—¡Ya he vueltooo!
Ese grito enérgico era, por supuesto, de Kabel. Ay, nuestro querido segundo hermano mayor. Su voz me resultó un poco molesta. Pero ¡sí! ¡Hoy te perdono aunque me atormentes los tímpanos!
La tensión de los exámenes que nos había mantenido angustiados a Kabel y a mí por fin había terminado, y mi segundo hermano había encontrado su libertad.. Kabel estaba tan emocionado que expresaba su felicidad con cada gesto. Seguí leyendo “¡Cuidado con esos hermanos! – Capítulo 18: Finalmente juntos”