—Señorita Eliza, hemos recibido una solicitud de un asistente de la casa de un conde de menor rango de Dianthus para acoger a un invitado. ¿Cómo desea proceder?
—¿De nuevo? Parece que esto ocurre cada vez que terminamos nuestras lecciones…
—Entonces, ¿qué les digo? Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 246: Concurso de acompañantes (1)”