Zhou Yunsheng no había abierto los ojos cuando escuchó a alguien gritándole al oído:
—Doctor, ¿qué sucede? ¿Está bien? ¡Alguien, ayuda! ¡Ah, el doctor está herido! —La persona salió corriendo.
Una vez se aseguró de que no tenía a nadie a su alrededor, se sentó lentamente y miró su entorno. Estaba en un laboratorio. En la pared había tres enormes estantes y en cada uno había cristalería que se usaba para almacenar órganos humanos, plantas o animales extraños. Seguí leyendo “Pronto, utiliza el rostro del demonio – Arco 9: Capítulo 1 (1)”