¿Quiere que lo golpeé? Cualquier mujer obedecería de inmediato porque han crecido sumisas; sin embargo, golpear al emperador es peor que desobedecer. Es una falta que se paga con la vida.
Aún si lo ordena, no puedo golpearlo.
No soy como el resto de las mujeres, que jamás han conocido más allá de este infierno. Morí y renací; además, he estudiado con ahínco este mundo para sobrevivir. Seguí leyendo “Dicen que nací hija de un rey – Capítulo 06: Prefiero morir (5)”