Indiferente a las Arenas Frías – Capítulo 5: Impredecible

Traducido por Shiro

Editado por Tetsuko


Me despierto por un escalofrío. Mis ojos se abren sólo para encontrar una cara que quiero hacer papilla.

El dueño de dicha cara, Murong Yu, está sentado junto a la cama con los brazos cruzados sobre el pecho. Su rostro no muestra ninguna emoción, como si yo fuera simplemente una fruta mientras él delibera cuidadosamente si me pelará o me condimentará.

Su expresión permanece sin cambios cuando me ve lentamente abriendo los ojos.

—Hola.

De repente me siento estallar de molestia. ¡Es su maldita culpa que terminé así en el primer lugar!

Siento un dolor agudo en mi pecho justo cuando trato de levantarme. Sangre se filtra a través del vendaje blanco. No puedo evitar caer dentro de un montón de mantas y jadeo como si mi vida dependiera de ello.

—Cálmate. Solo mírate. Eres afortunado de estar despierto.

Se inclina sonriente y tira las mantas de nuevo sobre mi. No hay nada malo en sonreír, pero su sonrisa es tan espeluznante que me hace temblar.

Tan espeluznante que no puede haber algo más espeluznante.

—Está bien, está bien, está bien.—empujo su mano lejos a pesar del dolor. Frunce el ceño y me obliga a regañadientes. Me encogí de hombros con impotencia.—Me considero desafortunado por terminar como su prisionero de nuevo.

Él asiente, aparentemente satisfecho.

—Me alegra que hayamos llegado a un acuerdo.

Recobro el aliento antes de hablar.

—Ser su prisionero no es tan malo en realidad. El lugar en el que duermo puede ser un poco frío, la comida podría ser un poco mala, podría ser golpeado de vez en cuando, pero en realidad no es tan malo.

Sus ojos se ensanchan como si no me oyera claramente.

—Ciertamente eres optimista, ¿eh?

—Bueno, no es como si el ser pesimista me sacará de aquí. Entonces, ¿por qué debería molestarme?—hago una pausa antes de continuar.—Pero permítame ser claro ahora mismo: Realmente no tengo información que darles esta vez. Así que no trate de hacerme hablar o lo que sea, porque si fuera a hacerlo, hubiera sido mejor haberme dejado morir allá atrás.

Tose suavemente y al instante refrena su sonrisa, poniendo una cara solemne.

—Salvar una vida es mejor que cualquier ofrenda a Dios. Además, no era más que echarte una mano.

—Apuesto a que muchos otros murieron durante la invasión esta vez. ¿Vas a salvar a todos y cada uno de ellos?—no puedo dejar de reír.

La llama de la vela parpadea, arrojando una tenue luz cálida sobre la habitación. Sólo ahora me doy cuenta de que ya está oscuro afuera. No puedo descifrar el brillo en sus ojos mientras estos se quedan sobre mí como buscando algo.

De repente, vuelve la cabeza.

—Olvídalo. Sé que disfrutas de las batallas de la lengua, pero no perderé el tiempo discutiendo contigo aquí.—coloca un plato con una espesa medicina negra junto a la cama.— El ungüento externo ya se ha aplicado, así que bebe esto.

Inseguro de lo que él ha planeado, vacilo y me retiro de nuevo las mantas.

La irritación destella en sus ojos.

—Si quisiera matarte, lo habría hecho antes. ¿Por qué pasar por la molestia de rescatarte? ¿No va a beber? ¡Bien!

A pesar de sus palabras, él sostiene la medicina humeante firmemente frente a mí. Me encogí de hombros, demasiado agotado para debatir más, y tomar el tazón, tomándolo de una sola vez. Después de todo, estoy bajo su techo y no estoy en condiciones de enfrentarlo. Él podría matarme si realmente lo molesto.

Mi cuerpo está tenso por el dolor de la herida en mi pecho abriéndose de nuevo. Duele como si estuviera siendo rebanado una vez más por una hoja hasta que no pueda distinguir la carne del hueso. Cubro mi boca, tosiendo violentamente, el sabor de hierro que ya se filtra en mi boca.

Xie Zhen, maldito idiota de sangre fría. Oh, solo espera hasta que te ponga las manos encima.

De repente una mano está sobre mi espalda, palmeando ligeramente, y un pañuelo aparece ante mí. Miro hacia arriba y me encuentro con los ojos ligeramente encantados de Murong Yu.

Empiezo a preguntarme mientras me limpia la boca: tal vez me he lastimado muy críticamente. Tan críticamente que estoy alucinando ¿Murong Yu está encantado de ver a una persona medio muerta?

—Gracias.

Me sienta de nuevo y dejo escapar un suspiro de alivio. Siento un poco  de frío y acerco la manta hacia mí.

—¿Cuántas bajas esta vez?—le pregunto.

Él da un rápido vistazo hacia mí.

—No muchos en realidad. Aproximadamente la mitad de las tropas de Rui retrocedieron de nuevo al paso de la colina del sur y el resto se rindió pronto después de que llegáramos.

Luego una sombra lúgubre baila sobre sus ojos.

—Pero esa porquería de nada, Xie Zhen, ¿verdad?  Quería ponerse del lado de todos. Era tan molesto que acabé con él.

— ¡Qué-!

El grito no sólo me quita toda mi energía, sino también tira de la herida en mi pecho. Instantáneamente siento líquido caliente rezumando de nuevo. Con demasiado dolor para hablar, sólo puedo mirarle con la respiración entrecortada.

Él alza las cejas, con los ojos llenos de desdén.

—Las basuras de dos caras como él son las más repugnantes. No hay menor diferencia si viven o mueren.

Lo observo tranquilamente sin saber qué decir.

Estaría mintiendo si dijera que no estaba enojado porque Xie Zhen me lastimó tanto, pero de repente, al saber que estaba muerto, me dejó un poco triste. Pero apuesto a que hay alguien más triste que yo. Es el final para el linaje de Su Excelencia, Xie Yun.

Mi cráneo parece abrirse por mi dolor de cabeza. Me acaricio la frente y dejo escapar un profundo suspiro.

Notando que debo lucir miserable justo ahora, me vuelvo hacia él y digo:

—Hey, es tarde y necesito dormir. ¿Te importaría irte?

Un ceño fruncido se forma en su cara incluso antes de que deje de hablar.

—¿Así es como agradeces a la persona que te salvó? ¿Decides mandarme afuera?

Parpadeo inocentemente y me envuelvo más en las mantas.

—¡Qué gran coincidencia debe haber sido! El príncipe va a la cárcel y salva a un soldado enemigo.

—Esto no es de tu incumbencia. Lo que no puedes negar es que fui a la cárcel y encontré un moribundo, ¿verdad?

Vacilante asiento con la cabeza.

—Pero supongo que por fin has tenido una idea de lo que significa ser un súbdito leal, Teniente General Han—se inclina y veo una pizca de satisfacción en sus ojos.—Prefieres morir que traicionar a tu país, pero quién sabe, ¡Después de todos los obstáculos y las dificultades regresaste a Rui sólo para ser etiquetado como un espía y casi ser asesinado por sus propios compatriotas! Tsk, tsk. No sé si admirarte o compadecerte.

— ¡Murong Yu!—me siento, tan enojado que ni siquiera me importa que mis heridas se abran.—¿Qué clase de hombre habla con tal sarcasmo? ¡Nunca te pedí que me salvases de todos modos!

—Pero no puedes negar que me debes un favor.—él se ríe mientras me mira.

Lo miro, pero no puedo encontrar ninguna buena respuesta.

—¿Y ahora qué?—él continúa casualmente como si sólo estuviéramos discutiendo el tiempo de mañana.—El país al que prometiste lealtad actualmente abandonó un lugar que han protegido durante décadas, retirándose con sus colas entre las piernas, dejando atrás a sus propios soldados. Ah…qué patético.

Sus palabras me rallan los oídos.

Él sacude la cabeza, pero las comisuras de sus labios se levantan con picardía.

—Incluso tú, un miembro de la familia real, el sobrino nieto de la emperatriz viuda, está desamparado ¡Qué lástima, oh que lamenta-!

Mi fusible se enciende mientras él aprieta mis cicatrices. Cojo una almohada a mi lado y la arrojo hacia él.

— ¡No asuma sólo porque me salvó que puede ridiculizar-!

Atrapa la almohada en el aire y emite una sonrisa enigmática.

—Han Xin, yo había pensado lo único afeminado en ti era tu aspecto. No sabía que tenías la personalidad de una mujer también, recurriendo a este tipo de comportamiento cuando estás molesto.

—¡Tú!

Tiro el cuenco y lo disparo como una flecha, pero él lo esquiva. El cuenco pasa por su hombro y se agrieta en el suelo con un “clunk”. Inmediatamente oigo gritos desde el otro lado de la puerta.

—¡Su Alteza!

—¿Está bien, Alteza?

—Su Alteza, ¿Deberíamos entrar?

—Estoy bien. Retirarse. ¡Nadie entra sin mi permiso!—se dirige hacia ellos y contesta. Luego regresa con su habitual sonrisa y me lanza la almohada.—Solo enfócate en volver a ponerte en forma, porque por lo que se ve, ni siquiera puedes escapar si lo quisieras, y mucho menos cualquier otra cosa.

Murmuro con la mandíbula apretada:

—Por supuesto que voy a huir, idiota.

Él acaba de levantarse, pero rápidamente se da la vuelta y me mira amenazadoramente.

—Dilo otra vez.

Me niego a retroceder de su mirada fija o mostrar ningún miedo a pesar de que duele como el infierno. Después de un rato sonríe y se inclina más cerca.

—Creo que debo informarle que en un principio estaba muy interesado en su terquedad. Incluso hice algunas investigaciones sobre los tipos de castigo más severos. Estaba un poco decepcionado por tu repentina fuga, pero ahora que has caído en mis manos una vez más, creo que lo encontrarás agradable…

Los rayos de la luna se filtran por una ventana y caen  al suelo como la escarcha. La luz de las velas, por otra parte, parece mucho más tenue. Un escalofrío recorre mi espina dorsal mientras observo esa extraña expresión en su rostro.

—Tú…—los gatos atraparon mi lengua de nuevo y no la devolverán.

Se ríe con bastante elegancia, con un aire majestuoso suficiente para atrapar a toneladas de mujeres inexpertas y extremadamente superficiales. Podría conseguir que cientos, incluso miles de jóvenes bonitas se alinearan para él, si así lo deseaba.

Me pregunto si está casado o no.

Porque estoy muy preocupada por esa mujer.

—Tierra a Han Xin.

Su voz suena muy cerca de mis oídos y me hace saltar en mi asiento. Sólo cuando recojo mis pensamientos otra vez me doy cuenta de que su rostro se aproxima justo delante de mí. Rápidamente me alejo pero su cuerpo se acerca.

Me agarra la barbilla con fuerza.

—Eres una persona interesante, ¿no es así?

Los soplos del aire caliente golpearon mi cara haciéndome sentir un poco incómodo. Pero él tiene un firme control sobre mí, así que vuelvo la cara y agito las manos.

—Si quieres torturarme, bien, adelante, pero al menos espere hasta que me recupere. Por favor, váyase ahora.

Él se ríe como si oyera algo hilarante.

La presión en mi garganta se va y trago aire mientras observo con asombro al culpable de mi casi asfixia.

Se dirige despacio hacia la puerta, con chispas bailando en sus ojos pero sin nada que decir. Luego se va con una sonrisa.

♦ ♦ ♦

Había montones de libros desordenados delante de mí, ya profanados por un servidor. Me froto los ojos y me recuesto sobre mi almohada, suspirando aquí y allá con los ojos cerrados. Aparte de leer en mi cama, no podía hacer nada más que comer, dormir, beber y aplicar la medicina durante los últimos dos días. Bueno, o leer o ir a una realidad imaginaria.

Sin embargo, Murong Yu ha sido un buen chico. Me consiguió una pila de libros para aliviar mi aburrimiento, pero cuando pienso en la tortura que me va a imponerme una vez que me recupere, no puedo sentir ninguna gratitud hacia él.

Suspiro…

Suspiro…

Contemplo la habitación de descanso, luego agarro algunas mantas y me envuelvo en su calor reconfortante.

La luz del sol está justo afuera. Se filtra a través de las ventanas talladas [1] y formas manchas en el suelo, haciendo que la habitación se sienta aún más desolada.

Mi mente comienza a vagar y pienso, que si ese tipo estaba aquí, tendría por lo menos alguien con quien pelear. Quiero decir, eso es mejor que estar en mi cama solo sin nada que hacer.

Al menos sería divertido.

Mi pecho comienza a doler otra vez. El corte que Xie Zhen dejó era demasiado profundo después de todo. El médico dijo que si fuera un poco más profundo y una fracción más a la derecha incluso la reencarnación del legendario Hua Tuo [2] no podía salvarme.

Por supuesto, cuando estoy completamente cómodo dentro de esta acogedora manta de algodón, admito, aunque amargamente, que Xie Zhen probablemente habría tenido mejor puntería si Murong Yu no hubiera invadido con sus hombres en ese momento y lo hubiera asustado.

Dejé escapar otro suspiro, hojeando las páginas del libro que tenía delante y luego me envolví con la manta.

Estoy harto de pensar ¿Por qué gastar energía pensando en cosas inútiles? Lo importante ahora es recuperarme y encontrar la oportunidad de escapar. En cuanto a dónde voy a escapar…

Bueno, todavía no he decidido exactamente, pero seguramente no es la capital y tampoco puedo quedarme aquí. Murong Yu…

Tan pronto como pienso en él mis labios comienzan a temblar incontrolablemente. He tenido la peor de las suertes desde que lo conocí. Me he ido literalmente al infierno y regresado de él…¡varias veces! ¿Podría ser que nuestros signos de nacimiento no son compatibles?

La puerta ligeramente abierta se abre repentinamente y oigo pasos que se detienen cerca de la cama. Sé quién es así que señalo la mesa.

—Ponlo en la mesa. Lo comeré más tarde, gracias.

Acababa de terminar de hablar cuando halaron mi manta. Una brisa fría me golpea y me estremezco. Me estiro y tomo de nuevo la manta.

—¡Estoy enfermo ahora mismo! ¡Me puedes torturar después de que me haya recuperado!

Como era de esperar, la voz de Murong Yu viene desde arriba.

—Tienes mucha energía para ser una persona enferma.

Rodé mis ojos hacia él y lo ignoré envolviéndome. Este tipo de cosas suceden todos los días y me he cansado de perder mis palabras sobre él.

Inesperadamente, se sienta en el borde de la cama y arroja mi manta al otro extremo de la cama.

—Es hora de aplicar su medicación.

Entonces él comienza a quitarme la ropa. Sorprendido, lucho un poco y casi me caigo de la cama, pero él me echa hacia atrás y me obliga a quedarme quieto.

Inicié mi última línea de defensa cuando está torciendo la tapa de la botella.

—Vamos hombre…¡¿todos los días?! ¿No te parece problemático?

No puedo oír ninguna emoción en su voz.

—¿No le resulta problemático resistir, todos los días, y terminar así de todos modos, todos los días?

Sin querer tratar más con él, me relajo y entierro la cabeza en la almohada y dejó que él aplique el ungüento sobre mí. Las heridas de los látigos no han cicatrizado por completo todavía y cada aplicación es muy difícil de soportar como el látigo original. Estoy teniendo dificultad para respirar por el dolor y no importa cómo lo mueva, es agonizante.

—Oye…no puedes ser…un poco más amable…quiero decir…¿sabes cómo hacer esto?

—Oye. Es mi primera vez también. Sólo tienes que soportarlo.—dijo casualmente mientras empujaba el pelo mojado en mi frente.

Qué. Mierda. Hace. ¡Mantén tus manos alejadas! ¡¿Qué es lo que pretende aplicando el ungüento?! ¡Sea cuidadoso!

Pero lo soporto hasta el final a pesar de mis quejas. Lo juro por Dios, no puedo dejar que haga esto la próxima vez, o bien podría morir de esto y no por el bastardo muerto de Xie Zhen.

Limpia la medicina y me pongo la ropa mientras me levanto. Él se sienta en silencio en la mesa, toma una taza y vierte té en ella. Hoy no lleva su armadura; en lugar de ello es sólo una túnica de color claro. Su cabello está parcialmente atado y su expresión relajada. Es como si hubiera venido de caminar y no de la guerra.

Excepto por esa espada negra por su cintura, por supuesto.

Coge la taza y me mira como si estuviera contemplando y buscando al mismo tiempo.

—Han Xin, ¿quieres saber cuántos prisioneros hemos capturado?—traga un poco de té y sonríe tranquilamente.

Rodé mis ojos hacia él y le respondí a regañadientes.

—Oh, Su Alteza, creo que debería considerar visitar a las damas del ejército en vez de pelearse con esta persona enfermiza. Debería aprovechar este descanso de la guerra y disfrutar al máximo.

Si yo fuera él preferiría tener mujeres delicadas entre mis brazos que aplicar ungüento en alguien.

Él sólo sigue sonriendo como si no me hubiera oído. Después de un rato dice:

—Por supuesto que voy a visitarlas, pero ahora no es el momento. Me dicen que Jiangnan [3] en el Gran Rui es un lugar de lloviznas suaves, de flores de cerezo rojas y de sauces verdes que lloran.

Mirando hacia arriba, recita: [4]

Las tierras bellas se encuentran en el sureste;

El centro de las provincias de Wu,

Hangzhou siempre ha florecido.

Sauces brumosos y puentes exquisitamente tallados;

Cortinas de verde esmeralda se balancean en el viento,

Cien mil residencias se dispersan de manera desigual.

Propagándose serpientes forestales a lo largo de las costas arenosas;

Las fuertes olas chocan y forman espuma nevosa,

El interminable río Qiantang protege la ciudad.

Perlas y joyas alinean los mercados;

La gente se viste de sedas vibrantes,

Apresuradas para mostrar la opulencia.

Las cimas de las montaña que se superponen sobre el Lago del Oeste son magníficos;

Hay aceitunas dulces en el tercer mes de otoño,

Y diez li de flores de loto.

Los instrumentos de viento tocan en días soleados;

Las canciones de los colectores de castañas de agua llenan la noche,

Encantando viejos pescadores y loto eligiendo muchachas.

Los postes de bandera de marfil de mil hombres

Escucha las flautas y los tambores, vino en mano;

Gozan en el espléndido paisaje, rimas en mente.

Voy a pintar este paisaje un día

Y mostrarla en la corte imperial.

Mi estómago se contrae y mis brazos y piernas se ponen rígidos, pero sus ojos brillan.

—Por lo que he oído, las mujeres del sur del Yangtze son todas agraciadas, ágiles y hermosas como flores en plena floración; cada ceño, cada sonrisa, cada regaño y cada berrinche está lleno de pasión, por mucho, mucho mejor que cualquier anfitriona que tenemos aquí. Y déjame decirte que soy un hombre muy paciente.

Sin esperar a que terminara, solté:

—¿Vas a ir al paso de la colina sur?

Él sorbe un poco de té antes de responder.

—¿Y qué si voy? Es solo cuestión de tiempo. No hay necesidad de estar tan alarmado.

Él me mira con una sonrisa satisfecha.

—Espero que no planees seguir siendo un hombre leal después de todo esto, ¿o si?

Tiene una expresión casual, pero sus ojos hablan confiados…Mi boca se abre pero no salen las palabras.

—Mis tropas están pasando por una evaluación estos últimos días. Cuando llegue el momento, derribar el paso de la colina sur, no, incluso la capital de Rui, será como un pedazo de pastel.

Escuchar sus palabras hace que me quede estupefacto y que los vellos de mi cuello se ericen. Salgo de la cama después de un momento de vacilación y tropiezo al dar unos pocos pasos. Hablo una vez que encuentro mi equilibrio.

—De ninguna manera. El paso de la colina sur se hizo y se mantiene desde el establecimiento del propio país. No caerá sólo porque lo digas.

Se detiene, pero se levanta de risa al momento siguiente. Deja la taza y camina hacia mí.

Los Yan siempre han sido personas altas. En realidad soy considerado alto entre los hombres Rui, pero aún así soy algunas fracciones más bajo que Murong Yu. Con su espalda a la luz, sus expresiones y rasgos están todos ocultos en las sombras y, sin embargo, su cuerpo emite un aura aparente y poderosa que descansa sobre sus hombros como pesos muertos. Se acerca más, no me da la posibilidad de escapar.

Él se explica:

—La ciudad puede estar muerta, pero la gente en ella está viva.

Miro un poco y lo veo sonriendo deliciosamente.

Un pensamiento vuela a través de mi mente: él está diciendo…¡hay un espía!

—Y también—se inclina aún más cerca, con sus labios casi tocando mi oreja—sugiero que ni siquiera intentes huir. No quieres tentarme una segunda vez. El castigo será más de lo que puedes manejar.

Miro dentro de sus ojos negros y me quedo callado. Sus cejas danzan hacia arriba y una sonrisa satisfecha se extiende en su rostro.


[1] Ventanas talladas: las ventanas y las puertas de las habitaciones están hechas de madera y tienen papel en lugar de vidrio. Las personas adineradas a menudo tenían artistas que tallaban exquisitos diseños de forma que las hermosas sombras toman forma cuando la luz pasa a través del papel.

[2] El legendario Ha Tuo: un legendario practicante de medicina de la antigua China. Se decía que podía curar cualquier dolencia y realizar milagros.

[3] Jiangnan: Jiangnan literalmente significa “el sur del río”. El río que se menciona es el río Yangtze y Jiangnan es usado para referirse a la orilla sur de la cuenca baja del río. Esta área es históricamente conocida por ser una tierra rica, fértil y hermosa y por traer prosperidad a lo largo de las dinastías.

[4] El poema que recita Murong Yu: es un poema escrito por Liu Yong en la dinastía Song. Se rumora que el príncipe Hailing de Jin (reino al norte de Song) invadió Song después de leer este poema al embelesarse por las promesas de los tesoros del Sur.

Tetsuko
¡¿Qué rayos pasa con esta tensión sexual tan notable entre ustedes?! O///O Ay mamá, Han Xin ¿Te vas a comer todo eso? *q* sino comparte. No, quiero decir…¡Ejem! Mucho gusto m(_ _)m soy Tetsuko, editora de la novela. Quería pedirles una disculpa por los fallos que pude cometer en los anteriores capítulos. Aún soy una editora novata, pero poco a poco mejoro para que les sea mucho más sencillo leer. Es un gusto tenerlas aquí, siempre pendientes de Cold Sands, en serio, siempre anima hacer este trabajo cuando recuerdo a las personas que la siguen, os quiero mucho. <3 <3 <3 También muchas gracias a Shiro, quien traduce Colds Sands y principal responsable de que me haya vuelto adicta a esta novela xD (I need more… oAo). Por cierto, ¿Qué les ha parecido este capítulo? Para mí fue precioso, Han Xin es tan tierno y rebelde xD y cada día me gusta más Murong Yu *q* a mí no me engaña, intentó darle celos a Han Xin 7u7 ay, ya quiero saber como continuará...

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