Vida en el campo – Especial 1: Memorias de Crash (1)

Traducido por Jenei

Editado por Sakuya

Corregido por Beemiracle


Esa persona era muy hermosa.

La primera vez que empecé a servirle fue cuando tenía 20 años. Yo trabajaba como agricultor en el campo, cuando un día fui llamado por el alcalde.

—La nueva princesa está buscando un granjero para ayudar con la agricultura, ¿usted lo haría? —dijo.

Me gustaba el campo. Sin embargo, no quería seguir viviendo así. En mi corazón, sentí que era una jugada del destino, así que fui de inmediato al Castillo para dar mi respuesta.

Hasta que la princesa llegó, decidí entrenar mi espada como guardia. Cambiando la azada por una espada, me sumergí en el dominio del arma. Fue refrescante y me divertía todos los días.

Oí muchos rumores en nuestro cuartel. Que la mujer de la que Su Majestad Gilliam se había enamorado era del campo, o que era una mala mujer que estaba flotando sobre el rey.

No sentía nada más que “Oh, ¿es así?”

Inesperadamente, en los cuarteles les gustaba hablar de ello, diciendo esto y aquello, todas las mañanas. Me preguntaba qué clase de persona era después de escuchar tales rumores, pero estos eran falsos. Ella era una hermosa joven.

En el momento en que vi su apariencia tan inmaculada y digna, mi cuerpo se arrodilló instintivamente.

No debe ver mi aspecto fangoso, así que debo mantener mi cabeza baja, es lo que pensaba.

Sin embargo, esa persona se sentó para encontrar mis ojos y encima de eso, envolvió mis palmas y sonrió.

—Soy Liliana, quien empezará a vivir aquí a partir de hoy. Por favor cuídame.

Me enamoré en ese momento.

Era un hombre joven nacido y criado en el campo, sin siquiera saber lo que el amor significaba, así que no pude evitar enamorarme cuando una dama me mostró tal bondad primera vez. Además, la señorita Liliana era una persona hermosa. No caer por ella sería una extrañeza.

—¡TÚ! ¡No mires a mi esposa con esos ojos groseros y pervertidos! ¡Te mataré!

Sin embargo, Su Majestad Gilliam, que por lo general era de un temperamento moderado, blandió su espada mientras me miraba. Temiendo por mi vida, mi amor se desvaneció.

A partir de entonces, el tiempo pasó lentamente. El jardín de la señorita Liliana cambiaba de plantas a cultivos cada estación, era hermoso. Aunque su conocimiento sobre agricultura no podía compararse con el mío, ella todavía escuchaba bien mis sugerencias y las tomaba como referencia.

Yo mismo aprendí mucho de ella, y mis conocimientos se profundizaron, así que le llevé algunas lecciones a los agricultores.

Sin embargo, esos momentos felices no duraron.

La señorita Liliana cayó enferma y eventualmente abandonó este mundo. Su Majestad Gilliam, que estaba lleno de dolor, destrozó su cuerpo, cayó enfermo y murió de vejez.

Y entonces, mi papel terminó.

Era difícil recordar esas memorias felices mientras estaba en el Castillo, así que decidí volver al campo. Sin embargo, el rey en ese momento, Su Majestad Cherubim, me llamó y me ordenó que cuidara del jardín de la señorita Liliana a su lado, y me convirtió en Guardia del Palacio.

El jardín que la señorita Liliana hizo se convirtió en mi responsabilidad. Y así, me convertí en guardia.

Su Majestad Cherubim se casó y nacieron tres hijos. Debido a que Su Majestad Gilliam y la señorita Liliana no tuvieron hijos, el Reino celebró cuando un príncipe nació después de un largo tiempo.

Yo también recuerdo cómo se me cayeron las lágrimas cuando oí las trompetas desde el jardín celebrando el nacimiento.

♦ ♦ ♦

Me pregunto desde cuándo comencé escuchar de la lucha de esos príncipes por la sucesión. El segundo príncipe en especial estaba lleno de malos rumores. Que es un bueno para nada y una persona ruidosa sin presencia o lo que sea.

No sentí nada más que “Oh, ¿es así?”.

Inesperadamente, en los cuarteles les gustaba hablar de ello, diciendo esto y aquello todas las mañanas.

Al día siguiente, fui convocado por Su Majestad Cherubim por un asunto urgente.

Se trataba del segundo príncipe, de quien solo se hablan malos rumores. Al parecer, dijo que quería ser granjero y abandonó el castillo.

—No puedo hacerlo solo, ¿podrías protegerlo en mi lugar?

Es la primera vez que veo a Su Majestad Cherubim en pánico, pensé mientras bajaba la cabeza.

—¡Si! —le respondí, y poco después comencé a prepararme para salir del Castillo.

Al parecer el príncipe vendió sus pertenencias para ganar algo de dinero. Desde que fue criado en la Realeza, me pregunté cómo iba a mantener sus gastos; fue inesperado que eligiera una manera realista para hacerle frente a este problema. Qué sorprendente.

Me cambié a la ropa de un plebeyo y me dirigí a la posada donde el príncipe se quedaba para entrar en contacto.

Parecía estar cenando en el comedor, así que fui allí después de registrarme.

En el momento que vi al segundo príncipe Aine, pensé que mis ojos se saldrían.

Allí estaba la fallecida señorita Liliana. Aunque su piel era demasiado blanca y el cabello demasiado corto, pero sin duda era parecido a la señorita Liliana.

Sentí como si el tiempo se hubiese detenido, mi pecho se sentía caliente y las lágrimas cayeron.

Ahora comprendo por qué Su Majestad Cherubim me ordenó a mi, quien estudió bajo la difunta reina, enseñarle a Su Alteza Aine, quien dijo que quería aprender sobre la agricultura.

Después de perder a la señorita Liliana, el yo que vivía en la tristeza obtuvo una razón para vivir de nuevo.

No importa qué, debo proteger a Su Alteza Aine y enseñarle la agricultura. Vi cómo él comía en el comedor y juntaba su determinación.

A la mañana siguiente, marché a la casa investigada por la División de Inteligencia y, “casualmente” me topé con Su Alteza Aine, que estaba desayunando. Mientras reprimía la emoción en mi corazón, aun sabiendo que soy un plebeyo, Su Alteza Aine escuchó mi historia sin ninguna precaución. No sólo eso, incluso tocó al yo que tiene una posición más baja con una actitud amistosa.

La situación era igual que cuando conocí a la señorita Liliana, causando que mis glándulas lagrimales se aflojaran y me costara controlar mis lágrimas.

Entonces le ofrecí a Su Alteza Aine una casa para quedarse y le enseñé los fundamentos de la agricultura como primer paso. Su piel, que solía ser blanca, ahora se ha quemado en color trigo y su pelo corto, que dijo que estaba en el camino, fue cortado aún más.

No se veía tan diferente de cuando llegó, pero viéndolo disfrutando de la agricultura tan naturalmente, empecé a pensar que esto tampoco era tan malo.

Estaba en una ilusión, como si estuviera alimentando el crecimiento de la joven señorita Liliana.

2 respuestas a “Vida en el campo – Especial 1: Memorias de Crash (1)”

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