¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Epílogo: Un regalo para ti

[POV Gille/Sylvester]

Cuando los artículos sobre la Fiesta de la Fundación desaparecieron del periódico, por fin encontré algo de tiempo libre. Por fin, pensé mientras invitaba a Vernoux.

—Vernoux, ¿quieres ir a la ciudad?

—¿A la ciudad? De acuerdo, ¿pero vamos a decírselo a Clay antes de irnos?

—Quería volver antes de que se dé cuenta de que nos hemos ido. Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Epílogo: Un regalo para ti”

¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Extra 4: El esfuerzo de la chica aprendiz

[POV de Lara]

La señorita se recluye en la biblioteca siempre que tiene tiempo libre. Aunque se presenta en el invernadero y en el laboratorio, ella investiga seriamente en la biblioteca y en su habitación.

—No sé por qué… pero es aburrido.

—Bueno, ¿qué puedes hacer? Es la señorita.

—¿Qué es? Seguí leyendo “¡¡Gotas~!! La historia de la Princesa de la Fragancia~ – Extra 4: El esfuerzo de la chica aprendiz”

¡No quiero ser Princesa! – Extra 9: La represalía de la Casa Ducal (3)

[Nota del autor: A continuación hay contenidos relacionados con reacciones alérgicas. Aunque no albergo ninguna mala voluntad, puede hacer que aquellos que sufren de alergias se sientan desagradables. Pido disculpas, pero, por favor, evite leer si cree que le va a incomodar.]

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Punto de vista del Barón Wire. Seguí leyendo “¡No quiero ser Princesa! – Extra 9: La represalía de la Casa Ducal (3)”

Contrato con un vampiro – Capítulo 48: Realización

Punto de vista de Kyouya

Azuza estaba montada sobre mi estómago mientras pasaba un cortador de cajas por su muñeca y me miraba. Su inocencia habitual dejaba paso a una voz seria y desafiante. Hizo este movimiento agresivo en el momento en que volvimos a la mansión.

Una vez la dejé en su habitación, regresé a la mía para cambiarme como suelo hacer. Me encontraba quitándome las odiosas lentillas y dejando el abrigo, cuando escuché un golpe suave en la puerta. Concentré mi atención para percibir que ella estaba frente a mi puerta y me encontré derribado en el momento en que abrí para ver qué pasaba. Me empujó contra el suelo y se montó sobre mi estómago evitando que me levantara. Seguí leyendo “Contrato con un vampiro – Capítulo 48: Realización”

Prometida peligrosa – Capítulo 87

Marianne abrió la boca solo después de morderse los labios.

—¿Puedo quedarme aquí un poco más? — preguntó.

Kloud se volvió hacia ella. Marianne se apresuró a dar una breve excusa.

—No le despertaré. Déjeme vigilarlo aquí— explicó en voz baja para no perturbar su sueño recién conciliado. Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 87”

El Conde y el hada – Volumen 10 – Capítulo 1: La sombra acechante

Innumerables mástiles, de madera antigua, se erguían en el río Támesis. En el puerto del imperio británico, se congregaron barcos y buques de todo el mundo, llenos de gente buena y mala. Entre ellos, uno avanzaba a contracorriente.

A lo largo de las riberas del caudaloso canal, las dársenas estaban alineadas junto a los almacenes. El barco de renombre mundial, navegaba con un elegante y veloz movimiento hacia la torre de Londres. Al cabo de poco, llegó a su destino en un astillero situado frente al puente de Londres. Seguí leyendo “El Conde y el hada – Volumen 10 – Capítulo 1: La sombra acechante”

La poseída hija del Duque – Capítulo 59

Mientras decía eso, Ray se encogió de hombros. Aunque era una voz familiar, carecía del recato habitual. Lilia y Sakura estaban muy sorprendidas de que usara ese tono contra el príncipe.

—Como pueden suponer, fue mi primera vez siendo intimidado de esta manera. Ya veo, de verdad se siente mal.

—En primer lugar, fuiste tú quien creó esta situación. ¿Por qué viniste a estudiar tan lejos?

—No, ja, ja… Es un poco difícil hablar de ello…

Lilia se quedó atrás mientras la conversación entre los dos continuaba. Por supuesto que no atrajo a Lilia. Por lo tanto, era inevitable que Lilia entrecerrara los ojos y dejara escapar su ira.

La primera persona a la que su mirada apuñaló fue al príncipe que tenía delante.

—Ah… ¿Liliane? ¿Qué pasa?

Al príncipe le escocían las mejillas, pero por supuesto no sabía por qué. Cuando Ray intentó volver la vista hacia Lilia, ésta le agarró del hombro.

—¡Ay…!

Ray soltó un pequeño grito, quizá porque sintió una sensación punzante. Se volvió despacio hacia LIlia.

—Um… ¿Lilia? ¿Qué pasa?

Una actuación deliberada que parecía improvisada con cierta precipitación. En respuesta a ella.

—Te daré la oportunidad de explicarte.

Incluso el príncipe, al oír por primera vez la voz grave e infundida de ira de Lilia, palideció.

Lilia se sentó en una silla, y Ray se sentó en el suelo frente a ella. Él temblaba con lástima, pero ella se limitó a observar desde la distancia mientras daba la sensación de que no apreciaría la intervención del príncipe.

—Bueno, antes de nada, es necesaria una presentación formal, ¿verdad?

—Basta de formalidades vacías. Ya estoy muy molesta.

—¡Sí! ¡Lo siento!

Dobló la cintura y se disculpó en voz alta. Su tez permaneció pálida.

[S] Entiendo tus sentimientos, pero seamos un poco más gentiles.

[L] ¿Pero ya soy lo más gentil posible?

[S] Ah, ja, ja, ja… Síp. Solo un recordatorio…

Lilia pudo escuchar la sonrisa amarga y aquiescente de Sakura, pero Lilia la ignoró. Ella puso mucha fuerza en su mirada a Ray y le instó a continuar con el movimiento de su barbilla.

—Oh, eh… Como iba diciendo… Soy Rayford Clavires. Conoces Clavires, ¿verdad?

—Es un país vecino, ¿Eso significa que es tu apellido?

—Sí. Soy el tercer príncipe. También tengo derecho a suceder en el trono, pero como las posiciones de mis hermanos son sólidas, soy como un recambio extra.

Aun así, parecía que era un auténtico miembro de la realeza. Lilia asintió y se levantó. Ella con cortesía inclinó la cabeza y dijo:

—No estaba al tanto, y me disculpo con sinceridad por la descortesía hasta ahora, príncipe Rayford.

—Eh… No, es Lilia, no es esto…

—Como se trata de una reunión entre miembros de la realeza, me excusare primero…

—¡Espera, espera! Lo siento, me disculpo por mantenerlo en secreto, ¡así que por favor no te vayas!

Agarró la manga de Lilia, y cuando ella miró hacia atrás, le suplicó entre lágrimas. Lilia miró a Ray, chasqueó la lengua para sus adentros de modo que fuera audible para los dos hombres, y volvió a sentarse en la silla. Ray suspiró aliviado, y el príncipe se tapó los ojos con la palma de la mano para evitar una escena como aquella. Lilia dirigió la mirada a su príncipe, y lo fulminó con la mirada.

—Alteza.

—¿Qué pasa?

—¿Por qué actúas como si esto no te concerniera? Si hubieras presentado a esta persona de manera correcta, no habría resultado así.

—Bueno, es cierto. Pero Liliane, este era el deseo de Rayford. Él quería ver como era la escuela como una persona común. Bueno, como resultado, fue acosado y se quedó encerrado en la biblioteca. Pero…

—¿Tampoco podías decírmelo? Es así, es así, ya veo.

Lilia sonrió con dulzura. Y luego pronunció estas palabras.

—Tendré esto en mente.

—¡Tch…!

El príncipe se quedó mudo y guardó silencio. Lilia se preguntó por qué temblaba solo porque ella dijera que lo tendría en cuenta, pero dirigió su mirada hacia Ray.

[S] Oye, Lilia, ¿lo dices en serio? ¿De verdad no lo entiendes?

[L] ¿Qué pasa? De repente este idiota está temblando.

Sakura gimió mientras se agarraba la cabeza, pero Lilia seguía sin entender por qué así que no se molestó más.

—¿Y? ¿Cómo debemos actuar en adelante?

Lilia lo entendió todo y Ray respondió con una sonrisa tensa.

—Si es posible, mantener todo como antes… Por favor…

—De acuerdo, entonces lo haré.

Ray, que la había oído, dejó escapar un suspiro de alivio. Su “tenlo en cuenta” parecía una señal de aceptación.

—Si es posible, me gustaría que siguieras ayudándome con mis estudios como siempre…

Su petición fue inesperada. Ray se apresuró a asentir, pero luego frunció el ceño.

—Por supuesto, entiendo que debes estar ocupada. Si no tienes tiempo, está bien…

—No me importa… Podría contratar a otra persona en tu lugar para que me ayude con mis estudios.

Gracias a Sakura, Lilia pudo adquirir sus conocimientos a su manera. Pero eso no significaba que ella fuera buena estudiando. Ella pensó que sería mucho más eficiente contratar a otra persona para el trabajo, pero Ray negó con la cabeza.

—Me gusta Lilia.

Ray habló, mirando a Lilia a los ojos. Sakura puso una voz alegre, y el príncipe agrandó los ojos en la esquina del campo visual de Lilia. Lilia vio esas reacciones y ladeó la cabeza.

—Bueno, está bien.

Eso fue.

[S] Ah, sí. No se puede evitar porque es Lilia.

[L] ¿Qué? ¿Qué quieres decir?

[S] No es nada. No importa.

No estaba muy convencida, pero aunque lo persiguiera, la otra persona Sakura no contestaría. Se preocupó un poco, pero también se dio por vencida.

—Pero yo también me sorprendí. No pensé que Lilia fuera Liliane Ardis.

—No, cualquiera se daría cuenta fácil.

Dijo asombrado el príncipe, y Lilia asintió a regañadientes. Ella gimió, porque.

—No nací en este país. No puedo ayudar si no lo entiendo.

El contrato de la Princesa y la Duquesa Monstruosa – Capítulo 71

Los ojos de Leslie se abrieron de golpe mientras estaba tumbada en la cama. Eli aterrorizaba su sueño y ella se despertó con brusquedad de la pesadilla. Su conejito de peluche se le cayó de los brazos y rodó por debajo de la cama.

¿Qué hora es? Seguí leyendo “El contrato de la Princesa y la Duquesa Monstruosa – Capítulo 71”

Solo soy la hija “normal” de un duque – Capítulo 55: Jendo, hombres bestia e información oculta

Cuando terminamos el trabajo, preparo té negro y magdalenas para la hora del té.

—Creo que me alegro de haber venido aquí solo para esta hora del té…

—Sí, el que yo preparo es imposible de beber.

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Al borde de lo impresionante – Capítulo 99

Claire suspiró impotente y dejó caer la espada que llevaba sobre su hombro con rabia, luego estalló con el Qi Dou. Al final, logró despejar el camino.

Después de que el camino interminable finalmente estuviera despejado, todos llegaron a la entrada de la cueva.

Agitando la espada con un gruñido, el poderoso Qi Dou de Claire expulsó directamente la pila de piedras con un estruendo, e instantáneamente apareció la luz. Seguí leyendo “Al borde de lo impresionante – Capítulo 99”

El emperador y la mujer caballero – Capítulo 274

A Lucius I no le importaba si no tenía un heredero. Sería demasiado cruel para él tener que alejarse de su verdadero amor solo porque ella era estéril. Hasta ahora, ha actuado con paciencia, pero su paciencia solo resultó en un completo desastre. Un buscador de oro repugnante terminó probando en Pollyanna. Si el emperador sigue siendo estúpido y “deseaba su felicidad desde lejos”, Pollyanna puede terminar enfrentando más dificultades en el futuro.

—Pol está muy molesta en este momento, por lo que no sería correcto que yo le proponga matrimonio pronto. Planeo esperar hasta que termine el período de la muerte real antes de hacer esto —dijo Lucius. Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 274”

El emperador y la mujer caballero – Capítulo 273

La voz de Lucius I se volvió genuina, lo que hizo que los ojos del duque Luzo se abrieran. Siempre que el comportamiento del emperador se volvía tan serio, solo podía haber dos razones:

    1. Para usarlo y hacerlo trabajar más duro.
    2. Hablar de algo en familia.

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La Tierra está en línea – Capítulo 109: Recombinación genética

En el oscuro y estrecho almacén, Fu Wenduo miró, con los ojos muy abiertos, al joven que tenía delante. La mano que le tocaba la mejilla derecha estaba fría. Una ráfaga de viento helado entró por la rendija de la puerta, agitando el pelo de Tang Mo.

El ex bibliotecario nunca había visto esa expresión en el rostro de su compañero. No solo se veía conmocionado, había algo más que no podía explicar. Lo hizo sentirse cohibido. Seguí leyendo “La Tierra está en línea – Capítulo 109: Recombinación genética”

¡Juro que no volveré a acosarte! – Capítulo 76: Herir más que ayudar

Violette nunca había sido buena evitando a la gente. Por lo general, se consideraría un rasgo digno de elogio, pero en última instancia daba a la gente más razones para mantenerse alejada de ella, por lo que tenía sentimientos encontrados al respecto. Sus escasas oportunidades de relacionarse con los demás la habían ayudado, irónicamente, a aprender el arte de cerrar su corazón. No le importaba demasiado reflexionar sobre ello. A pesar de eso, aprendió a abrirse paso con un mínimo de interacción, bien despejando su mente y dejando que sus palabras pasaran por encima de ella, bien encontrando alguna forma de excusarse. Sus métodos variaban según el momento, el lugar y el objetivo de la charla.

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