—No crees que tu vida actual sea mala en absoluto, así que incluso trajiste a tu hija a tu mundo —Tang Feng sacudió la cabeza—. Tanto si hereda tu negocio como si tiene su propia vida, la pequeña debería tener la vida de una niña -despreocupada y feliz- en lugar de ser controlada por los adultos demasiado pronto.
—¡Shh! —Albert puso su dedo índice en los labios del actor. Seguí leyendo “Una Verdadera Estrella – Volumen 4 – Capítulo 23: Siempre hay una escapatoria”
