—Hacer un baile de debut para abrir tu corazón a la archiduquesa después de ser regañada por tu asistente. Pensar que uno de los pocos héroes de Arxia sería manipulada por mujeres.
—No te prestaré las notas si vas a burlarte de mí, Sieghart.
—Vamos, vamos, no te enfades, Kaldia. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 232: Curso de Administración de Territorios”
C—Lo entiendo. Entiendo muy bien que si fueras hombre, serías tan poco sociable que la gente tendría ganas de golpearte. —Ratoka dijo esto, cruzándose de brazos y mirándome desde arriba con una pose imponente.
Ante esto, terminé temblando un poco de manera reflexiva. Después de todo, aunque hubiera una sonrisa en ese rostro similar al de una chica, no importa cómo lo mirara, Ratoka estaba claramente enfadado. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 231: ¿Qué pasó con la bandera?”
A pesar de ser la ceremonia de apertura, no se realizaron rituales. La ausencia de un papel predominante del director y los profesores, marcó una diferencia notable con respecto a las ceremonias de años anteriores. Aunque se denominaba ceremonia, en esencia era una fiesta vespertina diseñada para socializar. Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 230: El Trato a Emilia”