimosamente. Sabía que estaba actuando como un niño de 10 años, haciendo una rabieta irracional.

Sin embargo, Ye Ying Zhi se rió y lo estrujó con más fuerza entre sus brazos:

—Fui a registrarte para la hospitalización, y también a llamar a un médico.

Su mano se deslizó desde la cabeza de Chi Yan hacia su pecho, tocando inconscientemente la botella alrededor de su cuello.

—¿Por qué me iría? ¿No estoy siempre a tu lado?

—¿Necesito ser hospitalizado? ¿Tan mal estoy? ¿Es serio? —preguntó sin poder olvidar sus anteriores palabras.

—No te preocupes. —Ye Ying Zhi lo empujó gentilmente para que se acostara—. Es una gastritis aguda. Solo necesitas pasar la noche para terminar la infusión intravenosa, y podemos irnos a casa por la mañana.

—¿Me puedo mudar a otra habitación? —vociferó con inquietud mirando la cama junto a la suya.

—No puedes, ya que esta es la última habitación disponible. No te preocupes, no me alejaré un paso de tu lado y me quedaré donde puedas verme a partir de ahora, ¿de acuerdo? —le dijo.

Si bien era común escuchar acerca de encuentros fantasmales en hospitales, era la primera vez que Chi Yan recordaba tener una experiencia personal. Sin embargo, instintivamente confiaba en él, como si esos fantasmas no fuesen aterradores con él cerca.

Chi Yan asintió con la cabeza hacia Ye Ying Zhi, pero se aferró a su mano izquierda, como si temiera que se fuera. Lo miró con ingenuidad e inocencia, como si él no fuera el responsable de apoderarse de la mano de alguien.

—Descansa, la enfermera vendrá con la intravenosa pronto —susurró mientras respondía cálidamente a su iniciativa previa.

—Ying Zhi, ¿recuerdas cuándo comencé a usar esto? —preguntó al pensar en ello de nuevo, sosteniendo el frasco de vidrio alrededor de su cuello—. ¿Dónde habré dejado el colgante de jade que me regaló mi abuela?

Sus ojos se curvaron en semilunas, Ye Ying Zhi sonrió y dijo:

—¿Cómo pudiste olvidarlo? Te di esa botella cuando nos conocimos el año pasado. ¿No guardaste el colgante de jade de tu abuela en un cajón junto a la cama?

—Oh. —Chi Yan se preguntó por qué no tenía ningún recuerdo de Ye Ying Zhi dándole la botella de vidrio, pero lo apartó de su mente y obedientemente cerró los ojos para descansar.

De hecho, pronto, atontado sintió que las luces se encendían en la habitación, y una enfermera que empujaba un soporte con intravenosa entró.

—A-Yan, estira tu brazo. Le dio un empujoncito después de darle la instrucción.

Soñoliento siguió sus indicaciones y la enfermera colocó eficientemente la aguja de la intravenosa en su brazo, sin decir una sola palabra en el proceso. Chi Yan miró su cara plana e inexpresiva, como si fuera una marioneta controlada por cuerdas, se sorprendió al principio, pero se relajó al pensar en cómo se vería él si estuviera trabajando un turno de noche y teniendo que cuidar de tantos pacientes.

Una vez que terminó, se fue, cerrando la puerta con un golpe, y la habitación se quedó a oscuras otra vez.

Aunque la cama de al lado estaba vacía, Chi Yan tenía miedo de estar solo. Se inclinó hacia el lado donde estaba el soporte de intravenosa y palmeó el espacio vacío.

—Ying Zhi, ven y duerme aquí, podemos apretujarnos juntos.

Él estrechó su mano y dijo:

—Ten cuidado con la aguja. —No obstante, no se negó, se metió en la cama junto a Chi Yan, y envolvió un brazo alrededor de su cintura.

—Ve a dormir, veré el goteo intravenoso.

Él quiso responder a su amante, pero la somnolencia se apoderó de él y cayó en dulces sueños.

En el momento en que se despertó, el sol estaba en medio del cielo y él se encontraba de vuelta en su propia cama. El débil olor a gachas fluyó en la habitación. Después de una noche tortuosa, lo primero que pensó fue que estaba hambriento.

Como si fuera una señal, Ye Ying Zhi entró con un plato de gachas de mijo. Lo dejó y ayudó a Chi Yan a incorporarse.

—Solo gachas para ti durante los próximos dos días mientras te recuperas.

Chi Yan se comió el bocado que Ye Ying Zhi le ofreció, y de repente tuvo un pensamiento.

—Ying Zhi, ¿en qué momento volvimos anoche? ¿Cómo regresamos?

—Regresamos de inmediato cuando se terminó tu goteo intravenoso para liberar el espacio de la cama —le replicó.

Hmm, ¿por qué eso no suena bien?, pensó Chi Yan.

—¿Por qué no me despertaste?

Anoche se había desmayado de dolor, por lo que era normal que Ying Zhi tuviera que cargarlo para llevarlo al hospital. Sin embargo, después de la intravenosa, debería haberse recuperado, y solo estaba durmiendo, no inconsciente, entonces ¿por qué no lo despertó?

Mirando hacia abajo, Ye Ying Zhi tomó otro bocado de gachas y se lo dio.

—Ayer, había un analgésico en la vía intravenosa con un efecto sedante y el médico dijo que era mejor no despertarte. Además, tampoco fue un problema para mí llevarte.

Al no tener conocimiento médico, él se creyó todo eso.

Chi Yan fue alimentado solo con gachas durante los días siguientes, y el lunes, Ye Ying Zhi casi le impidió ir a trabajar.

—Ying Zhi, solo fue una gastritis. No importa que no me dejes comer comida de verdad, pero, ¿ahora quieres encadenarme a la cama para que descanse? —dijo sin saber reír o llorar.

Él lo dejó ir, pero pensó en privado que la sugerencia de Chi Yan era bastante buena.

Después de dos semanas, finalmente recuperó el derecho a comer alimentos normales, después de mucho engatusamiento y soborno. Aunque el menú se mantuvo ligero, y los platos demasiado picantes, fríos o grasientos no estaban permitidos.

Chi Yan inútilmente hurgó en el plato de col al vapor frente a él sin poder evitar el preguntar:

—Ye Ying Zhi, ¿me estás alimentando como a un conejo?

¡Él es el que se esfuerza por ganar dinero para la familia! ¡Pero todavía tenía que vivir bajo el control de otra persona!

Ye Ying Zhi sonrió y se rascó la oreja mientras le contestaba:

—No es una mala idea, no hacer nada más que cuidar de un conejo grande, blanco y delicado como tú.

Shisai
¿Qué opinan? ¿Ying Zhi se merece un like? En los próximos capítulos, la verdad sobre el evento del hospital. ¡No se lo pierdan!

2 respuestas a “El Perseguido – Capítulo 18: Hospitalizado”

  1. Ok, por un lado te estas comportando bien con el uke pero por otro me da cosa. Chi despierta o ponle más atención a las cosas ya que con simples detalles uno se puede dar cuenta de cosas anormales o raras que pasan; lo de la enfermera controlada no me lo esperaba pero es una habilidad validad para muchos. Espero la explicación del hospital ya que me dejó intrigada e.e pero XD JAJAJAJAJA sentirse como un conejo.

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