El calvo cayó al instante, atravesado en la frente por un disparo del hombre de negro. Sus subordinados, conmocionados, levantaron sus armas para apuntar a Albert, pero los hombres de éste los sometieron rápidamente antes de que pudieran actuar.
El contraste entre un grupo desorganizado y un equipo entrenado se hizo patente de inmediato. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 3 – Capítulo 59: Satisfacción”