Beatrice – Capítulo 14: Qué chica tan extraña

Traducido por Den

Editado por Sakuya


Chloe se desató la pretina y metió la mano dentro de los pantalones sin vacilar, sacando más hierbas.

—¡¿Cómo te atreves a hacer algo así frente a Su Gracia?!

Se estremeció por la reprimenda del guardia, pero después de obtener tranquilamente las flores y acomodarse los pantalones, respondió: —No tenía una bolsa para transportar las hierbas… así que tuve que usar mis pantalones.

El guardia chasqueó la lengua ante su falta de decoro. Ella se volvió a sentar, demasiado avergonzada para observar sus reacciones, y comenzó a darle más hojas al caballo.

A pesar de que Alexandro permanecía en silencio con su inalterado rostro, estaba sorprendido por las acciones de Chloe.

¿Una chica haría algo así? Las mujeres que conocía, independientemente de su clase social, eran perfectas como muñecas bien vestidas por fuera, pero astutas como serpientes por dentro. Harían cualquier cosa para guardar las apariencias y asegurarse de que sus intereses estuvieran a salvo. Aunque siempre sonreían y fingían preocuparse por él, bajo sus máscaras, eran codiciosas.

Serpientes disfrazadas.

Alexandro no ha tenido una relación con las mujeres desde hace tiempo, ni siquiera ha hablado con ellas, lo que ha provocado rumores de que simplemente las odiaba. A diferencia de la mayoría de los otros hombres aristocráticos, quienes tenían lazos con ciertas damas que manejaban burdeles de clase alta, él se negaba a hacer negocios con ellas.

En cambio, esta pequeña esclava ansiosa estaba actuando como un hombre, sin un rastro de orgullo o vergüenza. No, peor que eso. No solo estaba vestida como un chico, sino que su cabello también estaba despeinado y descuidado. A pesar de sus piernas blancas y delgadas y sus pechos redondos, podría pasar fácilmente como hombre si llevara una camisa holgada.

Qué chica tan extraña. Suprimió sus pensamientos sobre la esclava frente a él.

—Se comió todas las hierbas que recolecté hoy. Seguiré vigilándolo y alimentándolo por más tiempo —Informó Chloe, volviéndose lentamente hacia ellos e inclinando la cabeza. Así evitaba que Alexandro le viera la cara.

—¿Cuándo estará completamente recuperado?

—Quizás… necesitará una semana para recuperar su fuerza y a lo sumo otra semana hasta que puedan volver a cabalgarlo.

—Me has dado tu palabra.

—H-Haré todo lo posible, señor.

Alexandro se marchó de los establos tan pronto como le respondió eso. Ya no tenía nada más que hacer en ese lugar. El sonido de sus pasos imparables se desvaneció en la distancia.

Chloe levantó la cabeza después de que ya no pudo escucharlo.

—Uff…

El archiduque asustaba a la gente. Había estado sudando frío durante su conversación con él. Esto no la sorprendía; ¿no había visto antes de lo que era capaz? A diferencia de las largas caminatas por Nalusuwan, su interacción de veinte minutos la agotó por completo. Se sentía débil por todo el cuerpo y sus piernas comenzaron a temblar.

Espero no volver a verlo nunca más. Chloe sabía que ver a este aterrador hombre regularmente terminaría agotando y destruyendo su alma.

Las palmas de sus manos estaban empapadas de sudor.

—Oye, esclava, te quedarás aquí hasta que el caballo se haya recuperado por completo.

Chloe miró al guardia, incrédula.

—Debes asumir la responsabilidad si algo le sucede. No puedes ir a ningún lado.

Como si le estuviera diciendo que nadie extrañaría a un esclavo, el guardia se dio la vuelta y se marchó.

—¡E-Espere…! Señor, por favor dígale a la señorita Anna, de la mansión Cupiheat, que no podré ir a servirla.

El guardia se volvió y la miró.

—Está bien —Respondió de forma poco entusiasta y se pavoneó fuera de los establos.

Ese lugar en realidad estaba bastante limpio y era mucho más bonito que las habitaciones de los esclavos. Lo único que la molestaba era el olor. Chloe se sentó en una pila cercana de heno y un mar de pensamientos la embistió.

Estaba preocupada por Anna, pero con el suceso anterior, se sentía más intranquila por sí misma. Su inesperado encuentro con el archiduque todavía la inquietaba.

Gracias a Dios, no me reconoció en absoluto. 

Ya habían pasado casi dos meses desde su primer encuentro en el palacio de Elpasa, pero lo recordaba con claridad. Por otro lado, parecía que él no.

Chloe soltó una risita. Por supuesto que no me reconocería. En el palacio, era una elegante princesa que llevaba un precioso vestido con el cabello largo peinado por las doncellas. Además, dada la gran cantidad de extranjeros que vivían en el imperio, él podría haber visto a algunos otros con el cabello oscuro.

Se sentía aliviada por eso.

No importaba si sabía o no que había sido una princesa. No, en realidad era mejor para él no saberlo.

Deseaba permanecer como una esclava de paso, nada recordable para el archiduque.

Que la notara nunca podría ser algo bueno. Tembló al recordar al loco caballero Leo.

Entonces, debo curar este caballo lo más rápido posible y regresar a mi tranquila vida en la farmacia. 

Se tiró sobre la suave pila de heno. Y deja de preocuparte por el archiduque, sabiendo que hacerlo no resolverá nada. Ya sea que la reconociera o no, estaba agradecida de que aún estuviera viva.

Renunció rápidamente a las cosas que estaban fuera de su control. Su vida como una esclava le había enseñado que esta era la mejor manera de llevar una vida más fácil y satisfactoria.

—Caballo negro, por favor mejora pronto y sálvame. —Echó un pequeño vistazo mientras lo alimentaba, y confirmó que el caballo era macho. Salvarlo era la única forma de salir viva de los establos.

Afortunadamente, el animal aceptó bastante bien las flores de ancla. 

Debería volver a la montaña mañana y recoger más. Para hacerlo, necesitaba ser fuerte y recuperar su energía.

Desgastada por su terrible experiencia con el archiduque, la fatiga la venció y ya no pudo resistir el peso de sus párpados.

♦ ♦ ♦

—Vives una vida agotadora —comentó Trigger, mirando con lástima a Chloe y sacudiendo la cabeza—. ¿Esta vez preparaste una bolsa?

—No podría pedir algo así en los establos… —respondió.

—Entonces ¿las volverás a llevar en tus pantalones?

Debe haber planeado hacerlo de nuevo. 

Trigger chasqueó la lengua y desmontó de su caballo, entregándole las riendas a Chloe.

—Espera aquí.

Un momento más tarde, regresó con una gran bolsa de tela.

—Una chica no debería ir por ahí luciendo así. —Le lanzó la bolsa y se subió al caballo, tomando las riendas—. Siéntate un poco más lejos.

Luego emprendieron su viaje de regreso a Nalusuwan.

Llegaron y desmontaron del caballo. Cuando Chloe se giró para escalar la montaña, Trigger comenzó a seguirla.

Se preguntaba por qué quería acompañarla, pero no preguntó, ya que no iba a ser fácil hacerle cambiar de opinión de ninguna manera. Pero como si hubiera sentido su mirada inquisitiva, Trigger le ofreció una respuesta a su pregunta no formulada.

—Si huyes, me regañarán.

Chloe lo entendió: el guardia de los establos debe haberle implorado que la vigilara, en caso de que huyera en uno de sus viajes de recolección de hierbas. Sonrió para sí misma y continuó ascendiendo por la montaña.

La hemorragia nasal del corcel se detuvo durante la noche. Las flores de ancla deben haber funcionado. Su respiración también se había estabilizado, lo cual la alivió bastante a pesar de que éste todavía no podía ponerse de pie.

Regresaré con un poco más de medicina, solo espera un poco más. 

Había un resorte en sus pasos, nada emocionaba más a un médico que un paciente en recuperación. A pesar de que no era doctora y nunca se había considerado una, con una tarea importante en mano, se sentía resuelta. No solo su destino dependía de su éxito, sino que el honor de Jorge también estaba en juego. No quería mancillar el nombre del hombre que había confiado en ella.

Armada con responsabilidad y una voluntad de hierro, era invencible.

♦ ♦ ♦

Faltaban solo tres días para el torneo de combate imperial y la preparación de la capital para el evento estaba en pleno apogeo. Todos los caballeros y aquellos que esperaban convertirse en uno, se dedicaban completamente al entrenamiento final.

El Imperio Nosteros, el primer y único país en conquistar y unificar todo el continente, prestaba mucha atención a su poder militar. Su objetivo era construir una era de paz duradera sobre la lealtad de sus señores feudales y la fuerza militar del palacio imperial.

Esto convertía el torneo de combate en uno de los eventos más grandes del imperio. Aquellos que demostraban su valía en estas batallas eran promovidos a la posición de espadachín y recibían abundantes salarios. En cambio, los que demostraran más habilidades y lealtad, se unirían a la Orden de Caballeros.

Una vez promovidos durante el torneo de combate, los nuevos espadachines y caballeros debían participar en una expedición ceremonial a través del país, planeada para fomentar el patriotismo y la resistencia. Durante su procesión por el continente, tendrían la oportunidad de ver todos los rincones del imperio y fortalecer su sentido de comunidad, así como provocar nacionalismo y seguridad en las mentes de los plebeyos presenciando su fortaleza. Además, las visitas del ejército imperial a los feudos importantes, servía como una advertencia a los aristócratas de alto rango para que no desafiaran la autoridad del emperador.

Esta expedición se inició hace cincuenta años cuando estalló la guerra inmediatamente después del torneo de combate. Forzados a enviar al grupo de hombres recién ascendidos a la batalla, el imperio al final logró una gran victoria. Desde entonces, esta recreación ceremonial del episodio era por el orgullo y la alegría de la Orden de Caballeros.

Los hombres habían estado esperando por el evento desde hace mucho tiempo ya, que se celebraba una vez cada tres años. Las mujeres también estaban a la expectativa, rezando por la victoria de sus amados hijos, esposos y hermanos.

No obstante, una persona, Aaron, no se sentía de la misma forma.

El mundo no está de mi lado. 

Aaron sentía que cada pequeño inconveniente en el mundo le estaba sucediendo a él.

Como el vástago de una familia extremadamente poderosa, se había ofrecido como voluntario para servir como el mayordomo de Alexandro. A pesar de que una razón personal lo forzó a tomar esa decisión, nunca se había arrepentido de haber aprovechado la oportunidad de trabajar para un maestro tan excepcional.

Bueno, nunca me arrepentí, hasta ahora. Su trabajo se había complicado últimamente.

Duncan había anunciado oficialmente su búsqueda por la esposa del archiduque Graham, lo que había provocado que todas las solteras, idóneas en el imperio, enviaran una avalancha de cartas de amor, invitaciones a fiestas y sirvientes a la mansión Graham.

¡Maldición! ¡Pensé que se suponía que era intimidante e impopular! La gran estatura y crueldad del archiduque en batalla le habían conferido una reputación aterradora. No obstante, gracias a su reticencia a aparecer en eventos públicos y fiestas, las pocas damas que habían visto su rostro difundían historias sobre su belleza, lo que hacía que sonara más atractivo incluso para aquellas que nunca lo habían conocido.

El encantador rostro de su maestro soltero, su físico robusto y su dominante estatus social solo le complicaba la vida a Aaron.

El archiduque encabezaría la expedición ceremonial una vez que terminara el torneo. A pesar de sus veinticinco años, ya había sobrevivido a cinco guerras y era más que capaz, lo que lo convertía en un candidato mucho mejor que los viejos soldados retirados.

En principio, Aaron pensó que Duncan le había dado este trabajo a su hijo únicamente por el honor de la posición. No obstante, Evan insinuó que Duncan podría tener un motivo oculto. Nadie podía entender lo que estaba pasando por la cabeza de Su Majestad.

Además, Duncan deseaba concluir con lo del compromiso de Alexandro antes de su partida a la expedición.

Buena suerte haciendo que el compromiso tenga lugar sin la cooperación del archiduque. ¡Necesita comunicarse con su hijo! Ahora estoy atrapado, luchando en medio de ambos. El mayor estrés de Aaron era, además de la excesiva atención de las damas, la enorme presión que Duncan ejercía sobre él.

Como el mayordomo, tenía que ayudar a organizar diversas ceremonias: el torneo, la fiesta posterior al evento y los detalles de la expedición. Todo el tiempo Duncan lo acosaba para que concertara citas entre el archiduque y varias aristócratas. Para colmo, las señoritas seguían llamando a la puerta.

Pero la señorita Clara ha sido útil. 

La dama Clara Bandorras era la más atrevida de todas. Pero había reducido con éxito la cantidad de cartas de amor e invitaciones de las otras damas a la mitad, al marcar agresiva e intensamente su territorio. A decir verdad, Aaron se sentía bastante agradecido con ella.

Pero el mayor problema es Su Gracia. 

3 respuestas a “Beatrice – Capítulo 14: Qué chica tan extraña”

  1. ¡Ah! ¿Alguna vez veré un espécimen así en la vida real? No, no tengo tanta suerte. No importa, me conformo con mi imaginación y el 2D.
    Gracias por traducir.

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