La poseída hija del Duque – Capítulo 28

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


— ¡Estoy tan contenta de que te guste! Lo compré en el distrito comercial al sur de la escuela.

—La zona sur…

En cierto sentido, los terrenos de la escuela podían dividirse en regiones. El norte conectaba con la zona en la que residían los nobles y la mayoría de las tiendas de ese lado se orientaban en satisfacer a los aristócratas. En contraste, la zona sur conectaba con la residencia de los plebeyos y nobles de clase baja. Naturalmente, allí estaban las tiendas orientadas a esas masas.

Aunque comprarlo solo planteaba un problema para el orgullo para la Familia Aldis, seguía siendo un problema que no podía ignorarse.

—Puedo traer algo más la próxima vez si quieres.

Aunque no estaba claro si había visto a través del conflicto interno de Lilia, Tina se ofreció. Lilia bajó un poco las esquinas de sus ojos y aceptó la oferta, agradecida.

Dejando los aperitivos que recibió de Alisa, Lilia salió de la habitación con Tina. Al marcharse, le dijo a Alisa y a los tres agentes que podían probar el dorayaki restante. Quedaban cinco, por lo que podría comer uno más cuando regresase. En realidad, esperaba que dejaran al menos uno, pero se olvidó de decírselo a Alisa.

Si quieres comer más, podrías haberlo dicho.

¿Y quién fue la que la que me dijo que le dijera a Alisa que lo compartiera con todos?

Fui yo. Lo siento.

Era para encandilar el corazón de las personas, le había dicho Sakura antes, pero, ¿qué tipo de corazón barato se dejaría conquistar por un simple dorayaki? Mientras pensaba en ello, Tina comenzó a hablar de nuevo.

—Lilia es realmente muy amable, eh. Para decir verdad, pensé que eras una persona mucho más aterradora…

Esa frase parecía venir con un punto de vista extraño. No había forma de que ella admitiera que era por las instrucciones del espíritu maligno que la poseía, por lo que Lilia solo sonrió vagamente.

Tina es realmente una buena chica después de todo. Por cierto, Lilia, ¿no se te ha escapado algo bastante descortés en esos pensamientos de hace un momento? Algo sobre un espíritu maligno.

Oh. ¿No eres tú?

¡He dicho claramente que no lo soy! ¡Soy un ángel! ¡Un querido ángel! ¡Soy el amado ángel que está aquí para ayudarte!

¿No es triste decir eso tú misma?

¡Realmente te gusta dar donde duele! N-No es que duela de verdad…

Las palabras de Sakura se detuvieron a mitad de camino. Cuando Lilia hizo una expresión confusa, Sakura exclamó algo y después dijo con voz disgustada:

Lilia, es el Príncipe.

¿Eh?

La cara de Lilia se puso rígida.

—¿Qué estás haciendo? —gritó esa voz al mismo tiempo.

—Ah… Su Alteza…

Tina dejó escapar su voz con estupefacción. Lilia se giró hacia la dirección de la que provenía la voz.

—Oh, Su Alteza. ¿Cuál podría ser el problema?

—No te hagas la tonta. ¿A dónde piensas arrastrar a Tina?

El Príncipe se acercó a Lilia y ésta soltó un suspiro, molesta. Luego le dirigió una sonrisa. Una sonrisa como siempre.

—Su Alteza. Ya que habla de arrastrar a alguien, ¿sabe que es Tina la que lidera el camino? En este momento voy con la señorita Tina a cenar juntas.

—Como pudiera creerlo. ¿No le estás ordenando que vaya delante? De modo que si alguien… Si por ejemplo, yo mismo lo viera, tendrías una excusa.

Ugh. ¿Qué pasa con este tipo? Es molesto.

En este momento estoy totalmente de acuerdo contigo.

Normalmente, le habría advertido por tener ese tipo de pensamientos, pero la misma Lilia parecía haber enfriado sus sentimientos hacia ese hombre, por lo que no tenía intención de encontrar faltas en Sakura. Ambas compartían sus sentimientos sobre lo problemático que era el Príncipe cuando:

—¿Qué pasa? ¿Por qué no dices nada? Di en el blanco, ¿cierto? —dijo el Príncipe con una sonrisa triunfante.

¡Así que esto es el llamado doyagao!

Doya… ¿Qué?

No es nada. si tuviera que describirlo, entonces es la cara del Príncipe ahora mismo.

Ah… Así que es la cara que hace que quieras golpearla con tus manos.

¡Terrible! ¡Eso es demasiado! ¡Pero estoy de acuerdo!

Mientras bromeaba con Sakura como una forma de escapismo, Lilia dejó escapar un suspiro. Apartó la vista del Príncipe y miró a Tina. El Príncipe probablemente ni siquiera había notado la expresión de Tina, que estaba al borde de las lágrimas.

Mientras trataba de tranquilizarla con una sonrisa suave, Tina, aunque todavía tenía los ojos caídos, le devolvió la sonrisa.

—A pesar de su amable invitación, ya que ha habido una interrupción agresiva, dejemos esto aquí.

—Sí… Lo siento por esto, Señorita Lilia.

—No necesitas disculparte. Después de todo, hay que culpar a alguien en algún lugar, en algún momento.

Al puntuar firmemente sus palabras, sus ojos no escatimaron ni una sola mirada lejos del Príncipe mientras las decía. La cara del Príncipe se estaba poniendo roja, pero como sea.

—Bueno entonces, me despediré. —se dio la vuelta y, antes de regresar a su habitación, movió los labios para articular una despedida —Nos vemos luego.

No estaba segura de si había trasmitido las palabras correctamente, pero Tina hizo un asentimiento firme a cambio.

El Príncipe gritó algo más en un intento de detener a Lilia, pero ella simplemente lo ignoró. Ni siquiera se registró en su mente lo que dijo. No importa lo que gritara ese idiota, lo ignoró todo y se dirigió a su habitación.

Cuando regresó, Alisa la saludó con los ojos bien abiertos.

—Regresó bastante temprano… Estoy sorprendida.

Lilia se encogió de hombros ante sus palabras.

—Nos topamos con Su Alteza. Fue problemático, así que volví.

—Esas palabras pueden ser demasiado, Señorita Lilia.

Aunque le advirtió, Alisa mantuvo una sonrisa irónica todo el tiempo. Parecía que no era seria al respecto. Alisa probablemente tenía sus propios pensamientos tras el encontronazo entre Lilia y el Príncipe del otro día. Lilia simplemente aceptó las palabras de Alisa y se encogió de hombros.

—Parece que nos hemos perdido la cena esta noche.

Comida…

Junto con Sakura, Lilia también suspiró. Ya que lo esperaban bastante, el impacto fue aún mayor.

—La Señorita Lilia aún queda un dorayaki. ¿Le apetece?

—Me lo llevo. Después de comerlo, me iré a dormir.

Solo iba a enojarse en la cama, pero esta vez, ni Alisa ni Sakura dijeron nada al respecto. Recibiendo el dorayaki de Alisa, entró en su dormitorio. Sin mucho entusiasmo se cambió y se acostó en la cama.


Maru
¿Hola? ¿Sicarios a sueldo? Sí, por favor, necesito que hagan desaparecer a un Príncipe que tiene el mismo cerebro que una ameba. De esas amebas que te producen diarrea. Agh, por favor, no lo soporto, independientemente de que tenga motivos para desconfiar de Lilia porque antes era mala gente. ¿Y Tina? Por dios, ¿no tienes boca para defender a tu supuesta amiga? Me has decepcionado.

6 respuestas a “La poseída hija del Duque – Capítulo 28”

  1. Si, sin duda el príncipe es odioso. Pero Tina no se salva, como esta eso de que en la situación solo se pone a llorar y no trata de defender a su amiga, en serio crei que lo haría, pero ahora me doy cuenta que es de esos personajes que no pueden hacer nada por si mismo
    En serio que decepcionante 😑

    1. Recuerdo que me indigné bastante con su acción en este capítulo… La verdad, a veces desconfío de Tina. He leído tantas novelas donde las supuestas heroínas luego son malas que no me fío todavía. Ojalá sea de verdad una chica buena, aunque sea incapaz de hacer nada por sí misma -_-

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