En épocas de guerra, el ejército de Arxia sigue básicamente una estrategia única y general.
Primero, resistir los embates del adversario. Segundo, esperar a que las fuerzas enemigas se retiren, sean derrotadas o aniquiladas, para luego lanzar un contraataque. Tercero, alcanzar rápidamente los objetivos preestablecidos, como la ocupación de puntos estratégicos. Es un enfoque bastante sencillo, respaldado por el vasto ejército permanente de Arxia. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 178: Condolencias”
En vez de desconfiar de la información que Vanita me proporcionó sobre su condición de soldado esclavo, lo que realmente cuestioné fue su relato personal. A pesar de la creciente oscuridad de mi habitación, continué meditando sobre sus palabras. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 177: En que confiar”
—Ah…
Casi al mismo tiempo, Ratoka también se percató de que al soldado esclavo le faltaba la pierna derecha, y ambos exclamamos al unísono.
Ahora que lo pienso, esta es la primera vez que me encuentro con alguien que ha perdido un brazo o una pierna. No he estado en el campo de batalla lo suficiente como para haber visto a un gran número de soldados heridos. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 176: Escuchando sus circunstancias”