Un lirio que florece en otro mundo – Día 2, al mediodía: El mercader viajero y la formidable villana

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


Era cerca del mediodía cuando terminaron de limpiar la maleza, gracias a que ahora eran dos personas trabajando en ello, y la estrella de Atika, el mercader que viajaba de casa en casa, vino a llamar a la puerta.

♦ ♦ ♦

Vino montando un carro cubierto, con el que se movía por la carretera. El mercader viajero se acercó lentamente desde la distancia. Al ver a Miyako y a Fuuka, ella agitó su mano alegremente.

—Bien, bien, bien. Realmente hay dos jóvenes aquí. Mis instintos de mercader eran correctos. —El mercader viajero del que presumía Miyako era una niña pequeña con el pelo del color de un campo de trigo de otoño, que estaba atado en dos moños. Tenía una sonrisa de gato—. Mi nombre es Shan Li. Espero hacer negocios con usted.

—Parece que pertenece a una de las familias del continente occidental. Ella podría vendernos algo raro —pensó Miyako.

—¡Oh Dios, no se ven lindas con su ropa de trabajo a juego!

Miyako dejó escapar una carcajada contenta.

—A juego con Fuuka… ¡Es un poco embarazoso escuchar a alguien más decirlo! ¡¡Gracias, bonita!! —Bonita… Cuando Miyako dijo eso con una sonrisa, la expresión de la comerciante Shan Li se endureció—. ¿Eh? ¿Dije algo que no debería haber dicho?

—¡¿Bonita?! ¡¡Disculpe, no soy una niña!!

—Oh, err, ¡¿perdón?!

De repente, comenzó a bombardeala con palabras del lenguaje del continente, Miyako entró en pánico. No tengo ni idea de lo que está diciendo.

—Por el amor de Dios, apártate, Miyako —dijo Fuuka.

—¿Eh? —dijo Miyako. Y cuando se dio la vuelta…

—Disculpe, Shan Li-san… —Fuuka comenzó a hablar muy fluido el lenguaje continental. Después de estudiar cada mañana todos los días, Fuuka era muy competente en el idioma continental, y la sonrisa felina pronto regresó a la cara de Shan Li.

—Aparentemente Shan Li-san cumplió treinta este año —dijo Fuuka, volviéndose hacia Miyako.

—Oh, con que es así… ¡¿Espera, qué?!

—Realmente si que eres algo, llamando a tus mayores bonita, tremenda falta de respeto —expresó Shan Li.

—En efecto  acordó Fuuka.

—¿Cuándo se convirtieron ustedes dos en amigas cercanas tan pronto?. Ademas lo mires por donde lo mires, Shan Li es una adolescente.

—¿Miyako?

—Quiero decir que es una mujer muy hermosa.

—Mucho mejor.

Miyako acunó su cabeza mientras giraba en círculos. ¿Treinta? ¿En serio? Pero no parece tener más de quince años, si, eso es lo que parece.

—A modo de disculpa, todos los días durante las próximas dos semanas compraremos el paquete de oferta diaria de la hermana mayor Shan Li.

—¡¿Qué?! ¡¿Justo cuando se hizo ese trato?! Fuuka, no puedes simplemente…

—Oh, chica, te he visto antes, ahora que lo pienso. Eres la chica de los Florence, ¿verdad?

Miyako se congeló.

Shan Li sonrió como un gato.

—Ayer pasé por la casa de los Florence y no me dijeron nada de este lugar. De hecho, todo lo que gritaron fue “Estamos tan aliviados de que nuestra pequeña marimacho esté en la capital ahora. ¡Incluso está comprometida!”

—Ah, um, sobre eso…

No les he dicho nada a mi familia sobre la cancelación del compromiso. No esperaban que estuviera tan cerca, así que pensé que podría engañarlos por un tiempo. Sólo el conductor que nos trajo aquí sabe que estamos aquí, y he comprado su silencio. Siempre quiso vivir en el sur, y desde ayer debería haberse retirado e irse directamente de vacaciones.

—No soy de los que hablan por hablar… —dijo con su sonrisa felina —y mucho menos sobre mis clientes, eso es.

Y así, se decidió que a partir de ese día, comprarían un pedido regular de Shan Li.

—Bajaré el precio, en reconocimiento a las magníficas negociaciones continentales de Fuuka.

 —¡Oh, muchas gracias, lady Shan Li!

—Serías una buena comerciante, Fuuka. ¡Adiós!

Miyako encontró a Fuuka riéndose para sí misma victoriosa, se veía increíblemente linda, oh Dios mío, así que decidió que esta situación estaba bien.

♦ ♦ ♦

—Espera, esta cosa es realmente muy buena.

Por la tarde Miyako abrió la bolsa de yute que era el paquete de oferta diario, que le habían comprado a Shan Li para comer algo antes de salir a bañarse. Había huevos, leche, queso, pan, verduras (tanto de raíz como de otro tipo), hierbas, y para colmo, carnes ahumadas y tocino.

—¡¿Todo esto por ese precio?! ¡¿Quieres decir que no eres realmente una ladrona?!

—Nunca he comprado antes, pero supongo que nos ha dado un buen trato —expresó Fuuka.

—¡Eres increíble, Fuuka! ¡Habla de regateo!

Miyako abrazó impulsivamente a Fuuka.

—¿Te importaría dejar de abrazarme por cada cosa, por favor? —Fuuka la miró con asco.

—Eh…

—¿Por qué te sorprendes por eso?

—Bueno, me hiciste el desayuno, y me ayudaste con las hierbas… pero ahora has vuelto a actuar con frialdad…? —pregunto Miyako.

—No sé qué es exactamente lo que estás malinterpretando; sólo decidí que sería más eficiente hacer esas cosas.

—¡De ninguna manera! ¡Definitivamente dijiste que limpiar la maleza “parecía divertido”!

—La magia blanca y las hierbas medicinales que estudié son una parte esencial de lo que soy. No podía dejar que los sirvientes me vieran trabajando en el campo cuando estaba en mi mansión, pero como aspirante a practicante de magia blanca, siempre he soñado con tener un campo al que atender —respondió Fuuka.

—Ehh, entonces…

—No es como si lo hiciera por ti o algo así. ¿Lo entiendes, Miyako? —dijo—. Además definitivamente no soy feliz.

Miyako se rascó la cabeza con Fuuka mientras le daba la espalda.

—Sigues diciendo eso.

—¡¿Dijiste algo?!

—No, nada.

Decidieron tener un almuerzo fácil, con pan, queso y las sobras de la sopa de esa mañana.

—Ahora bien, cuando llegue la tarde vamos a bañarnos.

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