Una Verdadera Estrella – Volumen 2 – Capítulo 28: Trampa

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Muchas cosas quedaron sin decir. Tang Feng no pensó que sus palabras tendrían un gran efecto en Gino, pero al menos le permitiría al hombre reflexionar claramente sobre el pasado y dejar la sombra de Fiennes lo más rápido posible. Estaba seguro de que Gino algún día dejaría sus recuerdos de Fiennes en el pasado, solo esperaba que sucediera antes.

Estaba dispuesto a hacerse amigo de Gino, pero era mejor no meterse en cualquier cosa mayor, por el bien de los dos.

— ¿Cómo es que no hubo tantas personas que se confesaran en mi vida anterior? —pensó, en voz alta, Tang Feng mientras se vestía frente a un espejo.

No tuvo escenas para filmar en los últimos días, así que había tenido tiempo para concentrarse en otras cosas. Ayer, la pequeña Annie llamó para invitarlo a su casa. No pudo ir la última vez porque estaba visitando la tumba de Fiennes, por lo que, si la rechazaba de nuevo, realmente podría herir los sentimientos de la niña. Tang Feng no podía soportar ser tan cruel con una niña linda e inocente y tenía unos días libres, por lo que aceptó de inmediato.

La casa de Annie en Filadelfia estaba a solo dos horas del apartamento de Tang Feng. Planeó ir ahí hoy, pasar la noche y luego tomar un autobús de regreso a la mañana siguiente.

— ¿Tu vida anterior? Parece que no te sentiste muy bienvenido en tu vida anterior, estuviste en la luna por la confesión de Lu Tian Chen, mi querido amor. —No había nadie que pudiera hablar tan suavemente en un tono tan frívolo más que Charles. El hombre vestía ropa elegante gris claro, mientras se apoyaba contra la jamba de la puerta. Quién sabía cuándo había llegado; comparado con Lu Tian Chen, Charles era el verdadero ocioso.

—Así es, antes de caer al agua, no había mucha gente que me quisiera. —Cuando terminó de vestirse, Tang Feng se acercó a la cama para ponerse el reloj y ver la hora. Eran las 8 AM. Podía llegar a lo de la pequeña Annie antes del almuerzo.

—Parece que soy yo quien realmente descubrió tu encanto, cariño.

—Oh, gracias. —Sacando la caja de postres que compró ayer como regalo de visita, Tang Feng se dirigió a la puerta. Se movió hacia un lado para pasar junto a Charles, pero este último tiró de su brazo.

—Realmente me gustan los niños —Charles dijo mientras sonreía brillantemente —Especialmente niñas lindas.

¿Por qué su expresión se veía tan siniestra?

—Qué tío espeluznante. —Tang Feng sacudió la cabeza y se liberó del agarre de Charles para bajar las escaleras.

Al ver a Lu Tian Chen, quien estaba sentado a la mesa leyendo el periódico, Tang Feng preguntó —Voy a ir a la casa de la pequeña Annie por dos días, ¿vienes?

Charles lo siguió y se burló fríamente.

Lu Tian Chen miró los periódicos y respondió con indiferencia —No me gustan los niños.

♦ ♦ ♦

— ¿Realmente te gustan las niñas pequeñas? —Lu Tian Chen preguntó mientras estaba sentado en el sofá con los brazos cruzados.

—No, odio a los niños. —Charles se sentó en una pose similar al lado de Lu Tian Chen. Ambos estaban mirando afuera a Tang Feng quien estaba jugando con pistolas de agua con Annie a través de la ventana francesa. Realmente no podían entender lo que era tan divertido de un niño tonto y terco. Los niños de cuatro o cinco años no solo no escucharon nada, sino que la mayoría de ellos se convirtieron en pequeños demonios después de ser mimados por sus padres.

A Lu Tian Chen no le gustaban los niños porque le faltaba la paciencia para jugar y comunicarse con ellos.

A Charles no le gustaban los niños porque estos gritaban y saltaban como gorriones, lo que lo molestaba.

Es por eso que ninguno de los dos prestó atención a la niña que se asemeja a una muñeca occidental. En cambio, estaban observando a Tang Feng, cuyo cabello y camisa habían sido empapados por la pistola de agua.

—No pensé que vendrías. ¿No ibas a asistir a una fiesta de bebidas? —Charles preguntó mientras miraba a su viejo amigo a su lado.

— ¿No tienes también asuntos que discutir en estos días? —La mirada de Lu Tian Chen cambió de Tang Feng a la pequeña Annie a su lado. Él entrecerró los ojos. —Creo que esta Annie luce un poco familiar.

— ¿Es tu hija secreta? —Charles hizo un chiste malo con indiferencia.

— ¿No se parece más a ti? Mira su cabello rojizo, se ve exactamente como tú.

Fuera de la ventana, Tang Feng saludó a los dos hombres sentados dentro de la casa, haciendo señas a Charles y Lu Tian Chen para que salieran a jugar. Los dos hombres les devolvieron el saludo, sacudieron la cabeza y sonrieron silenciosamente de acuerdo, expresando que preferirían sentarse en el interior.

Si no estuvieran preocupados por Tang Feng, no habrían venido a jugar con algún niño.

El timbre del teléfono de Charles llamó la atención de Lu Tian Chen.

—Seguridad primero. —Charles sonrió mientras abría su teléfono. A su llegada a la casa de la pequeña Annie, había tomado el nombre del padre y la dirección de Annie para investigar los orígenes de la niña.

Qué maravilloso hábito ocupacional. No importa dónde estaba, estaba acostumbrado a investigar las identidades de extraños.

Después de leer el contenido del correo electrónico, Charles guardó tranquilamente su teléfono y miró a la pequeña Annie. Sonriendo, dijo sin entusiasmo —No hay problema.

♦ ♦ ♦

—Jefe, se han ido. —dijo el hombre en voz baja.

— ¿Está la pequeña dama jugando alegremente? —En el otro extremo de la línea, se escuchó la voz profunda y distintiva de Albert. Sonaba como un narrador de obras de Shakespeare.

—La pequeña dama Annie y el señor Tang Feng están jugando muy felices juntos. —El hombre informó honestamente. No importa cuán inteligente o precoz sea un niño, su naturaleza juguetona se mantuvo sin cambios.

—Eso es bueno.

—Jefe, ¿debemos tomar medidas? —el hombre preguntó.

—No, todo está bien. Espero que haya un rastro de mí en su proceso de crecimiento, pero no deseo arrancar prematuramente una fruta poco madura. Que Annie se mantenga en contacto con Tang Feng.

—Sí, jefe.

Primero, hagamos que baje la guardia y luego, lentamente, paso a paso, disfrutemos del placer de la caza.

♦ ♦ ♦

PELÍCULA: EL CALLEJÓN DE SATANÁS

ESCENA 43

LOCACIÓN: PUEBLO CERCA DE LA IGLESIA, EXTERIOR

TIRO AL AIRE LIBRE, DE DÍA

El monje, junto con algunas personas de la iglesia, fue al pueblo cercano para recoger los suministros. Como tenían muchos artículos diferentes para comprar, dividieron las tareas y cada uno se fue por su cuenta.

Tang tuvo que comprar algunos artículos simples y cotidianos como la harina. Solo comía arroz en su ciudad natal y aunque el viejo padre también comía arroz con él, a veces lo obligaba a comer pan. Realmente le gustó la comida suave y sabrosa, solo que ahora que come mucho, comenzó a extrañar comer arroz.

Extrañaba muchas cosas, incluidas algunas personas.

Chris ya se había ido durante medio año y, de no ser por su contacto ocasional, habría pensado que el hombre, con el que alguna vez tuvo momentos íntimos, se había ido de su vida.

Tang llegó a la tienda que vendía harina. El dueño de la tienda ya lo conocía, así que ya no tenía que hacer gestos ni escribir en un pedazo de papel para comprar harina.

Después de pagarlo, un trabajador de la tienda lo ayudó a llevar la harina al carrito. La cantidad de harina que toda la iglesia necesitaba era mucho más que una bolsa.

Pensó en Chris. La primera vez que vino al pueblo a comprar suministros fue con Chris. Este último le enseñó cómo comunicarse con los dueños de las tiendas y cómo montar el carro de caballos. De repente, comenzó a extrañarlo. A medida que pasaba el tiempo, más incapaz se volvía de controlar su deseo por el joven y guapo hombre rubio.

Esto era un pecado, pero de repente no le importó. Los días eran tan aburridos que se sintió sofocado.

—Hola, monje, déjame el duro y pesado trabajo. Cielos, tus manos son tan pálidas y suaves que son aún más bonitas que las manos de la joven dama de Andrew. Monje, como eres la primera persona del Este en venir aquí, ¿es cierto que la gente de ahí sabe volar? Oh Dios, monje, ¿todas las chicas tienen una piel suave y tersa como la tuya? Parecen realmente… —El trabajador de la tienda de harina tragó saliva y extendió sus toscas palmas, queriendo tocar al hombre.

— ¡Tom! ¡Vuelve al trabajo y deja de molestar al monje! —El dueño de la tienda gritó desde adentro. Tom sonrió y escupió en el suelo antes de continuar cargando las bolsas de harina en el carrito.

Tang caminó junto a la carreta para mirar. No le gustaba Tom. Después de que Chris se fuera, cada vez que venía a comprar harina, Tom siempre lo miraba desagradablemente. Puede ser que Tom haya comenzado a decir algunas palabras muy groseras en sus oídos después de descubrir que no podía hablar.

La gente de aquí era más educada de lo que él imaginaba, pero algunos también eran más vulgares.

La diferencia entre Tom y Chris era como la diferencia entre el barro empapado de agua de lluvia y las nubes blancas en el cielo.

Extrañaba a Chris aún más.

Chris, ¿cuándo volverás?

Chris, ya tengo una respuesta en mi corazón.


Sakuya
Lo siento, pero a mi no me agrada, nada, nadita Albert… ¬_¬

Una respuesta en “Una Verdadera Estrella – Volumen 2 – Capítulo 28: Trampa”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido