—Ah…
Sus entrañas ya estaban empapadas de semen. Leah no entendía por qué seguía moviéndose, como si quisiera expulsar algo más. Su visión estaba borrosa, mientras inhalaba y exhalaba con dificultad, aferrándose a su conciencia que amenazaba con desvanecerse. Contó el número de veces que él se había corrido dentro de ella y se desesperó.
Fueron dos veces. Ella no quería desmayarse esta vez, pero cada vez que tenían sexo, Ishakan nunca se detenía sino hasta que estuviera satisfecho. Incluso cuando ella le suplicaba entre lágrimas que ya no podía más, él la persuadía y seguía penetrándola hasta que perdía la conciencia. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 72: Había llegado el momento de averiguarlo”