—Este es mi plan, Donau. Su alteza y yo nos casamos para convertir a Gerald en su hijo legítimo, luego nos divorciamos y yo regreso a Sitrin sola. Gerald se puede criar en el castillo de Jaffa.
Pollyanna pensó que era una buena idea, pero Donau no parecía convencido.
—No puedes hacer eso. La señorita Stra tenía una buena razón para pedir el divorcio, pero tu caso es diferente. Si tú y su alteza se divorcian, la gente va a chismorrear al respecto sin fin. Dirán que solo se casaron por el niño. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 308”