El Conde y el hada – Volumen 4 – Capítulo 4: El mar y las Selkies

Traducido por Den

Editado por Nemoné


Lydia apenas pudo dormir, por lo que se quedó despierta toda la noche, esperando el amanecer.

Incluso si Teresa se dormía, parecía que este cuerpo no podía regresar al control de Lydia hasta que saliera el sol.

El cielo nublado que yacía sobre ellos no les dejaba sentir como si hubiera amanecido, pero en medio de la tenue luz del sol, Lydia finalmente se sintió liberada del control de Teresa y se levantó de la cama para rápidamente cambiarse de ropa.

Y tuvo un pensamiento desconcertante.

Edgar realmente es un verdadero y genuino mujeriego. 

Debería haberlo sabido, pero cuando recordaba cómo lo vio usando sus técnicas y encanto para ganarse a Teresa, de algún modo se deprimió. Y, al mismo tiempo, se puso furiosa.

Nunca me casaré con ese tipo de hombre. Tomó la decisión una vez más.

No obstante, otra cosa que también aclaró fue que Edgar todavía se estaba conteniendo y era bueno con Lydia.

Si quisiera tener a Lydia sin importar qué, entonces en realidad, significaba que sería fácil para él hacer eso. Estaba pensando que podía asegurar su compromiso y llevarlo al matrimonio en cualquier momento que quisiera, por eso se estaba divirtiendo, ya que estaba bromeando al coquetear con Lydia.

Nemoné
Ay, Edgar... A ti te va a costar que te tome en serio. Ve cambiando señor

Ella no iba a perder. Lydia levantó la cabeza y a sus oídos llegó el sonido ululante del fuerte viento que soplaba por el mar.

En comparación a dentro de la casa, estaba demasiado tranquilo. Aunque hubo ese incidente la noche anterior, no hubo ningún ruido de los sirvientes haciendo una conmoción.

—Tal vez la policía todavía no ha llegado.

—Parece que no pueden venir.

Quién dijo eso fue Nico, que salió del vestidor.

— ¡Nico! ¿Viniste?

—Vine, pero me he estado escondiendo porque no quiero que esa chica fantasma que está dentro de ti me persiga.

Lydia se arrodilló para mirar el rostro de su querido amigo, y se acercó para estar a la altura de los ojos de Nico, que estaba de pie sobre sus patas traseras. Con esto, logró relajarse.

—Parece que las cosas se han salido de control.

—Bueno, lo arreglaremos de alguna manera.

Como le haría a un niño pequeño, Nico acarició la cabeza de Lydia con una de sus patas delanteras.

Nico, que había sido el compañero de la madre de Lydia, muy probablemente era mucho más viejo que Lydia. A sus ojos, Lydia todavía debe parecer una niña pequeña.

Actuaba solo por capricho y era egocéntrico, y desaparecería cuando era peligroso, y ella podía golpearlo todos los días porque era un hada gato poco confiable, pero aún así era su mejor amigo y dependía de él.

A diferencia de un gato normal, no la dejaba tocarlo tanto, pero Lydia amaba la parte peluda y suave de Nico.

— ¿Pero qué quieres decir con que la policía no viene?

—Como las olas son muy violentas, dijeron que sería demasiado peligroso si las olas se alzaran, incluso si baja la marea y la carretera queda abierta. Así que, por supuesto, no pueden usar ningún barco y no podemos enviar ningún mensajero.

Cuando se acercó a la ventana para mirar el mar, vio las olas blancas salpicando contra las rocas y rodando y girando violentamente.

Entre las olas, Lydia creyó ver a una especie de criatura negra asomar su cabeza por encima de la superficie y agudizó la mirada.

— ¿Una foca…? Podría ser una Selkie.

—Ahh, quien trabaja para Príncipe podría haber capturado algunas Selkies y obligarlas a trabajar para él. Escuché lo que está pasando con el Conde, pero si es así, estas olas podrían ser porque las Selkies están embraveciendo el océano. Todo esto es un momento demasiado bueno.

— ¿Momento?

—A menos que las olas no se calmen, no hay forma de que alguien pueda irse de este lugar. Es como si prácticamente fuéramos abandonados aquí con el perpetrador de la noche anterior.

Él tenía razón, si no podíamos contactar con el continente, entonces esta era la oportunidad perfecta para el culpable. Entonces Ulysses podría estar controlando a las Selkies y obligándolas a hacer esto. 

—Pero no puedo entender algo. Si hubiera hecho algo tan horrible como matar a una Selkie, entonces se habría enfrentado a la rebelión de las Selkies. Porque su fuerza como un grupo es inmensamente fuerte. Así que me pregunto si el hombre Ulysses está bien.

Nico se irguió sobre sus patas traseras y cruzó los brazos mientras pensaba.

—Debe haber descubierto algo para que eso no pueda suceder. Quienes tratan de usar a las hadas necesitan saber bastante sobre ellas para hacer esto.

— ¿Estás diciendo que conoce una forma de evitar una rebelión?

—Como si hubiera hecho algo para ganar la gratitud de las Selkies en el pasado. Cuando las Selkies llegan al final de su larga vida, se dice que confían sus corazones a un humano en el que han depositado su confianza. Es una prueba de su amistad duradera. El resto de ellas no pueden herir a un humano que tiene eso.

Las Selkies son hadas cercanas a los humanos.

Su sustento espiritual es su comunicación con los humanos y sienten más felicidad cuanto más pueden mantener una buena relación con ellos. Especialmente, los sentimientos de amor de un humano que posee el corazón de una Selkie traen paz y prosperidad, y es por eso que las Selkies protegen la seguridad de aquellos cuyas vidas están respaldadas por el mar.

Aunque, no era tan común para las Selkies confiar sus corazones, no lo entregarían con cualquier clase de gratitud que sintieran.

El humano que consiguiera el corazón tendría el poder de controlar el destino de las Selkies, así que estaría limitado a aquellos en quienes se podría confiar de generación en generación.

—Pero a un humano al que se le diera algo así no intentaría usar a las Selkies.

—Bueno, también está el caso de que la persona en cuestión no fuera quien lo recibiera.

— ¿Estás diciendo que lo podría haber conseguido de alguna otra manera…?

Por lo tanto, podría no ser alguien que fuera el propietario legítimo. Si en el caso de que a quien le entregaron el corazón tuviera malvados propósitos, entonces eso solo causaría dolor para las almas del clan de las Selkies, y serían envenenadas por la ansiedad de no ser sanadas.

Quería hacer algo, pero no sabía quién era Ulysses y si podría ser quien tiene el “corazón”.

—De todas maneras, tengo que centrarme más en sus abrigos que en su corazón. Probablemente será difícil intentar llevar una gran cantidad de abrigos a la vez, así que creo que los abrigos deben estar escondidos en alguna parte de esta residencia. Nico, no te verían como sospechoso sin importar en qué habitación te encuentres.

— ¿Quéééé? ¿Estás diciendo que tengo que buscarlos?

—Por supuesto yo también los buscaré, pero tengo que fingir ser Teresa durante el día. Y no tendré ninguna libertad por la noche.

Nico chasqueó la lengua, pero se puso a cuatro patas a toda prisa cuando alguien llamó a la puerta.

Quien entró en la habitación fue Suzy, la doncella.

—Buenos días, Srta. Carlton.

Inclinó la cabeza, y luego se dio cuenta de Nico.

—Oh, mi, un gato. Lo lamento muchísimo, alguien debe haberle dejado entrar.

—Oh, está bien. Me encantan los gatos.

Nico actuó como un gato para que no lo echaran. Se acercó a Lydia a propósito y se frotó contra su pierna.

—Oh, es así. Um, a decir verdad, la última noche algo terrible sucedió…

—Sí, lo sé. Fui poseída por Teresa, pero todavía tenía mi conciencia.

—Oh, mi, entonces señorita Carlton debe haber presenciado esa escena.

Cuando asintió, la doncella hizo una cruz en su pecho.

—Pero, hm, me gustaría pedirle que por favor no le deje saber a la Señora sobre eso. El joven Oscar también se ha asegurado de que los sirvientes no digan nada.

—Entiendo.

De hecho, esto podría ser demasiado para manejar con la inestabilidad mental de la Sra. Collins.

—Y, una cosa más, uh, Lord vizconde Middleworth me la confió. Me pidió que se la entregara a la señorita Carlton cuando despertara.

Lo que Suzy le entregó fue una carta.

Cuando la abrió, resultó ser una broma de carta de amor que comenzaba con el dulce “Mi más querida”. Seguía diciendo que esto era un encuentro predestinado y un amor como este nunca volvería a suceder. Por supuesto, debe haberla escrito, para que no pareciera una carta extraña, para Teresa. Pero debe ser consciente de que Lydia iba a ser quien la leyera.

Parece que lo que quería hacerle saber estaba en las últimas líneas al final de la carta.

『 Si es posible, me gustaría que nuestro cortejo sea oficialmente reconocido por la Sra. Collins lo más pronto posible. Visitaré tu sala en la mañana aproximadamente cuando termine el desayuno. Tengo la intención de conseguir su reconocimiento oficial en mi cortejo contigo. 』

Como ocurrió ese tipo de incidente la noche anterior, Edgar estaba tratando de clasificar rápidamente a aquellos en los que podía confiar y aquellos de los que sospechaban.

Lydia como Teresa no perdería mucho tiempo en elegir a Edgar. Y si la Sra. Collins podía reconocerlo, entonces podrían retener a los otros candidatos a raya. Así que él podía mantener a Lydia a una distancia lo suficientemente cerca donde él pudiera verla siempre.

Mientras estuvieran confinados debido al clima en esta casa junto con el culpable, entonces esto debe significar que no podían permanecer sentados y esperar tranquilamente el próximo movimiento del enemigo.

Sin embargo, incluso si podía adivinar la intención de Edgar, todavía era una carta embarazosa que no podía dejar que nadie la leyera. La escondió de Nico que trató de echar un vistazo para leerla.

Más importante aún, la idea de “ese grandísimo mentiroso” estaba dando vueltas dentro de la cabeza de Lydia.

¿Cómo se atreve a hablar de un cortejo oficial? Es un gran error pensar que alguien estaría completamente enamorado de él. 

Pensó perdiendo la coherencia.

Edgar solo estaba tratando de garantizar la seguridad de este lugar seduciendo y ganándose a Teresa y, además, intentando mantener a Lydia lo suficientemente cerca para que pudiera vigilarla.

En otras palabras, esta era una estrategia y no un problema de enamorarse o no.

Lo sabía, y sin embargo dudaba sobre sus agallas después de que llegara tan lejos y sedujera a Teresa la noche anterior. Y ahora hasta estaba mandando dulces líneas a Lydia esta mañana.

—El vizconde debe ser un buen conocido de la señorita Carlton.

— ¿Huh? Ohh, supongo…

Lydia de alguna manera logró mostrarle a Suzy una sonrisa temblorosa.

—Me dijeron que eres una persona muy importante, por lo que por favor cuidara de ti. Pensé que el lord era una persona un poco coercitiva y voluble ya que estaba haciendo avances con la señorita Teresa tan pronto como llegó aquí, pero él estaba muy preocupado por la señorita Carlton. Veo que para salvarla, no tuvo otra opción que anunciar su candidatura como el compañero matrimonial de la señorita.

Eso no era verdad. Sin embargo, lo pensó, él estaba disfrutando hacer movimientos con Teresa. 

—Las cosas se han vuelto así, pero fue lo suficientemente amable para no culpar a la Señora y dijo que iba a enfrentar a la espiritista para llevarla a casa a salvo. Ohh, él haría tal cosa por la mujer que ama sin tener en cuenta su propia seguridad… Realmente es un valiente caballero.

Como dije, eso no es cierto. 

Era cierto que él era coercitivo y voluble.

Lydia, que era una Doctora de Hadas, era necesaria para que él continuara siendo el conde de Ibrazel. Y sin embargo, él haría todo lo posible para proteger a las personas que necesita. Él no escatimaría ninguna compensación para que aquellos que trabajan para él hagan su trabajo con un cálido contento.

Si tuviera que construir una relación de confianza como aliada o amiga, entonces Edgar respondería sin pensar en su propia vida.

Por qué trata a Lydia de forma especial, y por qué intenta hacerla su prometida es para asegurar su ayuda en un futuro. Y eso no era solo un juego, sino que él era serio al respecto, así que era difícil lidiar con ello. Incluso si no eran verdaderos sentimientos de amor, él estaba tratando seriamente de mantenerla a su lado toda su vida. Para que eso sucediera, él pensaba que el matrimonio era la más segura y mejor forma de hacerlo.

Pero ese era un sentimiento que a Lydia le resultaba difícil de entender. Era demasiado egocéntrico y contundente.

Edgar podría estar pensando que no habría ninguna mujer que se negara a casarse con él, pero sólo Lydia sentía que sus sentimientos eran ignorados. Porque si fuera casarse, pensaba que querría que fuera alguien con el que ambos sentirían amor el uno por el otro, como su padre y su madre.

—Estoy tan celosa que sea amada por un hombre tan fabuloso como ese.

Parecía que Suzy realmente pensaba así. Era su especialidad hacer que las jóvenes fomenten buenos sentimientos hacia él.

Lydia se enfadó más y más con Edgar

Frente a eso, la Sra. Collins estaba de un terrible buen humor.

Como resultado de que Oscar les impusiera a todos guardar silencio sobre el incidente de la noche anterior, los sirvientes fueron muy leales y mantuvieron la boca cerrada.

Sonreía como si estuviera teniendo un maravilloso momento, como si no tuviera nada de qué preocuparse.

—Oh, ¿Teresa, no fueron todos los invitados unos maravillosos caballeros?

—Sí, así es madre.

Mientras desayunaban juntas, Lydia estaba imaginando cómo iba a necesitar pretender que Edgar y ella estaban profundamente enamorados el uno del otro y eso la puso melancólica.

Estaba dispuesta a hacerle aceptar que anulara su compromiso. Y, sin embargo, por el contrario, ahora necesitaba actuar como si ambos estuvieran en una relación íntima.

Tenía sentimientos de enfado e irritación hacia Edgar, pero en un sentido lógico, todavía era consciente que su idea necesitaba prioridad en esta situación.

—Escuché que en la cena de anoche tuviste una animada conversación con el conde Ashenbert. Es posible que no puedas ir al viaje en barco hoy. Pero, ¿te gustaría ir a la orilla del mar más tarde?

Si fuera de excursión con el conde falso, se preguntaba si Edgar estaría celoso. Pero Lydia se asustó por siquiera pensar en algo así por un segundo.

No estaría feliz en absoluto si estuviera celoso por ella. Sí, no estaría feliz. 

Lo que era importante en este momento era que no dejaran ninguna apertura ni debilidad para el enemigo. No era el momento para que estuviera pensando en algo tan estúpido.

—Um, madre, me gustaría comenzar a cortejar al vizconde, Lord Middleworth —dijo Lydia audazmente.

—Oh, ¿el vizconde? Sin duda es un caballero apuesto y elegante, ¿pero no quieres pasar más tiempo y tomar tu decisión después de aprender qué clase de personas son todos los otros hombres?

Rápidamente sacudió la cabeza. Si no se dejaba llevar por su entusiasmo, entonces sus sentimientos de desconfianza hacia Edgar que había estado sintiendo desde la noche anterior podrían interferir.

—Parece… Parece que ambos nos hemos enamorado a primera vista. Tuvimos una conversación después de cenar, y el vizconde dijo que esto era un encuentro predestinado, y yo también tuve la misma sensación. No creo que alguna vez tenga un amor como este.

Se dio cuenta de que sus palabras no venían de su corazón mientras hablaba porque estaba repitiendo lo que estaba escrito en la carta que Edgar le había escrito esta mañana.

Si le hubiera escrito y enviado esa carta con eso en mente, entonces él definitivamente era un hombre increíble.

—Oh, Dios mío… ¿Estás tan enamorada de él?

—Dijo que quería tener una conversación directa sobre esto. Dijo que vendría aquí en algún momento después de nuestra comida.

Inspeccionó la expresión de la Sra. Collins. Lydia se puso nerviosa al ver que la dama parecía no saber cómo responder.

¿Y si se opone? 

Pero, luego, se avergonzó al preguntarse el motivo por el debería preocuparse por eso cuando en realidad no estaban en una relación. Lo más probable es que Lydia no haya podido imaginar cómo se sentiría un padre o cómo reaccionarían a este tipo de situación.

—Entonces, debería venir muy pronto —dijo la Sra. Collins que miró el reloj. Justo en el momento perfecto, Suzy entró a la sala de la mañana y les preguntó si dejaba pasar al vizconde.

Edgar apareció poco después, y aunque se vistió sencillo sin ningún accesorio ni dando aires, era evidente que prestó atención a cada cabello de su cabeza para poder dar una impresión fiel y sincera.

La Sra. Collins le ofreció un asiento, pero Edgar quería que ella escuchara primero su historia y, de manera casual, se sentó junto a Lydia.

—Me gustaría pedirle su permiso para cortejar a su hija. Por supuesto, con el matrimonio en mente.

—Oh, bueno, señor vizconde, envié las invitaciones con la esperanza de que uno de ustedes se casara con mi hija. Y si dice eso…

Debe haber murmurado sus palabras porque debe preferir más al conde falso.

Lydia se preocupó, pero la Sra. Collins abrió la boca para decir algo inesperado.

—Puede ser vergonzoso para mí decir esto en un momento como este, pero ¿realmente desearías la mano de mi hija en matrimonio?

Fue la señora de la casa que llevó a cabo este encuentro matrimonial con el objetivo de comprar un título de un noble con una dote. Pero se había estado preocupando por si su hija sería amada más que cualquier otra cosa.

Los ojos de la Sra. Collins no eran como de costumbre, se paseaban alrededor de la habitación inestablemente y luego estaban fijamente en Edgar, como si tratara de determinar si él pensaba en su hija como una herramienta para intercambiar con dinero.

—Es cierto que mi familia no es acomodada. Y es verdad que esa fue la razón por la que participé en este ritual espiritual, pero en este momento, la recibiría encantado.

Era una actuación llena de mentiras en que Edgar se especializaba, y Lydia, que también formaba parte en la actuación de estar profundamente enamorados, también estaba llena de mentiras. Y, sin embargo, por alguna extraña razón, estaba tan nerviosa y quieta en su lugar mientras su corazón latía con fuerza.

Probablemente estaba imaginando a la Sra. Collins como si fuera su madre, y podría estar imaginando cómo sería si su madre aún estuviera viva.

Si fuera la madre de Lydia, se preguntaba cómo se sentiría con Edgar delante de ella.

Se preguntaba si eran los ojos de una madre cuando, igual que la Sra. Collins, intentaría determinar si el hombre tenía sentimientos de que verdaderamente amaba a su hija.

— ¿Puedo confiar en usted?

—Si fuera a oponerse a nosotros, la mataría y huiría.

Cuando Edgar dijo eso en forma de broma, la Sra. Collins también relajó los músculos en sus mejillas.

Y entonces, abrazó suavemente a Lydia.

—Estoy tan feliz por ti, felicidades.

Den
Lol

En ese momento, Lydia sintió que realmente era abrazada por su madre y estaba bajo la extraña sensación de que su madre había aceptado a Edgar.

Era como si su madre dijera que estaría bien confiar en Edgar, en quien Lydia no podía confiar en absoluto.

Incluso si su madre sabía sobre todas las mentiras que él dijo hasta ahora y que él era la clase de persona que continuaría mintiendo, sintió que su madre le dijo que no debería decidir incluso si su propuesta era una mentira.

¿Podría ser así? Se preguntó.

Pero no puedo averiguar eso. 

Pero, ¿no quieres creer en él?

♦ ♦ ♦

Cuando Lydia se fue de la habitación con Edgar, la Sra. Collins se mostró satisfecha mientras se sentaba en su silla.

—Madam, esto definitivamente es maravilloso.

—Oh, sí, Suzy. El peso se ha ido de mis hombros. Si esa chica es feliz, entonces no tengo nada de lo que preocuparme.

Cuando sonrió, cerró los ojos como si pensara en algo.

Suzy se sintió aliviada desde el fondo de su corazón por cómo se veía; como si se hubiera liberado del dolor y el sufrimiento de haber perdido a su hija.

—Oh, sí, Suzy, todavía había algo más que tenía que hacer. Tengo que casarte.

—Oh, ¿yo? Oh, no, planeo cuidar de la señora a partir de ahora.

—Eres como una hija para mí. Muchas gracias por estar a mi lado todo este tiempo. No quiero que te cases avergonzada sólo porque perdiste a tus padres, ya que voy a hacer todas los preparativos en lugar de tus padres, así que no tienes nada de qué preocuparte.

Las dos manos de Suzy estaban firmes y calientes, lo que la hizo luchar contra las ganas de llorar.

Ella era su señora que tanto le importaba. Por eso, aunque pensó que era un acto imperdonable revivir a su hija Teresa, Suzy no pudo detenerla.

Pero, al final, no resultó que Teresa fue revivida. Incluso si el fantasma de Teresa fue transferido a alguien más, la chica era Lydia, y sólo Suzy sabía que el vizconde había intentado encantar y atraer los afectos de Teresa para protegerla.

Si era verdad, Suzy debería haber tratado de convencer a la Sra. Collins de no hacer algo como un ritual espiritual por su bien.

— ¿Qué pasa Suzy? No llores.

—Lo siento… Sólo estoy feliz por las palabras de madam.

Esos también eran sus verdaderos sentimientos. Pero por ahora, no sabía que debería hacer y rápidamente abandonó la habitación.

♦ ♦ ♦

El amplio jardín delantero de la finca continuaba hacia un bosque de árboles mixtos y hacia la orilla del mar. Edgar, que invitó a Lydia a dar un paseo, caminó lentamente por el pequeño camino que pasaba por los ciprés [1].

La niebla era espesa, pero no había señales de que fuera a llover. La fría brisa marina sacudía periódicamente las hojas de los árboles y ese sonido se mezclaba junto con el sonido poco natural de las olas del mar, lo que lo hacía sentir como un aviso antes de una tormenta.

—Que extraño. Las madres son felices cuando se trata del matrimonio de sus hijas —dijo Lydia en voz baja, mientras todavía llevaba la cálida y confusa sensación de la actuación que hicieron.

—Por supuesto que lo estarían.

—Pero padre parece que no quiere pensar en eso.

—Bueno, los padres, sí. Pero no te preocupes, lo convenceré. ¿No crees que ya es hora que lo sepa?

—NO.

Se lo ha dicho muchas veces, pero Edgar solo lo dejaba estar con una sonrisa.

—Estaría bien si le mostramos que estamos profundamente enamorados el uno del otro que no podemos estar separados el uno del otro.

— ¡Esa fue solo una actuación!

Cuando dijo eso, la culpa comenzó a surgir dentro de Lydia.

—Estamos engañando a la Sra. Collins, ¿verdad…? Ella solo creyó que Teresa sería feliz si se casaba contigo.

—Ese fantasma no es Teresa. Por eso, de cualquier manera, no será como si el deseo de madam se hiciera realidad.

—Eh, ¿qué quieres decir?

Sorprendida, Lydia observó el perfil de su cara.

—La costura que hizo en su pañuelo tenía la inicial de M. Y además, ¿crees que una hija, que murió a los cinco años, podría coser porque lo creyó? ¿Lydia, eres buena cosiendo?

—Umm… Mi abuela me enseñó.

—Lo más probable es que el fantasma que fue invocado fuera el de una chica diferente a Teresa que era buena cosiendo.

Nunca dije que no fuera buena. 

—Los fantasmas no recuerdan su vida antes de la muerte. Escuché a alguien que era experto en esa área que en el Mundo de los Muertos las almas pueden quedarse en la edad que quieran sin relación con la edad a la que murieron, pero si eso fuera así, ¿entonces no significaría que el fantasma que la espiritista invocó podría ser cualquiera?

Edgar se detuvo al final de un ciprés particularmente alto y se giró para mirar a Lydia.

—Si hubiera algo que pudiéramos hacer, entonces sería detener el plan de Príncipe y poner todo de vuelta a la normalidad. El alma del trato regresa al mundo de los muertos y tú regresas a mí. No hay nada de lo que debas preocuparte —dijo y persuadió mientras sonreía.

Lydia retrocedió porque tenía una pequeña sensación de irritación.

Recordó la sonrisa que le enseñó a Teresa la noche anterior. Al mismo tiempo, las emociones de irritación y enfado hacia Edgar resurgieron dentro de ella.

—No soy tu posesión.

—Eres mi prometida.

—No tienes que decir eso en cada oportunidad.

—Seguiré diciéndolo. Una vez que te acostumbres, comenzarás a pensar que podría haber sido así.

¡Nunca! 

¿Debería confiar en él? No haré tal cosa. 

Mientras permanecía confundida, Lydia retrocedió otro paso.

—No quiero tener un matrimonio donde no haya amor.

Como si supiera cómo era el verdadero amor, sonó como las líneas de un niño que lo escuchó en algún lugar.

Estaba irritada por ella misma, así que Edgar debió haber pensado que ella estaba viviendo en un sueño.

— ¿Qué? ¿Crees que es gracioso?

—No, no lo es.

—Te reiste, en tu corazón.

—Estás siendo paranoica.

—Pero tú puedes vivir perfectamente bien sin amor.

— ¿Eso quiere decir que no hay amor de tu parte? Está bien; podrás amar en poco tiempo.

No sé de dónde viene esa confianza. 

—Tampoco hay nada de ti. Tuve una buena inspección de cómo seducías a Teresa la noche anterior. Realmente es muy fácil para ti hacer que una chica caiga en tus manos y haga lo que dices. Puedes decir lo que quieras que nunca vas en serio, y usas medios forzosos…

Hubo un pequeño momento en que vaciló.

— ¿Quizás, estás consciente mientras estás poseída por Teresa?

—Sí, parece que si me esfuerzo mucho, puedo permanecer despierta. Eso es lo que pasó anoche.

Hmm, respondió, poniendo su mano en su frente. No era como si estuviera molesto, sino solo una pose que estaba haciendo.

—Verás, Lydia, solo lo estaba haciendo por tu bien.

—Lo sé. Es por el bien de mi bienestar.

—Entonces, por favor, no estés molesta.

—No es como si lo estuviera.

Lydia giró la cabeza y se marchó.

—Siento que estás enfadada.

—Si estuviera enfadada, ¡entonces sería porque te tomaste la libertad de tocarme el cabello, la cara, el hombro y la espalda!

—Pero tú también te lanzaste a mis brazos…

— ¡Detente! ¡No era yo!

—Entonces no fuiste tú a quien toqué.

Oh, ya veo, entonces puedes tratar a cualquier como tu amante. 

Lydia dio pasos más rápidos mientras se enfadaba aún más.

—No, fue más bien como que estaba pensando que eras tú. Estaba muy feliz que no huyeras y me devolvieras la mirada a los ojos, así que fue como si no quisiera dejarte ir.

—Si… Si hubiera sido yo, te habría golpeado.

Sabía que se estaba poniendo de un color rojo claro por la vergüenza, y se mantuvo de espaldas a Edgar, con la cabeza gacha mientras seguía caminando.

—Ya me lo imaginaba. Quería intentar otras cosas mientras no me golpearan.

¿Hacer qué? 

—Me alegro de haberme contenido.

Lydia calló.

—O, ¿no debería haberme contenido? Ah, ya sé, si llegamos al límite de nuestra relación, entonces eso podría convencerte de que todo lo que te queda es casarte conmigo.

— ¡Nunca me convencerías!

—Pero, podría haber sido una oportunidad para que nos volvamos íntimos. Si fuera Teresa, ella no huiría. Pero contigo, tú tienes tu propia conciencia. Si pasamos un momento romántico juntos, entonces podrías llegar a comprender mis sentimientos no sólo con tu mente sino también con tu cuerpo.

¿C-C-Cuerpo? 

A Lydia se le subió la sangre a la cabeza, lo que hizo que se detuviera en seco.

—En tu cabeza, tienes una cierta convicción sobre lo que es el amor y gustar. Incluso si digo que soy serio respecto a ti, como no es como te imaginabas, no me creerías, pero realmente eres especial para mí.

— ¡Basta, este no es el momento para estar bromeando! ¡No te perdonaré si haces lo que te da la gana para hacer algo inapropiado!

Lydia lo enfrentó mientras protestaba contra él de manera seria, pero él solo le dirigió una sonrisa insolente y arrogante.

—Entonces, vamos a probarlo ahora mismo.

— ¿Huh?

—Creo que podrás acercarte a los sentimientos entre amantes.

El viento del mar sopló contra la espalda de Lydia. Su cabello suelto voló hacia los lados y se interpuso en la vista de Lydia. Ella se apresuró a intentar sujetar su cabello.

Entonces, sintió una mano cálida tocando su mejilla. Cuando levantó la vista, justo frente a sus ojos se encontraban los ojos color malva ceniza de Edgar.

La miró con ojos un tanto dolorosos y anhelante y la tocó tan suavemente como si pudiera romperse fácilmente, lo que la hizo sentir como si fuera una persona especial, pero cuando volvió rápidamente a sus sentidos, pudo darse cuenta de que eso no era posible.

Miró con el mismo tipo de ojos a Lydia, no, a Teresa la noche anterior.

Sabía que tenía que huir. Pero no podía moverse en absoluto, y justo cuando pensó que realmente podría querer esto, Lydia se odió por completo a sí misma.

Oh, Dios mío, ¿era una mujer con una moral tan baja? 

—Cierra tus ojos.

No pudo luchar contra su suave voz que sonó como un hechizo.

—Te amo. Realmente te amo.

Casi podría tomar eso en serio. Si le creyera, entonces algo podría cambiar. Incluso si ella pensaba que, desde el fondo de su corazón, había una voz que se alzaba en negación.

—Estás mintiendo.

—Por favor, créeme, mi beso más que mis palabras.

—Pero tú…, incluso ahora, no estás pensando en mis sentimientos en absoluto.

Oh, eso es cierto. Siempre hace lo que le da la gana y trata de hacer que las cosas vayan como él quiere. 

Por eso seguía manteniendo su propio terreno. Lydia abrió lentamente los ojos. Edgar había entrecerrado los ojos y parecía un poco triste.

Soltó su mano lenta y silenciosamente. Pero eso no fue por lo que dijo Lydia, sino porque sintió una presencia en las profundidades del bosque.

Edgar inspeccionó la sombra de los árboles y dijo:

— ¿Quién está ahí?

La sombra de la persona se giró rápidamente y salió corriendo.

Creyó haber visto el rostro blanco de Ermine que miró hacia él al instante. También tenía la sensación de que Ermine estaba vestida con su ropa de hombre habitual.

—Lydia, vuelve a la casa.

Con solo decir eso, Edgar siguió a la sombra en una carrera.

La figura que llevaba un chaleco negro de hombre pero que definitivamente tenía curvas femeninas de una mujer corrió cuesta arriba. Edgar siguió a la persona, pero tenía la sensación de que había sido tentado.

Sin embargo, la espiritista que se había encerrado, salió sola. Quería asegurarse de si realmente era Ermine o no.

Finalmente, con la pendiente inclinada del mar contra su espalda, la mujer vestida como hombre se detuvo y se dio la vuelta.

Ojos marrones que estaban cerca del negro lo miraron como si lo estuvieran provocando. Cuando su cabello corto, que tenía el mismo color, se movió con el viento, entonces su silueta cerca de sus orejas fue revelada.

Era una mujer que Edgar conocía bien.

Tenía los rasgos faciales galantes y caballerescos que iban bien con la ropa masculina. Pero todavía tenía el brillo femenino que solo podía traer a la mente la descripción de una hermosa mujer. Incluso si se había cubierto con ropa masculina, uno podía decir a primera vista que era una mujer. Edgar caminó lentamente hacia su dirección.

—Lord Edgar.

De sus labios rojos se escuchó una voz familiar en sus oídos.

—Ha pasado bastante tiempo.

—Ermine, si habías sobrevivido entonces, ¿por qué no volviste a mi lado?

—Yo, en este momento, soy la sirvienta de Ulysses. No puedo ir en contra de su voluntad.

— ¿Porque te salvó?

Por un instante, bajó la mirada. No respondió a la pregunta de Edgar.

—Veo que todavía está con la Srta. Carlton desde entonces. Puede ser una cosa ridícula para mí decirlo, pero cuando descubrí que ella estaba a salvo y viva y que le estaba echando una mano, me sentí aliviada.

—Lydia también había estado preocupada por ti.

—También le hice una cosa tan horrible. Y aún así, ¿ella me perdonaría?

—Ella incluso me ha personado a pesar de que la estaba engañando.

La expresión que hizo en un instante donde relajó las comisuras de sus labios era Ermine.

—Lord Edgar, desde que trajo a la Srta. Carlton sin lastimarla, tuve la sensación de que algo iba a cambiar. Fue tan honesta y tenía una devoción tan apasionada y era tan amable y compasiva que podría sorprender. Si hubiera alguien que pudiera salvarlo, entonces pensé que sería alguien como ella.

La mujer frente a él sabía cosas que solo Ermine podía saber.

Se preguntó si realmente era Ermine. Todavía estaba medio dudoso, pero al mismo tiempo quería que fuera ella.

—Ermine, no hay necesidad de que sirvas a Ulysses. Por favor, regresa a mi lado.

— ¿Está diciendo que confiará en un traidor?

—Sé que tu corazón no tiene ningún sentimiento de traición hacia mí.

Príncipe fue quien usó la debilidad de su corazón que tenía sentimientos por Edgar y la usó para su ventaja.

—A lo que mi verdadero corazón se aferra no es el problema en este momento. Me dieron la orden de matarlo.

—Matarme, huh.

No sintió ninguna malicia de su parte.

Era tan rápida y ágil en sus movimientos y tenía un cuerpo liviano y experiencias con las armas, por lo que si le apetecía, sería posible que matara a Edgar.

Sin embargo, él se acercó a ella aún más.

—Príncipe ha renunciado a sus esperanzas por usted. Es demasiado tarde ahora; se ha vuelto demasiado famoso como un conde de Inglaterra. Si no puede servirle de ninguna utilidad, entonces me dijeron que lo torturara y le lastimara y luego… lo matara.

La mano que levantó, sostenía una pistola.

Edgar no le prestó atención a eso y extendió su brazo para tocar a Ermine.

Justo cuando su mano llegó hasta su oreja, se estremeció por un instante. No dejó que ese instante se desperdiciara y la agarró del brazo. El objetivo de su pistola se desvió y la bala cortó la hierba.

Como pensaba, no podía sentir ninguna determinación por parte de ella. Le arrancó la pistola y la empujó hacia la hierba, Edgar la miró mientras llevaba su mano a la camisa.

—Lo siento, por esto.

Se dio cuenta de lo que iba a hacer, pero él no le dio ninguna abertura para sentarse y desabrochó los botones de su camisa. La marca de un esclavo que estaba marcada dolorosamente en su piel blanca no estaba a la vista. Era algo que debería estar en Ermine.

— ¿Quién demonios eres?

En lugar de una respuesta, ella apuntó un cuchillo a la garganta de Edgar.

— ¿Por qué hablas como si supieras todo sobre Ermine?

Ella frunció el ceño mientras ponía fuerza en sus brazos. Alejándose del cuchillo, Edgar la soltó.

Ella se levantó y rápidamente se puso de pie y lo atacó. Esta vez era seria. Era una malicia que se mezclaba con la tristeza. Tal vez el secreto que Edgar acaba de descubrir ahora mismo era algo que podía haberla atormentado dolorosamente.

Asestó un ataque, uno tras otro, como si tratara de enviarlo a la tumba junto con ella, que no tenía una marca que estaba grabada en los ojos de Edgar. [2]

Si ella estaba consternada por ser una impostora, entonces él se preguntaba qué significaba eso.

Incluso si quería defenderse, sus movimientos de cómo empuñaba un arma era tan parecido con Ermine. Para Edgar, ella era una amiga y aliada que no quería perder una vez más.

En ese momento, una sombra oscura se interpuso entre ella y Edgar.

Ir contra una mujer que se veía exactamente como su hermana, Raven no dudó en absoluto en mantener su cuchillo listo para atacar.

—Espera… Raven.

Edgar intentó detenerlo, pero la mujer se cortó con su cuchillo primero.

Era un acto de sacrificio ir en contra de Raven. Si era una mujer que sabía sobre Ermine, entonces debería haber sabido que no habría nadie que pudiera ganar contra Raven en un uno a uno.

Sin embargo, era demasiado tarde, ya que una atmósfera maliciosa muy cargada se estaba despertando dentro de Raven. Si era para proteger a su maestro, entonces el espíritu se convertiría en un demonio despiadado y brutal que lo estaba controlando.

Raven, que tenía un alto nivel incalculable de habilidades de combate, se dispuso con la única intención de matar a su enemigo. No hizo ningún esfuerzo en esquivar la hoja de su arma y lanzó su cuchillo el cual se hundió en su hombro.

La mujer se tambaleó hacia atrás débilmente. Trató de crear una distancia entre ellos.

La mujer retrocedió hasta el borde de la empinada pendiente que sobresalía del mar, y luego su pie quedó atrapado en una de las rocas y cayó sobre una de las rodillas. Su cara se contrajo de dolor mientras intentaba sacar el cuchillo.

Raven no cambió su expresión en absoluto y cuando se acercó a ella, extendió su brazo.

Era el brazo delgado de un hombre joven, pero seguramente podía romper el cuello de un humano en un instante.

— ¡Detente!

Edgar corrió hacia ella para ayudarla a levantarse.

—Es suficiente; no tienes que matarla.

Sin embargo, en ese momento era demasiado tarde, porque incluso las órdenes de Edgar no llegaron a los oídos de Raven.

Raven no mostró ninguna emoción y, al mismo tiempo, evitó cuidadosamente a Edgar y se acercó a ella.

En ese momento, por alguna razón, el movimiento de Raven se detuvo.

—Por favor, detente…

Era Lydia. Tenía sus brazos alrededor de Raven intentando detenerlo.

Oh, no, pensó Edgar. Fue incluso difícil para Edgar intentar detener a Raven. No había manera de que Lydia pudiera hacerlo. Y hubo muchas ocasiones en las que Raven, cuando estaba preparado para el combate, no podía distinguir la diferencia entre sus enemigos y aliados.

Intentó moverse lo más rápido posible para proteger a Lydia, pero era demasiado tarde. Raven se estremeció y apartó su brazo sin ser bueno con ella en absoluto, que Lydia salió volando hacia la pendiente.

Quien extendió su brazo hacia ella porque estaba cerca de caer cuesta abajo fue la mujer que se parecía a Ermine.

No podía agarrarla por completo, así que ambas se precipitaron cuesta abajo. Sin embargo, la mujer agarró a Lydia como si la estuviera protegiendo de las rocas con las que entraron en contacto porque sobresalen del suelo.

Cuando finalmente lograron detenerse cerca de la mitad de la pendiente, la mujer se puso de pie tambaleándose.

Edgar corrió hacia Lydia que todavía yacía en el suelo. La mujer se deslizó por la pendiente para intentar escapar de ellos y desapareció de los acantilados costeros en el bosquecillo.

♦ ♦ ♦

Lydia sufrió de una pequeña contusión cerebral en la cabeza y se despertó, después de estar inconsciente, cuando Edgar la llevaba hasta la propiedad, pero como estaba en un estado tan embarazoso, fingió todavía estar dormida.

La recostó sobre la cama, y pudo sentir que la estaba mirando preocupado y no parecía que fuera a irse, así que abrió los ojos lo más casualmente posible.

— ¿Lydia, estás bien? ¿Puedes decir quién soy?

—Sí…

—Oh, no deberías moverte tan pronto. Te golpeaste la cabeza.

—Estoy bien, no hay nada malo en mí.

No era tranquilizante permanecer a su lado, así que se incorporó lentamente. Parecía que le ofreció su mano para ayudarla, pero debe de haberse dado cuenta que ella se sobresaltó e inesperadamente apartó la mano.

Fue porque solo recordaba cómo casi la besó antes. Pero no era por su guardia hacia Edgar, sino porque Lydia no tenía ninguna fe en ella misma porque podría haberla aceptado en realidad.

No había manera de que pudiera permitir el beso de un hombre frívolo como él, de ninguna manera. 

¿Y si me sentía así de nuevo…? Cuando se preocupó por eso, los latidos de su corazón se aceleraron rápidamente y Lydia respiró hondo.

—Lo siento mucho, señorita Carlton.

Raven estaba de pie detrás de Edgar, y expresó su lamento con la cabeza inclinada. Para él, que normalmente no mostraba ninguna emoción, parecía como si estuviera bastante deprimido.

—No te preocupes. Fue mi culpa por entrometerme en los asuntos de alguien más.

—Cometí un terrible error.

—No tienes que exagerar…

—Tengo toda la intención de aceptar cualquier tipo de castigo.

Parecía que Raven era serio.

—Tu deber es proteger a Edgar, así que no tienes que conducirte a una esquina por mí.

—No, causarle cualquier daño a quien se convertirá en la futura esposa de milord no es algo que sea excusable.

¿Esposa? Lydia frunció el ceño y miró a Edgar.

—Espera, Edgar, ¿le dijiste eso a Raven?

—Bueno, por supuesto, tendría que informar a mi sirviente más confiable sobre esto.

—Míralo, ¡se lo ha tomado completamente en serio!

—Es natural ya que soy serio.

Está yendo a cualquier medida para decir eso seriamente.

Por eso, Raven está terriblemente ansioso y preocupado.

—De todas formas, le dijiste que no debería preocuparse por sí mismo…

—No parece estar convencido. Por eso, ¿podrías golpearlo aunque sea una vez? Entonces creo que él estaría satisfecho.

— ¡N-No podría golpearlo!

—Siempre estás a punto de golpearme.

— ¡Es porque tú siempre haces una broma de todo!

—Raven, deberías intentar hacer alguna especie de broma. Y entonces, como deseas, Lydia dice que te golpearía.

¡¿Q-Queeeeé?!

— ¿Alguna especie de broma, milord?

—Como un beso.

No podía descubrir cómo Raven, que era del tipo especialmente serio, captó la broma de Edgar. Cuando Lydia giró la cabeza tímidamente hacia Raven, se encontró con sus ojos mirándola fijamente.

Lydia se puso rígida por el nerviosismo, pero después de un tiempo, Raven se encogió de hombros como si estuviera fuera de sus manos.

—No puedo, Lord Edgar. Por favor, perdóneme.

Den
Qué lindo ><

—Está bien. Pero en su lugar, tienes que renunciar a tu castigo.

Con un suspiro, respondió: “Sí, lo entiendo”. Quería decir por qué llegaría a eso, pero en cualquier caso, parecía que Edgar podía hacer que el obstinado Raven se rindiera.

—Y, entonces, ¿Lydia, estás herida en alguna parte? ¿Hay algún lugar que duela?

Mientras negaba con la cabeza, Lydia notó que había algún tipo de brillante grano de arena en su cabello.

Se preguntó si fue porque se cayó. Pero parecía finas cuentas de cristal y era de un azul claro, demasiado claro para llamarse arena.

—Parece que no tengo ningún rasguño. Probablemente porque Ermine me protegió. Aunque ella tenía una lesión más grave.

—No era mi hermana. Intentó matar a Lord Edgar —dijo Raven en un tono definido.

Porque fue Ermine quien los traicionó por sus sentimientos hacia Edgar, él estaba diciendo que no debería poder acabar con la vida de Edgar.

Sentándose en el borde de la cama, Edgar pensó profundamente.

—Ella misma dijo que no podía ir contra Ulysses. Aparentemente Príncipe le ordenó que me infligiera más dolor y luego me matara. En lugar de solo matarme, la mujer que se parece a Ermine parecía que había aparecido ante mí antes porque le ordenó que lo hiciera.

—Entonces, ¿estás diciendo que ella planeaba atacarte para que fuera ella la que muriera?

En el cenador del jardín, le había dicho a la anciana que seguramente moriría.

—Debe de haber sido capaz de predecir que Raven iba a aparecer en la escena.

Si se volvía una situación en la que Ermine iba a poder morir. Entonces Edgar no podría seguir adelante sin culparse.

Ella no podía rebelarse contra Ulysses y le ordenaron atacar a Edgar y matarlo. Incluso si ella era o no era la verdadera Ermine, nadie querría presenciar que el enemigo usara a alguien querido y muriera ante sus ojos de nuevo.

Si era por el bien de atormentarlo, quien soportó el dolor de sobrevivir a través de los sacrificios de tantos de sus amigos, entonces realmente era un plan cruel.

—No importa qué tipo de objetivo tuvieran en atacarle, ella no era mi hermana. Lord Edgar, si la compadece, entonces es justo como esperaban los enemigos.

—Tienes razón…, no había ninguna marca de esclavo que debería haber estado en Ermine.

¿Qué? Pensó Lydia y levantó la cabeza. Como Edgar estaba tratando desesperadamente de detener a Raven, ella había pensado que él estaba convencido de que era la verdadera.

— ¿Entonces, por qué intentó detenerme? En ese momento, debería haber dado el golpe final.

—Me pregunto por qué.

Justo cuando pensó que Edgar dio una respuesta seca y desanimada como si fuera el asunto de otra persona, frunció el ceño seriamente.

—Estaba definitivamente seguro de que ella era Ermine. Sabía cosas que solo Ermine sabría, y sus expresiones faciales y hábitos de cuando caminaba, todo era como ella. A excepción de la marca, era Ermine.

—Pero esa marca no es algo que se pueda quitar tan fácilmente.

—La mía fue removida.

Eso era correcto. La marca de un esclavo que fue grabada en el cuerpo de Edgar la retiraron las Merrow.

Y, le hizo una pregunta a Lydia.

—En mi caso, sucedió por unas circunstancias especiales. Me pregunto si podría haber habido alguna oportunidad para que esa clase de cosas le sucediera a Ermine también. Y otra cosa, es un extraño misterio que esté viva al igual que la desaparición de su marca.

Ermine, quien cayó al mar de las Merrow. Su cuerpo no fue encontrado, pero las olas eran rápidas y violentas que no parecía extraño que algo así sucediera.

Mientras Lydia pensaba en eso, enfocó su atención en los pequeños objetos que brillaban como diminutas formas de cristal.

Lydia había sido acunada por Ermine que estaba herida, pero no había signos de sangre en ella. No sangre, sino objetos de cristal claros que caían de su cabello y ropa.

Pero, espera, ¿tal vez esto era sangre? 

¿Y si no era humana? 

Y entonces se dio cuenta de algo.

Las Selkies eran encarnaciones de aquellos que murieron en el mar. Así que Ermine era…

—Ermine podría ser una Selkie…

Debe haber sonado como algo completamente inesperado. Edgar y Raven se miraron el uno al otro.

—He oído que las personas que murieron en el mar se convierten en Selkies. No creo que eso puede suceder definitivamente siempre, pero como la persona llamada Ulysses tiene conocimientos de un Doctor de Hadas, podría haber pasado por la molestia de resucitarla como una Selkie.

—Ese tipo de cosas es posible… ¿También puedes hacer eso?

—No tengo ningún poder para controlar a las Selkies. Pero si Ulysses es un poderoso Doctor de Hadas, entonces creo que podría haber hecho que las Selkies buscaran el cuerpo de Ermine y la convirtieran como una de su especie.

Como si intentara organizar lo que Lydia había dicho en su cabeza, Edgar presionó su frente.

— ¿Las hadas foca son capaces de transformarse en la forma de cuando eran humanas? ¿Tendrían sus recuerdos?

—Creo que hubo casos así. Un pescador que había muerto en el mar había regresado a su casa, pero como era un Selkie, se despediría de su familia y regresaría al mar. Los humanos que se convierten en residentes del Reino de las Hadas llegan a olvidarse sobre el Mundo Humano, pero Ermine todavía es…

—Como se acaba de convertir en una Selkie, entonces todavía tiene sus recuerdos humanos —Él murmuró con una expresión complicada.

—Lydia, si fuera como lo estás imaginando, entonces ¿por qué ella, al igual que las otras Selkies, tienen que someterse a los deseos de Ulysses?

—Eso es porque sus abrigos de Selkie han sido escondidos. Las Selkies se quitan sus abrigos para convertirse en su forma humana. Pero si no tienen sus abrigos, no pueden regresar al mar, y sólo les queda seguir las órdenes de la persona que escondió sus abrigos y sabe dónde están. Ya que sus abrigos son como sus almas.

—Entonces, mientras podamos encontrar los abrigos que él ha escondido, la situación de Ermine de estar bajo control acabaría.

—Eso es…

Lydia contuvo su respuesta, porque si todavía recordaba de cuando era una humana, a Lydia le preocupaba si todavía podía estar sufriendo los efectos de estar bajo la influencia de Príncipe.

Por supuesto, Edgar y Raven también deben haber pensado eso.

—Si fue obligada a convertirse en un hada, entonces mi hermana ciertamente murió. Quién está aquí como el sirviente de Ulysses, e incluso si el control sobre ella es arrebatado, sólo es una existencia que revivió como la herramienta de Príncipe.

Ante las palabras de Raven, Edgar dejó escapar un suspiro pesado.

—Lo más probables es que sea como dices. Pero, Raven, ella es tu hermana.

Incluso si le decía eso, Raven solo inclinó la cabeza porque eso era un misterio para él.

Incluso si entendía las palabras de ser una familia, no sabía qué tipo de sentimientos debería tener.

Por supuesto, Raven cuidó a Ermine como su hermana. Pero después de haber traicionado a Edgar y mientras ella fuera una existencia que pudiera seguir siendo un peligro, más que ser su hermana, era su enemiga.

Sin embargo, Edgar estaba pensando más en los sentimientos de Ermine que en su traición. Si todavía estaba bajo la maldición de Príncipe, entonces quería rescatarla de allí.

—No es mi hermana.

— ¿Porque no es humana? ¿Nunca has pensado que te gustaría encontrar a aquellos que perdiste aunque fuera en un sueño? Incluso si fuera un fantasma o algo más, ¿alguna vez has deseado poder intercambiar palabras con esas personas una vez más?

Lo más probable era que no fuera así para Raven.

Porque poseía tales habilidades de combate de alto nivel, creció como un arma para matar y no pudo desarrollar sentimientos como un ser humano; aunque finalmente pudo abrir su corazón a Edgar.

Incluso si estaba comenzando a mostrar consideración y pensar en las personas que estaban alrededor de Edgar, era difícil para Raven entender los sentimientos hacia aquellos que fallecieron y por qué aquellos que se quedaron atrás se aferraban a ellos.

Y, sin embargo, Edgar todavía seguía hablando como si intentara convencerlo.

—Quería encontrarme con Ermine. No me importa qué clase de situación, e incluso si me odia, quería verla.

Esos eran los mismos sentimientos que habían hecho que la Sra. Collins invocara al fantasma de su hija. Era lo mismo que sentía Lydia hacia su madre.

Si pudiera verla una vez más… Dado que Lydia podía entender esos sentimientos que uno no podía evitar desear, ella no podía odiar a la Sra. Collins.

—Ermine me salvó. No fue como si le ordenaran hacerlo, y aún así me salvó por su propia decisión. Creo que su corazón se mantiene en una posición donde ella es tu amiga y aliada.

Raven permaneció en silencio, como si todavía estuviera indeciso. Edgar también estaba en silencio.

Cuando todo quedó en silencio tan rápidamente, hubo un pequeño sonido que vino desde afuera de la puerta. Los tres que estaban en la habitación inmediatamente depositaron su atención en eso.

¿Alguien estaba espiando? 

Justo cuando pensó eso, Lydia sintió un escalofrío en su espalda, y sujetó los brazos en cuclillas.

— ¿Qué sucede, Lydia?

—Me siento un poco mal…

Comenzó a tener dificultades para respirar y comenzó a sentir un sudor frío.

Mientras observaba cómo Raven se acercaba a la puerta sin hacer ningún ruido, Lydia pensó que esto era como la noche anterior.

Teresa se retorcía en agonía. Eso era lo único que podía imaginar.

—No…, ayúdame…

Edgar tomó la mano de Lydia, que se dejó sostener.

—Está bien, estoy contigo.

—Es Teresa… está recordando el momento en que murió…

Raven abrió la puerta con fuerza. Pero permaneció de pie en ese lugar.

— ¿Había alguien allí?

—No. Pero la persona debe haber oído de lo que estábamos hablando.

Cuando escuchó esas palabras, Lydia perdió el conocimiento.


Notas:

[1] Cupressus es un género de árboles llamados comúnmente ciprés y se han cultivado extensamente como árboles ornamentales.

[2] Recuerden que Edgar tenía una estrella como marca de esclavo que Príncipe le grabó y que las Merrow removieron y colocaron en su ojo como marca de que es el Conde Caballero Azul.

Capítulo 5 de este volumen 4 ya disponible en la edición 31 de Kovel Times

3 respuestas a “El Conde y el hada – Volumen 4 – Capítulo 4: El mar y las Selkies”

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