Realmente ha pasado mucho tiempo desde que vi por última vez al conde Terejia.
—No he venido a saludarte durante tanto tiempo, mis disculpas.
—No, está bien. Yo debería haber estado ahí para la ceremonia de apertura de tu escuela. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 158: La situación familiar del archiduque (1)”
En retrospectiva, todos los sentimientos más bellos de Violette se remontaban a Yulan. Por muy corrompida que se volviera por el deseo, su amor por él nunca podría empañarse. Como una gema oculta enterrada en el fango, su brillo podría mancharse, pero un poco de lustre lo restauraría… Y, de hecho, pasaba tanto tiempo atesorándolo, que nunca se paraba a examinar qué clase de amor era. Seguí leyendo “¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 91: La caja de pandora”
¿Por qué Mabel está aquí?
Preocupado por que pudiera resultar herida, Esteban disipó al instante su magia. Se exponía a un ataque, pero eso no le importaba ahora mismo; la seguridad de Mabel estaba por encima de la suya.
—Mabel, ¿por qué has venido aquí? Es peligroso. Seguí leyendo “Bebé tirana – Capítulo 31: Tómame bajo tu protección”
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Como era el último día del festival, pensé que no habría mucha gente, pero las calles estaban llenas de gente. Parejas bellamente vestidas en una cita, niños risueños que se entrelazan entre la multitud, comerciantes que gritan para que la gente compre sus productos, músicos y bailarines callejeros, y los espectadores.
Entre la multitud de gente, allí estábamos nosotros. Miré atentamente a mi alrededor tratando de asimilarlo todo. No sabía qué mirar primero.
Seguí leyendo “Emperatriz Abandonada – Capítulo 14: Luz y sombra (3)”
Tras más de diez minutos de carrera, el dúo llegó a la periferia del alto muro.
Mos estaba molesto. Por suerte, este trayecto era solo un camino en línea recta. Si el humano se hubiera desbocado, las cosas se habrían puesto problemáticas. Al mismo tiempo, estaba en secreto sorprendido por el estado de Shi Xiaobai. Después de correr a toda velocidad durante más de diez minutos, lo único que sufría era estar un poco sin aliento. Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 143: ¡Late! ¡Oh, inflexible corazón!”
En la oficina de Hisith.
—¿Así que has venido a buscarme para preguntarme por la localización de Chen Lingcun? Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 142: ¿Te duele mucho la cara?”
Enamorarse fue el momento adecuado. Si la persona que estaba detrás de Lucius I ese día en el acantilado fuera un hombre… Si Pollyanna Winter fuera un hombre… ¿El emperador todavía se habría enamorado?
La respuesta fue…
—No, Pol. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 298”
—Tener un bebé es una prueba extrema. Hacer todo eso por ti misma sin una familia a tu alrededor… Si lo hubiera sabido, nunca me hubiera apartado de tu lado, Pol.
—Es cierto que estaba un poco asustada, alteza.
Lucius I cuidó a Pollyanna, quien asintió con la cabeza enérgicamente. En momentos como este, Pollyanna y el emperador formaban una pareja perfecta. Frente al emperador, Pollyanna podría ser ella misma; ella podría decirle cosas que nunca podría admitir ante los demás. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 297”