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Al día siguiente, salí de casa con mi padre llevando el mismo vestido de ayer, bordado con el emblema de nuestra casa y con el broche portando nuestro emblema.
Al llegar a la sala del gran consejo, pasé junto a Jieun, quien estaba sentada en el mismo asiento que ayer, y me dirigí a los asientos de honor. Seguí leyendo “Emperatriz Abandonada – Capítulo 16: La Dama de la Profecía (5)”