♦ ♦ ♦
Poco antes de que dejara de respirar, mis ojos se abrieron.
El techo familiar y una cortina bordada con el emblema de la casa entraron en mi vista, haciendo que me diera cuenta de que todo fue un sueño.
Respiré profundamente y miré por la ventana. Estaba amaneciendo. Seguí leyendo “Emperatriz Abandonada – Capítulo 16: La Dama de la Profecía (6)”