Me dio unas palmaditas en la mano, como para tranquilizarme, y añadió:
—Pensé que necesitabas una explicación, así que he venido para hablar contigo cara a cara.
—No, no necesito explicaciones. Ya que eres un ser tan poderoso, capaz de hacer magia con un gesto, ¡devuélveme a mi cuerpo original ahora mismo! Por favor. Te daré la compensación que quieras. Seguí leyendo “Dama celebridad – Capítulo 4”