Ningún mundo parece el adecuado – Prólogo: El sistema que fue devorado por su festín

Traducido por Huqu

Editado por Nebbia

Corregido por Naiarah y Shiro


Mientras Shao Qian miraba el espacio entre mundos en el que se encontraba, tenía la mente totalmente en blanco.

Cuando lo asesinaron, para poder sobrevivir aceptó ligarse a un sistema llamado «Resurrección», con la idea de volver al pasado y así evitar su muerte. Aunque nada lo ataba a ese mundo, nunca se imaginó que moriría por causas desconocidas.

Durante años, trabajó duro para completar todas las tareas que le iba asignando el sistema; aunque le humillaran, hirieran de gravedad, usaran como «carne de cañón» y estuviera a punto de morir, jamás pensó en rendirse. Volvería a su mundo, después de todo, ese era su único objetivo.

Sin embargo, al final, lo único que consiguió al completar las tareas fue que el sistema reunió la energía necesaria para devorarlo. Le había dicho que renacería al completarlas, pero no fue más que un timo; su propósito desde un principio era devorarle, pero antes aderezaría su alma haciéndole viajar por varios mundos, realizando tareas diversas.

El llamado «sistema» no era más que una especie de gourmet. Las almas ordinarias no le satisfacían, así que reunía varias de estas y las repartía por distintos mundos que las hicieran crecer para que fueran de su agrado. Siendo similar a un chef que salteaba los distintos ingredientes y los condimentaba para dotar al plato de nuevos sabores. Así pues, el sistema esperaba hasta que el alma fuera lo suficientemente «sabrosa» para disfrutar del banquete.

No obstante, después de recorrer incontables mundos, Shao Qian comenzó a sentir que el verdadero propósito del sistema no era tan sencillo como aparentaba, por lo que decidió ser más cauto. Así que, cuando el sistema lo atrapó en el espacio entre mundos para engullirle, él lo estaba esperando con un plan para arrastrarlo consigo, pero nunca imaginó ser el superviviente de dicha batalla.

Decir «sobrevivir» quizás era exagerado; ya que sin saber cómo ni por qué, consiguió devorar la mitad del sistema.

Una vez comenzó a examinar el menú, descubrió que la apariencia de este había cambiado: ya no había más repugnantes tareas y la aparición esporádica de notificaciones carmesíes que lo amenazaban también cesó.

Entonces, al extender su brazo derecho, vio el diseño decorativo de la palma de su mano, y no pudo sofocar la risa llena de amargura que brotó de su pecho. El sistema nunca esperó convertirse en pasto de su propia «comida».

De todas formas, ahora que ya no estaba, ¿qué más debería hacer? Tras semejante trago, volver a su mundo no era una prioridad en ese momento. En cuanto a los otros mundos…

En cada uno lo habían asesinado, lo cual no le dejó una impresión favorable. Hubo un tiempo en el que llegó a pensar que si alguna vez tenía la oportunidad, sin duda alguna se vengaría de los llamados «protagonistas»…

¿Eh? 

Shao Qian estaba reflexionando con seriedad sobre su situación actual; a pesar de que seguía siendo un alma, ahora también era en parte sistema, lo cual le permitió descifrar parte de la información de las cadenas de datos adquiridas. Parecía que el sistema necesitaba de energía para vivir, no era extraño, entonces, que siempre le forzara a realizar esas tareas.

Sin embargo, dado que no tenía nada mejor que hacer…

¿Debería regresar a esos lugares y vengarme de aquellos que me causaron pesar?

Tomó esa idea en consideración.

Antes, era el sistema el que establecía los mundos a los que iría, y aunque solo tenía la mitad de sus datos, las coordenadas de esos mundos, por suerte, seguían allí. Quería llegar a ellos, pero tenía un problema de energía: resultaba obvio que solo albergaba la necesaria para trasladarse a un mundo. Además, necesitaba tiempo para prepararlo todo.

Por lo que, a continuación, se sentó en la postura del loto y se concentró en controlar el caótico poder del alma que se encontraba en su interior.

Poco a poco, su cuerpo lleno de hematomas y heridas se recuperó. Cuando por fin sintió el gran poder que poseía, sonrió de una forma un tanto extraña. En aquel instante, pudo incluso entender la obsesión del sistema. Tenía tanto poder que sentía como si estuviera a punto de desbordarse. Jamás se había sentido tan satisfecho e imponente.

Shao Qian se quedó en el espacio entre mundos un tiempo para regular su energía, pero, al despertar observó su resplandeciente entorno con frialdad. Aunque su mirada había recuperado su vigor previo, sentía que dejaba algo atrás, como si su alma se encontrara incompleta, como si… hubiera perdido algo realmente importante.

Ese abrumador e incontrolable sentimiento le enfermaba, hasta el punto que sintió un leve dolor en el pecho, como si le hubieran arrancado algo muy preciado. Al final, no pudo descubrir qué le sucedía, por lo que esperó hasta sentirse mejor y tomó una mota de luz que flotaba a su lado. Así dejó atrás el vasto mar de estrellas.

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