Ya que seguía sola en el carruaje mientras me dirigía al trabajo, pude dormir un poco, como siempre hacía. Antes de darme cuenta, habíamos llegado al Ministerio de Magia y el conductor del carruaje me estaba despertando.
Durante el trayecto hasta la entrada, me acompañaron mis guardias. Me siento como la hija de una casa noble. Ah, pero claro, ¡soy hija de una casa noble!
Al llegar, por alguna razón, Sora me estaba esperando allí. Seguí leyendo “Katarina – Volumen 12 – Capítulo 3: Guardias (1)”