Juego de Seducción – Capítulo 4

Traducido por Shiro

Editado por Ayanami


Gu Xia, obediente, bajó el cierre de los pantalones del hombre, sintiendo el miembro, caliente y enorme, que pulsaba a través del material de los calzoncillos.

¿Ésto, quiere decir que están enamorados el uno del otro? ¿O acaso tuvo éxito en su cometido, capturándolo finalmente? Mientras pensaba esto para sus adentros, con ojos vidriosos y confusos, estiró su mano, deslizándola en el interior de la ropa íntima de Ji Zheng, envolviéndola, apreciativamente, alrededor de la enorme y gruesa longitud.

Jadeando con fuerza, Ji Zheng plantó suaves besos bajo su oreja, su aliento caliente golpeaba su piel. Un suave gemido, se abrió paso a través de la garganta del joven cuando el hombre lo agarró de las caderas, moviendo su trasero en un frenesí, de forma que rozara su miembro, antes de bajar sus pantalones, dejando su ropa íntima suspendida al nivel de sus rodillas.

Tan pronto como los dos cayeron de nuevo en el sofá, el hombre se sentó erguido para deshacerse de su parte superior y pantalones, tirándolos a un lado sobre el suelo.

Gu Xia, estiró sus dedos para acariciar las líneas de los músculos de su abdomen, enganchando sus piernas alrededor de la cintura del otro, antes de deslizarse hacia abajo. Luego, prosiguió a desvestirse también, ahogándose en el placer de tener su cuerpo firmemente presionado contra el del otro.

A pesar de que, a lo largo del verano, la temperatura había ido en aumento, eventualmente, refrescaba durante la noche. En el cuerpo de Ji Zheng, se había formado sudor, incitando al joven a sacar su lengua y lamer su abdomen. Lo tocaba con sus dedos, a medida que iba avanzando, dejando rastros resbaladizos por donde quiera que pasaba, ocasionalmente, juntaba sus labios para morderlo también, yendo tan lejos como para incluso alzar la vista de forma provocativa y decir:

—Salado.

El otro, le respondió agarrándolo por el cabello y cerrando su puño con firmeza, mientras halaba. A pesar de verse agresivo, no ejerció fuerza al hacerlo. Gu Xia, por otro lado, hizo adrede una pregunta para la que él ya sabía la respuesta:

— ¿Qué estás haciendo? —Su voz nasal, sonaba completamente privada de fuerza, como si hubiera cogido un resfriado o simplemente se hubiese despertado de una siesta.

Sin embargo, Ji Zheng había notado que éste, lo estaba haciendo a propósito, queriendo sonar deliberadamente necesitado, seduciéndolo y tentándolo.

Era demasiado lindo como para describirlo con palabras.

Aún, aferrándose a su cabello, llevó la cabeza de éste hacia atrás. El otro le siguió el juego, siguiendo el movimiento que el hombre describía con la mano, entonces, éste lo besó ferozmente, mordiendo sus labios y haciendo estragos con ellos, mientras empujaba su lengua para danzar contra la del joven.

—Pequeño pillo —le dijo, cuando finalmente se separaron con una voz áspera y llena de lujuria.

Esta dulce forma de dirigirse a él, lo hizo enardecer. No entendía por qué era tan inútil e indefenso contra Ji Zheng, endureciéndose como una piedra hasta llegar al punto de no poder soportarlo más, sólo por un apodo. Es más, su trasero se había derretido por completo.

A pesar de sentirse un poco avergonzado consigo mismo, no podía resistir la tentación de seguir seduciendo al otro. Deseando, con locura, ver al hombre perder el control y enloquecer de lujuria debido a él, para que lo penetre con su enorme pene, arremetiendo en su contra hasta llegar a su núcleo, haciéndolo perder el conocimiento de dolor y placer. Diciéndolo con más avidez, moría porque Ji Zheng lo amara más y más, ansiaba que éste, lo consintiera con profundo afecto y de paso, lo follara mientras estaba en ello.

—Ngh…Ji Zheng…Ji Zheng…

Él lo besaba con gentileza, sin embargo, sus manos estaban jugando malvadamente con los sensibles hoyuelos de su espalda, provocándolo.

— ¿Mm? —Musitó el mencionado.

Sin decir otra palabra, Gu Xia comenzó a frotar su cuerpo, incesantemente, con el del hombre bajo él, sus pechos presionados firmemente, su piel rozando la una contra la otra sensualmente. Sus bocas habían estado unidas en un beso durante un largo rato, cuando de pronto, Ji Zheng le dio la vuelta en un movimiento abrupto, inmovilizándolo contra el sofá.

—Mocoso travieso. ¿Dónde estás frotando? —Éste, acarició amorosamente al joven con su nariz.

Sus hombros estaban teñidos con un tono rosa, aún no había sido penetrado y, sin embargo, su cuerpo ya estaba impregnado de un matiz de deseo brillante.

— ¿Dónde…dónde estoy ro-rozando…? —Gu Xia imitó al hombre, fingiendo ignorancia.

Sin embargo, el otro se negaba a dejarlo escapar, deslizó su mano para acariciar sus tetillas, presionándolas con firmeza a medida que las pellizcaba.

— ¿Mmm? ¿Dónde frotabas? Cuando me abrazaste antes, estabas frotando aquí, ¿no es así?

Las comisuras de los ojos del joven se enrojecieron como si le hubiesen aplicado rouge[1]. Ji Zheng se inclinó para lamerlas, sus manos apretaron sus tetillas con mucha más fuerza que antes.

Atrapado entre el placer y la incapacidad de soportar por más tiempo, sólo le quedó abrazar al hombre, mientras se arqueaba hacia él, rozando su pene contra su muslo en el proceso, mientras lo miraba con ojos vidriosos.

— ¿Me quieres? —Le preguntó.

El joven asintió con honestidad, alzando una sus manos para acariciar su tetilla, pellizcándola adrede. El hombre lo detuvo inmediatamente agarrando su mano.

—Explícate —le ordenó. Él sabía muy bien lo que el otro estaba haciendo, aun así, quería jugar sucio preguntándole. Era más que horrible.

El “acto de seducción” de Gu Xia, usualmente, era considerado algo restringido. Él, era directo en la forma de abordar el amor, por lo que sentía que lo que había hecho y dicho durante este tiempo, era excepcionalmente normal, porque le gustaba Ji Zheng. Por eso, para él era perfectamente natural que quisiera que el hombre lo follara y jugara con su cuerpo. Por lo tanto, cuando el otro le hizo esta pregunta, era evidente que también respondería con franqueza:

—Quiero…

— ¿Quieres? —Ji Zheng, inclinó la cabeza para envolver con su boca la tetilla dura y puntiaguda, provocando que una serie de gemidos escaparan de la garganta del joven, mientras arqueaba su pecho hacia arriba.

Aprovechando la oportunidad, tomó su mano y observó sus delgados y delicados dedos. Un pensamiento perverso surgió en su interior. Liberó su boca y tocó las tetillas del joven, ahora cubiertas de saliva. Éste lo miró, jadeando y maullando.

En ese momento, Ji Zheng bajó su cuerpo, su pene se encontró con el cuerpo del otro. Un líquido transparente rezumó de la punta, mientras frotaba las piernas del joven, dejando tras de sí un sendero, húmedo y pegajoso, mezclado con una sensación de entumecimiento y cosquilleo.

Antes de que pudiera reaccionar, el hombre ya había alcanzado su suave trasero, deslizando un dedo en su lustrosa partidura. Quizás su mente le estaba haciendo malas pasadas, o tal vez la hendidura entre sus nalgas estaba empapada en sudor, pero podía sentir cómo el agujero estaba húmedo y resbaladizo con jugos secretorios. Ji Zheng introdujo medio dedo, hurgando las suaves paredes más allá del anillo de músculos, mientras éstos se estrechaban sobre él.

Los ojos del joven se ensancharon, como si estuviera asustado pero, aun así sintiera curiosidad.

—Pórtate bien —lo consoló —sólo puedo entrar después de relajarte con mis dedos.

—Vale —contestó, mientras asentía con la cabeza. Su reacción era extremadamente adorable.

—Qué buen chico —lo elogió, mientras sonreía de oreja a oreja, para luego plantar un beso en sus labios.

Sólo después de abrirse paso y preparar la zona lo suficiente, fue que retiró sus dedos. Aunque una suave y gruesa alfombra estaba tendida sobre el suelo, no se sentía cómodo dejando que el joven estuviera sobre ella, por lo que reunió la ropa que habían descartado con anterioridad y la colocó sobre ésta, antes de dejarlo arrodillarse.

— ¿Está muy duro? —Le preguntó.

Ji Zheng se encontraba sentado en el sofá, su masiva erección estaba en dirección al otro. Después de echarle un vistazo, el joven lo miró a la cara diciéndole:

—Sí. Mucho.

Atrapado entre risas y lágrimas, el hombre estiró su mano hacia el rostro del joven, acariciándolo cariñosamente, mientras explicaba:

—No estoy hablando de eso. Te estoy preguntando si sientes que el piso es muy duro como para sentarse en él incluso con la ropa encima.

Habiendo dicho antes tantas cosas lascivas sin pestañear, repentinamente, el joven se vio abrumado por la vergüenza. Con el rostro enrojecido por completo, enfocó la totalidad de su atención en la alfombra.

A continuación, el otro lo consoló como lo haría con un niño.

—Pórtate bien. Yo también estoy duro. ¿Qué tal si me ayudas? —Tan pronto como el joven alzó la cabeza, el hombre tomó su mano y la llevó hacia su pene— ¿Me ayudas con tu mano?

Siendo su miserable estratagema un éxito, Gu Xia comenzó a recorrer la longitud del hombre con su puño, subiendo y bajando lentamente, frotando y cubriendo con su dedo índice la hendidura en la punta de vez en cuando.

Después de bombearlo por un tiempo, Ji Zheng tomó su mano, llevando un dedo a su boca y chupándolo, dejándolos limpios uno a uno, antes de pronunciar sensualmente:

—Quiero follar tu clavícula.

Las manos que sostenían la cabeza del joven eran tan grandes que cubrían la mitad de su rostro. Gu Xia se abrazó al otro sin reservas, como un gato aferrándose a su dueño, comportándose de forma obediente y adorable, capturando el corazón del otro en el proceso.

Ordenándole al joven que se acercara, mientras bajaba su cintura para presionar su grueso miembro contra su cuello. Sujetando su dolorido pene, comenzó a deslizarlo hacia atrás y hacia adelante, a lo largo de su clavícula, antes de empujar suavemente su longitud hacia la profundidad erótica de la depresión del joven, comenzando a mover sus caderas con cada empuje.

Con lo boca ligeramente abierta, estaba claro que Gu Xia estaba desesperado debido al juego previo. Sin embargo, Ji Zheng se excitó aún más, deslizando su pene contra el rostro del otro, antes de comenzar a rozarlo y arrastrarlo contra su boca, dejando rastros transparentes y pegajosos de esperma sobre sus rojos labios.

—Cariño, eres tan bueno —dijo, mientras se inclinaba hacia adelante, conectando sus labios— ¿No te vas a levantar? —Le preguntó, mientras lo halaba y llevaba de vuelta hacia el sofá, preocupado de que éste se resfriara si continuara así. A pesar de no ser fácil para los hombres el enfermarse, Ji Zheng no soportaba ver a su adorado, sentado sobre la fría y dura alfombra, como si no fuera el hombre que estaba acariciando el rostro del otro con su pene momentos antes.

Al ver que su agujero estaba muy suave y húmedo, él presionó la punta de su miembro contra la entrada del joven, antes de abusar de él, nuevamente, diciendo:

— ¿Quieres que te penetre con mi pene?

Inclinando su cabeza a un lado, el ojo derecho de éste, parpadeó cuando sus mechones rozaron sus pestañas. El hombre, no estaba seguro de si estaba fingiendo o haciéndolo a propósito.

— ¿Acaso no me lo vas a dar?

Al instante, ¡introdujo la totalidad de su longitud!

La suave apertura, se envolvió agresivamente alrededor de la gruesa y dura erección, arrancando un profundo gruñido de la garganta del hombre. Ji Zheng, a continuación, sacó su pene un poco.

¡Un grito, estalló de la boca del joven cuando fue embestido! Un enorme y grueso pene acababa de penetrar su cuerpo, llenándolo, agonizantemente, hasta el tope. Ji Zheng, lo sostuvo confortablemente en sus brazos, susurrando palabras dulces como “amor” y “bebé”, una y otra vez, sin falta, hasta que su mente se nubló por completo. Incluso tomó la iniciativa, enganchando sus piernas alrededor de la cintura del otro, rogándole que lo embistiera una vez más.

— ¿Te sigue doliendo? —Preguntó.

Gu Xia temía mentirle, pero tampoco quería que permaneciera inmóvil, con su pene en su interior.

—Dejará de doler si te mueves —le instó ingeniosamente.

Plantando besos en sus ojos y luego en su nariz, Ji Zheng comenzó a moverse con penetraciones largas y lentas.

Al inicio, sintió que estaba atrapado entre el dolor y la sensación de estar siendo estirado hasta sus límites, pero poco después, todo esto fue reemplazado lentamente por olas de placer que comenzaron a sobrecogerlo. Gu Xia no podía resistir la tentación de mover sus caderas en respuesta, encontrándose con cada penetración del otro.

Al notar las acciones del joven, Ji Zheng agarró velocidad, embistiendo con su cuerpo a toda marcha, mientras entraba y salía con movimientos duros y rápidos, sus bolas chocaron brutalmente contra el trasero del otro, emitiendo sonidos húmedos y obscenos que viajaban por el aire hasta sus oídos.

Sacando la mitad de su miembro, para luego arremeter de nuevo, estirando la entrada hasta su límite a medida que lo metía y sacaba repetidamente del delicado agujero.

Gemidos eran arrancados de la garganta del joven, mientras jadeaba fuertemente, su pecho subía y bajaba agitadamente. En el instante en que Ji Zheng enterró su cabeza en el pecho del joven y mordisqueó la tentadora punta, éste apretó la partición, incluso más fuerte que antes.

Liberando su tetilla, el hombre lo embistió una y otra vez, follándolo tan duro y profundo que Gu Xia no pudo contener sus jadeos, exclamando en éxtasis.

—Pequeño bribón, apretándome tan fuerte —dijo jadeando con fuerza, mientras entraba y salía de él. Incluso las palabras que dijo sonaron, excepcionalmente lascivas a oídos del otro.

La manera en la que el cuerpo del joven reaccionaba era como el de un virgen pero su boca no era la de uno. Sus brazos estaban alrededor del cuello de Ji Zheng, mientras era penetrado, hasta que sus gritos de placer se desintegraron en maullidos.

—Ahhh…pene, tu pene es tan grande. Mi ano está lleno…ah, Ji Zheng…

— ¿Sí? —Ralentizando sus embestidas, el hombre se movió para presionar su oído contra su boca.

—Quiero más. Fóllame más…

Habiendo llegado al clímax dos veces ya, fue volteado repentinamente para ser arremetido sin piedad de nuevo, las piernas y brazos del joven no pudieron soportar más y estaban por ceder en cualquier momento. Por lo que comenzó a suplicarle al hombre que eyaculara dentro de él.

— ¿No fuiste tú quien me pidió que te follara más? —Preguntó descaradamente, haciéndose el tonto— ¿Hmm? Pequeño bribón, ¿te sientes bien después de que te he cogido tanto? Quieres más, ¿no es así?

Llorando, Gu Xia trató de secar sus lágrimas, mientras se acercaba para besarlo y decir:

—No más…ah… ¡No más! ¡Para! Ji Zheng…Ji Zheng…

—Amor, eres demasiado lindo —le dijo, mientras respondía al beso, una vez más, envolviendo su lengua con la del otro, mientras exploraba su boca.

Los dos follaron con locura durante un largo tiempo, hasta que el fuego eventualmente se calmó. Finalmente, Ji Zheng eyaculó, disparando su carga en el interior del joven con penetraciones rápidas y potentes. Ni siquiera salió de él una vez que estaba completamente agotado. Gu Xia lo miró con los ojos muy abiertos, llenos de lágrimas, temeroso de que se endureciera de nuevo.

—Bien —Ji Zheng le plantó un beso en cada ojo— ¿Me odias por hacerte esto?

—No, no lo hago —contestó.

—Mm —El hombre besó sus labios nuevamente —aunque lo hagas, no puedes correr. ¿Entendido?

—No lo odio —levantando sus piernas, Gu Xia quería instalarlas sobre el otro, causando, en el proceso, que el flácido pene de éste se deslizara fuera. Incluso un fluido lechoso fluyó junto con él.

—Pequeño bribón —le dijo a la vez que le tocaba la nariz cariñosamente.

—Adoro cuando te metes conmigo —le confesó, mientras se aferraba a él a pesar de lo que le había dicho.

El otro se rió a modo de respuesta y luego dijo:

—Duerme. Más tarde te ayudaré a que te limpies. Pórtate bien.

⧫ ⧫ ⧫

Temprano, a la mañana siguiente, Gu Xia despertó en los brazos de Ji Zheng. Lo miró, mientras lo tocaba con sus dedos. A pesar de que era consciente de que todo lo ocurrido el día anterior era real, aún seguía sin sentirse tranquilo, pensando que todo había sido un sueño.

Cuando el hombre se despertó, vio que éste lo miraba fijamente, lo que derritió por completo su corazón, mientras inclinaba la cabeza para besar ligeramente sus labios y lo saludaba:

—Buenos días.

—Buenos días —le contestó.

Después de levantarse de la cama, Ji Zheng hizo un desayuno sencillo. El joven, quien comía mientras lo miraba descaradamente en plena luz del día al otro lado de la mesa, no podía evitar sentir una inmensa gratificación, la cual, exudaba mientras estaba perdido en sus pensamientos. Un hombre maravilloso como él finalmente era suyo.

Ji Zheng comió rápidamente y, después de haber terminado, se acercó a él, acariciando su rostro y su barbilla como lo haría con un gato.

— ¿Por qué sigues mirándome?

—Porque quiero —dijo, para luego tragar la comida en su boca, mientras alzaba su cabeza con una expresión de orgullo excepcional en su semblante.

—Seguro —dijo mientras reía —mira todo lo que quieras. Soy todo tuyo.

El joven se rió junto con él, preguntando:

— ¿Significa esto que mi juego de seducción fue un éxito?

— ¿Juego de seducción? —Repitió alzando sus cejas. Claramente divertido con este término.

Entonces, Gu Xia le contó todo acerca de esta “magnífica hazaña” de los últimos días.

Mientras el otro escuchaba sus aventuras, sintió que su corazón se llenaba de cariño, su mitad inferior, rápida y honestamente, saltó a la acción una vez más.

Recordó los pequeños trucos que el joven había llevado a cabo recientemente, antes de inclinar su cabeza, pasando sus dedos por su cabello, mientras capturaba sus labios en un beso delicado.

—Bueno, felicitaciones por tu éxito. Soy tuyo —murmuró, profundizando el beso, y continuó: —Tú también eres mío.


Shiro
¡Fin! Espero hayan disfrutado esta dulce y corta historia y que hayan pasado unas muy felices fiestas. ☆*:.。.o(≧▽≦)o.。.:*☆ Hasta la próxima~

7 respuestas a “Juego de Seducción – Capítulo 4”

  1. Ahhh amo cuando todo es lindo sin tanto embrollo y muy Hot hahahahahhsa 🙊💕
    Muchísimas gracias por la traducción!!!! 💕 💕💕💕💕

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