—Pero no tienes que matar al emperador, ¿verdad?
—No, debo matarlo. La mayoría de los nobles no creen que sea adecuado para ser emperador, pero algunos de sus partidarios harán lo que él quiera porque ya se han convertido en sus perros falderos.
—No obstante… Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 122”
Cordelli era una mujer que no era buena mintiendo, y que tampoco podía ocultar bien sus sentimientos.
Simplemente se calló porque sabía que no estaba en posición de intervenir entre Marianne y Ober. Pero no era tan estúpida como para quedarse como una espectadora ociosa cuando Ober estaba actuando groseramente con la prometida del emperador.
Ober consideraba Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 121”