La tripulación encontró al guía turístico en la zona. Comprobaron sus credenciales y confirmaron que, efectivamente, era un guía turístico registrado. Sin embargo, en estos países ya de por sí caóticos, podía pasar cualquier cosa.
De repente, el hombre gritó y salió corriendo sin motivo aparente. Varios fotógrafos lo persiguieron. Tang Feng ordenó rápidamente a todos que se reúnan y no corrieran tras él. Debían caminar despacio y observar primero. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 51: Personal armado”