Había olvidado por completo la existencia de esta persona.
—Oh, ¿te encuentras sola ahora? Me preguntaba si sería posible tener una conversación contigo. No te robaré mucho tiempo…
Al observar a Stephania sonreír con tal luminosidad, luché por Seguí leyendo “Villana en un otome, ¿cómo acabaron las cosas así? – Capítulo 250: Concurso de acompañantes (3)”