Una sonrisa sin expresión: semejante contradicción le sentaba demasiado bien a este chico.
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Sina era una isla llena de beneficios y rebosante de animosidad, pero nadie sabía cómo había llegado a ser así. Aunque la llamaban “imperio”, nadie sabía mucho de su funcionamiento interno. Cuando Yulan intentó investigar, no encontró a ningún nativo, y mucho menos a nadie que supiera realmente cómo funcionaba la nación. La gente solo conocía datos superficiales: su nombre, su ubicación, etcétera.
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