La Legión del Unicornio – Capítulo 31: El uso razonable de la Niebla Mágica

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


—Julian —El elfo respondió suavemente—. Ya no puedo usar ese apodo, dejemos el pasado en el pasado.

Era como si el enano ya no pudiera escuchar lo que decía, simplemente se llevó las manos al rostro y se pellizcó con fuerza.

— ¡Aaaaaahhhhhh! ¡Si esto es un sueño, no me despierten!

Al ver que efectivamente había recuperado su energía, el caballero se acercó al elfo.

— ¿Encontraste algo?

El elfo señaló el rostro del cadáver, la máscara ya comenzaba a despegarse.

El hombre tendría alrededor de cuarenta años, el color de su piel indicaba que era alguien de interiores. El bastón era obviamente un báculo disfrazado. En sus bolsillos descubrieron algunas pociones mágicas y runas, las botellas llevaban las insignias de la Academia de Magos.

— ¿Un traidor?

—Quizás —Asintió el elfo—. Con su rostro y su firma, deberíamos ser capaces de encontrar sus registros en la Academia de Magos.

—Entonces, nuestro siguiente paso es…

—Investigar la habitación del jefe, explicarle la situación a los aldeanos y, en cuanto a los gnomos…

—No te preocupes —El caballero le palmeó el hombro—. Todo lo demás puede esperar. Es mejor encargarnos del cadáver e irnos a descansar.

— ¿Me veo demasiado preocupado? —El elfo levantó la cabeza, sonriendo al caballero—. Quizás sí lo estoy.

Como si lo hubieran cronometrado, la conversación entre el sireno y el enano comenzó a subir de tono.

—Entonces, ¿Ellen es famoso?

— ¿Famoso? ¡Joven Shelly, esa palabra no es suficiente para describirlo! Él es el usuario del arma mágica el Lucero del Alba, todos los arqueros de la Era Legendaria lo admiraban, desde los trovadores errantes…

— ¡Julian! ¡Por favor, para! —El elfo no pudo seguir soportándolo y se puso de pie, su rostro con un toque de rojo—. Es muy vergonzoso…

— ¿Eh? Pero…

— ¡Sin peros, esto es una orden!

El caballero miró al elfo y al enano, finalmente no pudo resistir la risa.

—Julian, déjalo así. Si dices algo más, el capitán nos ordenará cavar otro hoyo para enterrarlo a él también.

—No lo entiendo… —dijo el enano tercamente—. ¿No es algo de lo que estar orgulloso?

—Lo entenderás un día —El elfo parecía querer esconderse detrás del caballero—. Cuando estés siendo examinado.

El enano no parecía haber escuchado eso. Su mirada se volvió adoradora, estaba mirando el arma de aspecto normal en la espalda del elfo.

— ¿Podría ser que… ese arco sea…?

—A un precio con descuento en la tienda de armas en los barrios bajos de Elvira, un total de tres monedas de oro, incluido el carcaj y veinticuatro flechas.

— ¿Eh…? Entonces… ¿Qué pasó con el Lucero del Alba?

—No lo sé —El elfo sacudió la cabeza—. De todos modos, ya no tengo la capacidad de controlarlo.

En un considerado silencio, enterraron el cuerpo del mago y regresaron a sus habitaciones en la Posada de los Gnomos.

—Aunque estoy muy cansado, no tengo ganas de dormir —dijo el enano en voz baja—. ¿Esto se llama insomnio?

—Ve a bañarte primero —El sireno sugirió felizmente—. Los baños humanos son realmente divertidos.

—Es cierto —El caballero miró hacia su cuerpo cubierto de barro, asintiendo—. Aprovecha esta oportunidad. En unos pocos días, incluso si deseas bañarte, sólo podrás hacerlo con agua fría.

Las instalaciones de baño de la Posada de los Gnomos estaban bajo tierra, y prácticamente era un caldero encima de una estufa. Había un pozo en el patio, con madera y un cubo agua a un lado, todo dispuesto para que los clientes lo manejaran ellos mismos.

El interior del cuarto de baño era simple y grande, pero habían unos tablones de madera que separaban unos cubículos individuales.

—Eso es sorprendentemente detallado y considerado para nuestra privacidad —dijo el caballero sorprendido—. Se siente mucho mejor que Elvira.

— ¿Podría ser para evitar que ocurran incidentes de caída del jabón? —preguntó el sireno.

— ¿Qué es eso de caída del jabón?

—Julian, no pregunte. —El caballero parecía como si se estuviera ahogando.

Para evitar que el sireno creara más problemas, el caballero lo cogió y lo arrojó a uno de los cubículos junto con el agua caliente.

—No más hablar, bañarse es más importante.

El sireno estuvo de acuerdo alegremente, seguidamente se vio niebla saliendo del cubículo, llenando rápidamente toda la habitación.

Entonces, de la niebla, salió el sonido del agua y la voz áspera de un hombre corpulento.

— Oh~ Mi hermosa y adorable doncella regordeta~ con un pecho tan vasto como el mar, arrullándome cada noche en esos gruesos brazos, arrastras a este marinero a un plácido dormir~ da, da~.

— ¡Shelly! ¡¿Qué estás haciendo?! —El caballero gritó mientras apretaba los dientes.

—Espantando a la gente —respondió el sireno, su voz volviendo a la normalidad—. Debido a que me gusta volver a mi forma original cuando me baño, Raymond me pedía que tuviera cuidado de no dejar que nadie viera. Cada vez que hago esto, todos huyen.

— ¡Es medianoche! ¡Sólo nosotros estamos aquí!

— ¡Ah! —respondió el sireno—. Entonces no tengo que usar esa voz.

— ¡Y deja de jugar en el agua!

Al contestarle, la hermosa voz del sireno comenzó a sonar de nuevo.

—Oh~ sus gruesas cejas negras~ son como las algas flotando~ en el mar…

— ¡Shelly! ¿No puedes cambiar a otra canción?

♦ ♦ ♦

— ¿No se supone que el agua caliente te quita el cansancio? —Media hora después, el caballero entró tambaleándose en la habitación—. ¿Pero por qué me siento aún más cansado?

— ¿No es eso bueno…? —murmuró el elfo, tirándose sobre el colchón.

—Oye, oye, ¿no te vas a secar el pelo antes de dormir? Te resfriarás —El caballero frunció el ceño.

—No te preocupes… Los elfos no se resfrían… Es un… rasgo racial. Buenas noches, Caín.

El caballero suspiró, extendió la mano y apartó el largo cabello del elfo.

—Buenas noches, Ellen.

El rostro del enano se volvió a enrojecer. El sireno se escondió en sus mantas, sonriendo en secreto.

Era la hora más oscura antes del amanecer. La habitación era silenciosa y cálida, el mejor ambiente para dormir. Pero el enano aún estaba despierto, mirando el techo.

Hubo un tiempo, en que pensó en darse por vencido, incluso consolándose con que tal vez el diario de Todd era sólo una novela de aventuras inventada por el mismo escritor. Pero ahora estaba experimentando la secuela de esa novela.

Era como si la batalla de hace unas horas estuviera grabada a fuego en sus ojos, incluso con los ojos cerrados, la escena se reproducía en su mente, negándose a desaparecer.

El lucero del alba más deslumbrante, el nombre en sí mismo, Ellen, el sabueso del alba, era un título sorprendentemente adecuado. Porque no importaba cuán brillante fuera la estrella, junto al brillo del sol y la luna, sería insignificante.

En la Legión del Unicornio, el papel que desempeñaba el arquero élfico era algo así. En comparación con esos miembros imprudentes, sus modestas acciones realmente lo hacían ver discreto. O, tal vez porque siempre se escondía intencionalmente o no detrás del esplendor de los demás.

Eso no significaba que se distanciara deliberadamente de los demás, todo lo contrario, con cada compañero de equipo, incluido alguien como yo que no era combatiente, era muy amable y gentil. Se preocupaba y confiaba en todos, pero ese sentimiento no tenía un propósito claro. Nadie podía declarar ser su mejor amigo y en términos de romance, parecía completamente desinteresado. Era un compañero de equipo muy confiable, pero por otro lado, no parecía confiar fácilmente en los demás.

¿Se debía esto a la naturaleza indiferente de los elfos o, era causado por su propia historia desconocida por mí?

Si lo veían pelear con sus propios ojos, seguramente entenderían el significado de deslumbrante. Sólo en el campo de batalla revelaba esa pasión y valentía. Puedo decir sin exagerar, que realmente te deslumbraba.

Tal vez esta era la verdadera naturaleza de Ellen, el sabueso del alba.

La descripción más detallada del elfo en el diario de Todd era sólo esta breve página.

Pensando en eso, el enano inconscientemente mostró una pequeña sonrisa de satisfacción.

Señor Todd, no sé qué sucedió en esos trescientos años, pero el señor Ellen que conozco ahora, ya no es lo mismo sabueso del alba que usted ha descrito.

La historia de la Legión del Unicornio aún no está terminada y yo deseo presenciarla hasta su final.

Ese diario, déjeme continuarlo.


Kavaalin
Como la canción de Shelly de verdad exista, me muero xD

Una respuesta en “La Legión del Unicornio – Capítulo 31: El uso razonable de la Niebla Mágica”

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