—Si no te detienes romperé nuestro compromiso, ¿entiendes?
—Hazlo.
—¿Eh?
—Ahora, si me disculpas, iré a hablar con mi padre Seguí leyendo “No existen las palabras mágicas – Capítulo único”
—Si no te detienes romperé nuestro compromiso, ¿entiendes?
—Hazlo.
—¿Eh?
—Ahora, si me disculpas, iré a hablar con mi padre Seguí leyendo “No existen las palabras mágicas – Capítulo único”