¿Por qué estoy de pie aquí?
Tratando de escapar de la realidad de que estaba justo delante del trono del palacio real, eché un vistazo a algunos de los caballeros de más alto rango en el reino, el Marqués Rolentsor y el Conde Einsbark.
Su Majestad que estaba sentado ahí, siento que llamó mi nombre hace un momento, ¿estoy escuchando cosas? Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 145: Audiencia”
Llegué instantáneamente frente a los soldados enemigos antes de que supieran qué estaba pasando. Con un agarre de revés en mi alabarda, puse fuerza en ella mientras la deslizaba a través de la pared de lanzas enemigas.
Una lluvia de sangre caía. Como vanguardia, ahora estoy completamente cubierta de sangre, y los soldados que me seguían probablemente también se empaparon de rojo.
Según me dijo mi padre adoptivo Ergnade, es perfecto si te empapas de sangre. Tal como dijo, la apariencia llamativa de estar salpicado de rojo hizo que los soldados enemigos huyeran de mí. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 144: La parte no escrita de la historia (2)”
Acto 3, Parte 1
Las Grandes Llanuras al este del Fuerte Jugfena han sido testigo de la guerra durante los últimos seis años.
Primero, hubo una pequeña batalla defensiva que la capital real ha olvidado prácticamente, en la que participé con mi maltrecho ejército del territorio, compuesto por meros cincuenta soldados. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 143: La parte no escrita de la historia (1)”
Blair estaba complacido por su sumisión, aunque no por su actitud.
—Como quieras, hermana. —Él sonrió—. Espera aquí. Te conseguiré el más grande.
Se fue, conduciendo a los asistentes y los caballos al bosque. Tan pronto como estuvo segura de que se había ido, Leah miró a su alrededor. Los kurkanos también estaban a caballo, listos para partir. Se dio cuenta de que no llevaban fustas; sabían cómo manejar caballos sin tales herramientas. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 61: Mírame, Leah”
El clima era cada vez más frío y las hojas empezaban a cambiar de color. Incluso la luz del sol, que brillaba sobre el campo de entrenamiento, ocultaba su ira y empezaba a sonreír suavemente. La ligera brisa que soplaba era refrescante.
—Buen trabajo el día de hoy.
—Usted también, señor Dillon. Hasta mañana.
Seguí leyendo “Emperatriz Abandonada – Capítulo 13: La celebración del Día de la Fundación (1)”
Después de casi diez minutos de viaje, Mos por fin se detuvo. La forma en que miraba a Shi Xiaobai era de ligero asombro.
¿Este humano era capaz de seguirle el ritmo durante diez minutos al 50% de su velocidad sin parecer agotado? Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 133: ¿Me estás tomando el pelo?”
[POV Michael]
Mi hermano hizo llorar a la señorita. Tenía ganas de golpearlo por eso, pero entendí que se arrepentía, así que simplemente lo até a la silla y salí a buscar a la señorita.
Sin embargo, incluso después de buscar un rato, no había rastro de ella. ¿Acaso habrá regresado a casa? Seguí leyendo “Dinero de consolación – Capítulo 85: Mi hermano”
Debido a que Pollyanna estuvo tan ocupada desde el primer día que llegó al castillo de Sitrin, sus guardias se lo habían pasado muy bien. El caballero la miró decepcionado, queriendo quedarse en Sitrin un poco más para divertirse, pero Pollyanna le indicó que se fuera. El caballero hizo una reverencia y salió de la habitación, sintiéndose triste por tener que despedirse de las maravillosas aguas termales.
Con la mirada perdida en la puerta cerrada, Pollyanna volvió a pensar: Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 288”
Los que trabajaban para Pollyanna en el castillo de Sitrin estaban ansiosos desde que se enteraron de la noticia de su visita, pero ahora que Pollyanna estaba aquí, finalmente tuvieron la oportunidad de demostrarle su valía. Los funcionarios la buscaron activamente, lo que hizo que la vida de Pollyanna fuera muy ocupada.
Pollyanna tenía bastante de qué preocuparse, pero no eludió su responsabilidad. En cierto modo, era como su emperador; Pollyanna era adicta al trabajo. Visitó Sitrin en parte para descansar, pero apenas tuvo la oportunidad de sentarse. A Pollyanna, sin embargo, no le importó. Su plan era conseguir papeles falsificados y, para ello, iba a necesitar la ayuda de los funcionarios locales y de los vasallos. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 287”
Cordelia salió de la tienda después de hablar con Fulvia. Ronnie miraba con tranquilidad el cielo.
—¿Has terminado?
—Sí, siento haberte hecho esperar.
—No pasa nada. No estaba mal tomar el sol ya que hace buen tiempo. ¿A dónde vas a ir hoy? Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 41: Preparar rápido el escenario”
Cordelia interrogó a Ronnie de camino a la tienda de la bruja mientras sostenía una cesta que contenía la magdalena.
—Dime, Ronnie, me gustaría hablar con la maestra a solas hoy. ¿Podrías salir fuera mientras tanto?
—De acuerdo.
—Eh, ¿de verdad está bien? Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 40: La bruja, el conde y los recuerdos”
—¿Qué está haciendo la familia real en tiempos así?
—He oído que van a reprimirlos una vez haya acabado el festival.
Seguí tratando de leer el periódico mientras escuchaba las explicaciones de Leandro. Con una risita, abrió más el periódico para ayudarme a leer en una posición más cómoda. Apoyó la barbilla en mi cabeza y me corrigió cada vez que me equivocaba. Seguí leyendo “Sin madurar – Capítulo 70: En la tormenta (8)”
¡Ugh! ¡Sabes que estuve en Arlanta y estás diciendo eso! Me sentí un poco avergonzada, pero lo dije con bastante confianza.
—De nada. Fue hasta el punto de caminar hasta el gimnasio para poder saludarlos a ustedes dos.
—Ah, ¿nos viste pelear? Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Capítulo 148”
—Princesa, ¿cómo has estado? Que la prosperidad de Obelia te acompañe. —saludó el duque Alpheus.
—Hace mucho tiempo sin verlo. ¿Cómo ha estado, Lord Alpheus? —pregunté cordialmente.
Le sonreí al duque Alpheus, a quien conocí dentro del palacio imperial después de mucho tiempo. Luego me miró y comenzó a hablar con una sonrisa en su rostro. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Capítulo 147”
Dongfang Yu ya no pudo contenerse. Baili Hongzhuang era un tipo único de mujer que era muy apreciada por sus seres queridos.
Aunque Dibei Chen era una persona destacada, Baili Hongzhuang no se vio afectada por ello. Realmente sentía lástima por Baili Hongzhuang.
Cuando la voz de Dongfang Yu bajó, todos los presentes quedaron asombrados. Seguí leyendo “Estimada esposa del Príncipe – Capítulo 380”