Félix miró a Claude con una expresión perpleja en su rostro.
Claude, que parecía estar sumido en sus pensamientos, murmuró algo incomprensible en un tono frío, lo que dejó a Félix con más preguntas que respuestas.
Claude no explicó nada a Félix, quien en ese momento experimentaba una sensación desagradable que surgía desde su interior. Seguí leyendo “Un día me convertí en una princesa – Epílogo – Capítulo 48: Fin”
