—Pensé que la mataría en el instante en que pusiera mis ojos en ella.
Su voz descendió aún más, volviéndose más siniestra e inquietante que antes. Me hizo sentir incómoda. ¿Qué le iba a hacer a una bebé indefensa?
—O eso había planeado. Seguí leyendo “La hija del Emperador – Capítulo 08”
Los nardos del jardín del palacio de la princesa florecían en todo su esplendor. El vaivén de aquellas pequeñas flores blancas bajo la brisa era un espectáculo apacible, pero Leah las contempló con mirada vacía antes de ordenar en tono monótono:
—Arrancadlos todos. Prefiero otras flores.
Ella misma había solicitado aquella plantación meses atrás. Sus damas de honor intercambiaron miradas perplejas ante el repentino capricho, pero ninguna osó cuestionarla: todos sabían que los ánimos de una novia en vísperas nupciales son volubles. Seguí leyendo “Matrimonio depredador – Capítulo 79: Leah, sirviendo a Cerdina”
Juliet Karenina. No, a partir de hoy, Rubetria Diollus.
He vivido una vida ocupada 24/7/365 en el otro mundo, pero nunca me he sentido cansada. Soy del tipo de persona que disfruta de una vida ajetreada y odia desperdiciar el tiempo. Seguí leyendo “Dama celebridad – Capítulo 7”
A poca distancia de la habitación del príncipe, Cordelia llamó a Clyde, que caminaba delante de ella.
—Joven Clyde, dijiste que me llevarías a la consulta del médico, pero al final está bien. Ya no me duele tanto. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Acto 47: Entrando en la Gran Librería (1)”
Todos los carruajes que ingresaron al palacio para la fiesta fundadora se detuvieron brevemente en la entrada del palacio para firmar en el libro de visitas. Por supuesto, ni siquiera el transporte de la casa ducal de Taran podría quedar exento de ese proceso formal.
Después de confirmar las identidades del personal en el carruaje, el guardia del palacio le dijo a Roy que tenía que dejar su espada. Seguí leyendo “Lucía – Capítulo 99: La fiesta fundadora (1)”
—¿Sólo cien mil? Eso es apenas es suficiente para una comida para mí —El señor Song no quiso quedarse atrás. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 8: Te amo”
Pollyanna no podía aceptar esta situación. Era demasiado injusto. Era cierto que el emperador también enfrentó algunas dificultades, pero lo que tuvo que soportar si se casaban no podía compararse con lo mucho que tendría que sufrir ella. Haciendo pucheros, Pollyanna le dijo:
—Su alteza, en realidad no pierde nada de esta relación. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 349”
—Tus insultos… Lánzame más…
Braden no pudo evitar suspirar con incredulidad.
¡Dios mío, qué idiota! ¡Qué cosa más ridícula acaba de decir! Seguí leyendo “Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 23”
Ver a Annabelle y Robert conversando amistosamente había provocado en Ian una extraña molestia. Annabelle lucía tan hermosa como una diosa. Incluso junto al príncipe, no parecía sentirse incómoda en absoluto.
Resultaba doloroso verlos chocar las copas y conversar animadamente. Él sentía que se estaba volviendo loco, y mientras tanto, ella sonreía… mirando a otro hombre. Seguí leyendo “Dejaré de ser la rival del protagonista – Capítulo 22”
—Si su único objetivo es heredar el marquesado Rosan, entonces podría elegir a alguien que esté en una posición más segura que la mía —dijo Cedric.
—Es la dueña del marquesado Rosan. Incluso legalmente, es la única descendiente del marqués Rosan —continuó.
—Sí, es cierto. Seguí leyendo “La villana vive dos veces – Capítulo 16”
Más de la mitad del público se puso en pie en señal de solidaridad y apoyo a “Tu Dahei”. Seguí leyendo “Elección Absoluta – Capítulo 204: ¡No podemos perder de nuevo!”
Si la señora Chester era una serpiente con cola de escorpión, Hubble era un león con garras de oso.
No importaba lo afilada que fuera la espada, era menos letal que una simple espada de madera si el objetivo y el camino eran inciertos. Su ataque explícito y urgente no pudo penetrar su piel gruesa. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 118”
—Bueno, hace aproximadamente un mes. Por eso vine a Milán; quería ayudar al emperador.
—¿La razón por la que decidió ayudar al emperador fue porque se dió cuenta de que el marqués Chester la consideraba una muñeca cara, como dijo? Por cierto, lamento usar esa expresión.
—Sí. Tiene la intención de matarme a mí y a mi padre después de haber utilizado nuestros recursos. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 117”
—¡Ya he vueltooo!
Ese grito enérgico era, por supuesto, de Kabel. Ay, nuestro querido segundo hermano mayor. Su voz me resultó un poco molesta. Pero ¡sí! ¡Hoy te perdono aunque me atormentes los tímpanos!
La tensión de los exámenes que nos había mantenido angustiados a Kabel y a mí por fin había terminado, y mi segundo hermano había encontrado su libertad.. Kabel estaba tan emocionado que expresaba su felicidad con cada gesto. Seguí leyendo “¡Cuidado con esos hermanos! – Capítulo 18: Finalmente juntos”
—¡Ah, no, eso no es para comer, princesa! —exclamó Elene en voz alta. Abrí mucho los ojos.
¡Dios! ¡Qué susto me diste! ¿A qué vienen esos gritos? ¿Te mataría hablar en voz baja? Ni siquiera intentaba comerlo. ¡Solo intentaba averiguar qué era con la boca! Un «Está sucio, princesa», dicho con suavidad, habría bastado. Me sobresaltaste con tus gritos. Seguí leyendo “La hija del Emperador – Capítulo 07”