Shael se despertó, estirando los brazos con pereza y girando el cuello con la rutina de quien está acostumbrada a despertar a su propio ritmo.
—Ah.
A su lado, aún sumido en un sueño profundo, yacía su prometido, Eran. La imagen contrastaba con la noche anterior, cuando él la había observado con curiosidad por haberse quedado dormida antes. Ahora, era él quien permanecía inmóvil, respirando con una calma apacible. Seguí leyendo “Rehabilitando a la villana – Capítulo 20: La villana es estúpida”