La poseída hija del Duque – Capítulo 38

Traducido por Maru

Editado por Tanuki


Lilia solo había sido amiga suya por un corto periodo de tiempo, pero estaba claro que Tina era una chica amable y honesta. A pesar de que Lilia la había tratado mal, Tina todavía quería ser su amiga. Teniéndolo en cuenta, podías imaginarte cuán buena persona era. Algunos podrían llamarlo debilidad, pero Lilia no podía criticarla por eso.

Sin embargo, no era como Tina tuviera una voluntad particularmente fuerte. Lo más probable era que fuera una persona sensible. No tenía ninguna prueba, pero parecía que Tina temía ser odiada por la gente. Debido a ello, incluso las palabras irreflexivas escritas en esos trozos de papel era suficientes para llevarla al punto de llorar.

Lilia estaba enfadada con la gente que escribió esas cosas, pero su enfado también estaba dirigido al príncipe. ¿Qué creía que estaba haciendo? Si iba a tirar de Tina de esa manera, quería ver cómo la trataba adecuadamente. Sin embargo, a pesar de eso, no la estaba cuidando en absoluto. Debería haber sido capaz de comprender algo como esto le ocurriría a Tina. O quizás, era más idiota de lo que Lilia pensaba.

Esto es realmente… imperdonable. Lilia dejó escapar un suspiro. Soy la única que tiene permitido intimidar a esta chica.

¡No estropees todo lo que dijiste antes diciendo ahora esto! Dijo la voz de Sakura haciendo eco en su cabeza.

¿Hay algo mal en lo que dije? Preguntó Lilia frunciendo el ceño, ocultando una pequeña sonrisa.

¡Sí! No importa. De todos modos, ¿qué planeas hacer?

En primer lugar voy a destruir a esa persona. Dijo tras pensarlo un poco con los ojos cerrados.

Qué miedo… Bueno, eso es exactamente lo que hace Lilia.

Sakura rio con alegría. Dentro de su cabeza, tanto la risa extremadamente alegre de Lilia como la de Sakura hicieron eco.

♦ ♦ ♦

Al día siguiente, Lilia pasó la mañana como siempre y fue a clase como siempre. Un grupo de estudiantes hablaban casualmente entre ellos. Cuando notaron a Lilia, alguien murmuró algo en voz baja y su risa ahogada llegó a sus oídos. Podría haber sido sobre la fiesta de la noche anterior, pero Lilia decidió que no valía la pena preocuparse por eso.

Lilia miró alrededor del aula, pero no parecía que la persona que buscaba estuviera allí. Un poco desanimada, se rindió y tomó asiento.

Lilia esperó un rato y sus tres seguidoras entraron en la clase. Cuando vieron a Lilia, dejaron caer sus bolsas en los asientos y se acercaron a ella. Le pareció molesto todo aquello, pero aun así, las saludó.

—¡Nos disculpamos enormemente por llegar tarde, Señorita Lilia!

—No era como si las esperara, así que no hay problema con eso. Más importante aún…

Lilia miró directamente a la chica que estaba en medio de las tres. Al ver su rostro, Lilia pudo recordar fácilmente quién era. Sera Valdia. La hija de un conde. Antes de que hubiera venido a la academia, la chica no tenía absolutamente nada que ver con Lilia. Incluso entonces, Lilia se había limitado a conocerla en una fiesta nocturna o algo así.

Lilia colocó la nota que tomó de Tina sobre su escritorio. La escritura a mano era meticulosamente elaborada, pero aquí y allá, quedaban algunas peculiaridades reveladoras. Esas eran las mismas que tenía la letra de Sera. Cuando Sera vio la nota, inclinó la cabeza confusa.

—Mmmm… Señorita Lilianne, ¿por qué tienes…?

Parecía que no tenía intención de ocultarlo. Aun así, Lilia le preguntó para asegurarse.

—Esta nota. La escribiste, ¿no es así?

—Sí. La escribí y la metí en la bolsa de esa chica. ¿Podría ser que pensó que la escribiste tú, Señorita Lilianne? Qué chica tan imprudente, que acusa inmediatamente a la Señorita Lilianne…

—Deja de hablar.

Lilia, inconscientemente, habló en un tono más áspero de lo que pretendía. Sera dejó de hablar por completo y su rostro palideció. Desde entonces, los alrededores de Lilia también se quedaron en silencio.

—No fue como si ella me acusara de hacerlo. Después de lo ocurrido en la fiesta de la noche, fui a la habitación de la Señorita Tina para comprobar si alguien había hecho algo estúpido.

—¿Eh…?

Probablemente no esperaba escuchar eso, ya que los ojos de Sera se abrieron de par en par de la sorpresa. Lilia podía suponer por qué Sera estaba tan sorprendida. La nobleza de clase alta que pisaba el segundo piso era totalmente desconocida. Toda la nobleza de clase alta miraba por encima del hombro a los de clase baja, y de esa forma, no iban a mezclarse con su vida. Lilia había ido expresamente al segundo piso a visitar a Tina, y la sorpresa era normal.

Lilia puso su dedo sobre la mesa y golpeó la nota. Solo hizo un pequeño sonido, pero Sera estaba temblando de miedo.

—Pensé que a donde voy no tiene nada que ver contigo. ¿Me equivoco?

—No… es exactamente como dices. Mis más profundas disculpas.

Sera bajó dócilmente la cabeza. Lilia levantó la nariz en señal de burla y volvió a tocar la nota.

—¿Sí…?

—¿Cuál, si puedo preguntar, es el significado de esto?

Además de la nota que Sera había escrito, también había notas similares. “No eres digna de estar al lado de Su Alteza”, “recuerda tu lugar”, “no abuses de la amabilidad de la Señorita Lilianne”, etc. Lilia no pudo evitar sorprenderse cuando incluso se mencionaba su propio nombre cuando estaba leyendo las notas.

—Esto… Es exactamente como dicen las notas.

—¿Cuál es?

—¡Es imperdonable que esa chica esté al lado de Su Alteza! —declaró Sera con un fuerte grito.

En respuesta, Lilia enarcó una ceja. Tocando la nota una vez más, Lilia le urgió a seguir.

—¡La Señorita Lilianne debería de estar al lado de Su Alteza! ¡Que esa chica se lo robe es imperdonable! ¡La persona que debería estar a su lado es la Señorita Lilianne!

Ya veo. Parece que en la mente de Sera todo lo había hecho por el bien de Lilia.

Lilia se sentía mal del estómago. Calmó desesperadamente su ira y lentamente levantó la vista hacia arriba. Cuando dirigió la mirada a Sera, de repente gritó un poco.

—Entiendo lo que estás tratando de decir.

Y luego, los labios de Lilia se curvaron en una sonrisa. Al ver eso, Sera dejó escapar un suspiro de alivio, y sonrió.

—Mientras la Señorita Lilia lo entienda, es lo importante. Fue todo para la Señorita Lilianne…

—Sera. Sal de mi vista inmediatamente.

La expresión de Sera se congeló. Lilia suspiró y se levantó. Miró a las tres chicas y todas palidecieron. No se trataba solo de las tres, todos en el aula temblaban terriblemente. Incluso Kris, que estaba en el centro de la habitación, tenía una expresión rígida.

Lilia. Estás dando mucho miedo. Si alguien dijera que te gusta beber sangre, no lo dudaría.

Sí.

¡Ah, no tienes remedio! ¡Totalmente sin remedio! Bueno, no te excedas, ¿vale?

Lilia también recibió el permiso de Sakura. No había nada que la retuviera ahora. Lilia miró a las tres chicas y fijó la vista en Sera. Ella comenzó a temblar de miedo y, como tratando de decir algo, su boca se abrió y cerró sin que algún sonido saliese de sus labios. Lilia no tenía ninguna simpatía por ella.

—Incluso como una broma, en nombre del Condado Valdia, que se considera a sí misma como una de las casa nobles superiores, has hecho algo muy tonto.

—P-Pero… yo… era por la Señorita Lilianne, yo…

—Nadie te pidió que hicieras este tipo de cosas.


Maru
¡Pelea, pelea! ¡Que salpique la sangre!

5 respuestas a “La poseída hija del Duque – Capítulo 38”

  1. pobre chica!!!!! pero bueno, entiendo sus intenciones pero creo que en vez de ser unas simples seguidoras deberían esforzarse un poquito más para ser cercanas a Lilia y ser amigas…7-7
    muchas gracias por el cap!!^^

  2. Yo esperaba una masacre pero no de ese tipo, esperaba que ella se le echara encima a una noble casi de su mismo estatus y que en esas condiciones la humillara, aunque estaba en las opciones intimidar a alguien que ya te tiene miedo es fácil. Gracias por el capítulo.

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