Traducido por Den
Editado por Nemoné
Esperando la marea baja en la noche, Raven partió hacia la ciudad.
El mar era violento como de costumbre, y había olas que irrumpían interminablemente en el camino, como si fueran a arrebatarnos los pies. Era aún más peligroso en la oscuridad de la noche cruzar este estrecho camino, pero aparentemente un miembro de la “Luna Escarlata” había llegado hasta la ciudad con información valiosa. Por lo que Raven no dudó en decir que iría.
—Regresaré mañana por la mañana. Lord Edgar, por favor tenga cuidado.
—Si quisieran torturarme con dolor, entonces los enemigos usarían un método lento y gradual, así que estaré bien —dijo eso y despidió a Raven, pero por supuesto, todavía había cosas de las que tenían que ser cautelosos.
Más que nada, si Lydia no fuera poseída por Teresa constantemente, entonces había la posibilidad de que el enemigo lo hubiera notado.
—Oye, Conde, Lydia no se despierta. ¿Qué está pasando? —dijo Nico, que apareció en la habitación.
—Ahora es el momento para Teresa. Si la causa de esto es por el miedo de Teresa, entonces debería despertarse muy pronto.
— ¿Qué quieres decir con el miedo de Teresa?
—Parece que cuando recuerda el momento en que murió, eso se vincula directamente con la energía y los nervios de Lydia.
Como si estuviera indeciso, Nico se cruzó de brazos mientras se ponía de pie en sus patas traseras.
—Oye, ahora tienes que hacer algo al respecto. Es horrible dejar que Lydia tenga que pasar por la misma experiencia de esa clase de miedo.
Eso era absolutamente cierto.
Pero, espera un minuto, pensó Edgar. Si Teresa había recordado cuándo había muerto, entonces el desencadenante fue el incidente de la última noche. No, no fue el incidente en sí, sino lo que sucedió después. Se preguntaba qué fue lo que descubrió y qué sintió.
Pensó que tal vez podría haber sido asesinada por Ulysses. Y si la engañó para que se convirtiera en el fantasma de Teresa, entonces debe haber sentido la presencia de Ulysses en algún momento durante el incidente de ayer.
—Nico, podría haber la posibilidad de que la persona que mató a Teresa sea la mente maestra detrás de todo esto. Si ella pudiera recordar algo, entonces podríamos dar el primer paso.
Edgar se levantó e intentó salir de la habitación.
—Espera —dijo Nico mientras se paraba frente a él, bloqueando su camino—. No estás planeando que recuerde, ¿verdad? Incluso si Teresa la poseyera, Lydia también podría estar despierta, ¿sabes?
Podría hacer pasar a Lydia por el dolor de ser asesinada.
—Pero, a este ritmo Lydia estará en peligro. No hay garantía de que pueda protegerla.
Levantó a Nico que estaba tratando de detenerlo y lo hizo a un lado.
— ¡Wow, oye, detente! ¡Realmente no estás pensando en Lydia! ¡Nada estará bien si sólo eres capaz de proteger su vida!
Tenía toda la intención de pensar en el bien de Lydia. Y sin embargo, Nico, e incluso Lydia, le decían que él “no intenta entender sus sentimientos”.
¿Era así? ¿Proteger la vida de alguien no es una prioridad? Si no puedes proteger tu vida, entonces no puedes decir nada sobre lo que estás sintiendo.
Decidido, Edgar se dirigió a la habitación de Teresa.
♦ ♦ ♦
Me duele el cuerpo. No puedo respirar.
En completa oscuridad, cuanto más intentaba luchar, el agua fangosa chorreaba de su nariz y boca.
Ayúdame…
Pero no podía hacer ningún sonido. Solo soltó el resto de aire que permanecía en sus pulmones. En su lugar, tragó una gran cantidad de agua fangosa y su cuerpo se hundió aún más.
Estaba llena de agua que se vertía dentro de ella, y en el momento en que sintió que su cuerpo iba a explotar, Lydia se levantó de golpe de su cama.
— ¿Señorita, está bien? ¿Señorita Teresa?
Suzy se acercó a ella corriendo y le acarició la espalda a Lydia mientras tosía.
Todavía no podía salir de su pesadilla y quien le susurró “Ayúdame” no fue Lydia, sino Teresa.
Parecía que ya era de noche y, aunque Lydia despertó, estaba en una condición en que sólo podía permanecer quieta.
—Debe haber tenido un mal sueño. Pero, si se ha despertado, eso es mejor. Como se sintió enferma durante el día, permaneció dormida, así que el señor vizconde también estaba preocupado.
Cuando Teresa finalmente levantó la cabeza, sus ojos vieron que estaba Edgar.
—Estaba tan preocupado, Teresa.
—Señor vizconde…
Estoy tan feliz, dijo y abrió los brazos sin ninguna preocupación.
¡Oh, Dios mío, todavía estoy con mi ropa para dormir! Pensó Lydia mientras se ponía nerviosa por ser abrazada suavemente por sus brazos.
—Me pregunto qué me pasó. Estaba tan inquieta que no pude soportarlo. Estaba tan aterrorizada por alguna razón desconocida, que no pude dejar de temblar… Oh, por favor quédate a mi lado.
Oh, Dios, ¿qué estás haciendo?
—Está bien, estoy aquí.
No tienes que estarlo.
—Sabía que era inapropiado permanecer en la habitación de una mujer a tal hora, pero estaba tan preocupado que le rogué a Suzy. Y el incidente de la otra noche tampoco ha sido resuelto.
Suzy, que estaba de pie unos cuantos pasos más atrás, asintió con la cabeza, lo que demostraba que había llegado a confiar completamente en Edgar. Eso probablemente podía haber sido porque descubrió que era el amante de Lydia y porque creyó completamente que Edgar era un caballero fiel.
¡Pero eso no es verdad! Lydia quería objetar en este momento, pero no podía hacerlo.
—Uh, entonces me excusaré, pero si necesita algo, por favor llámeme.
¿Qué? ¿Me estás dejando a solas con él?
Lydia entró en pánico, pero Suzy sólo agachó la cabeza y corrió rápidamente hacia una pequeña habitación para las doncellas.
Era un lugar, que estaba contiguo a su habitación más allá de una puerta, estrictamente solo para el personal de la servidumbre. Pero, aún así, solo estaban los dos en su recámara, y Edgar estaba sentado en el borde de la cama y Teresa había rendido completamente su cuerpo contra el de él.
Si haces algo, te golpearé, pensó. Sin embargo, su mano izquierda que apenas podía mover, Teresa la movió y ahora descansaba sobre su espalda, por lo que no podía hacer nada.
En ese momento, Lydia recordó lo que había dicho durante el día.
Oh, no, este hombre realmente iba a hacer algo fuera de los límites para poder establecernos y no poder anular nuestro compromiso…
Pero Edgar dijo algo que fue completamente diferente de lo que preocupaba a Lydia.
— ¿Qué clase de sueño viste?
—Un sueño en que mi cuerpo se hundía en el agua.
— ¿Por qué tendrías un sueño como ese?
—Probablemente porque morí ahogada en el agua.
Con solo recordarlo, Lydia comenzó a sentirse asfixiada de nuevo.
— ¿Hay algo más que recuerdes?
Teresa levantó la cabeza, como si no entendiera su pregunta.
— ¿Por qué preguntas algo así?
—Quiero saber todo sobre ti. Y para que pueda sentir la realidad de este milagro de poder conocerte incluso después de que hubieras muerto una vez.
Parecía que Teresa había aceptado su respuesta sin dudarlo, pero Lydia naturalmente intentó adivinar cuáles eran sus verdaderas intenciones.
Parecía que Edgar quería saber cuándo había muerto Teresa.
Había dicho algo como que no era la hija de la Sra. Collins. Lo que significa que la pregunta era cuál era la razón detrás de la puesta en escena del alma de otra persona como Teresa.
Como era imposible volver a invocar a la verdadera alma de Teresa, necesitaban conseguir el ama de alguien más que acabara de morir.
— ¿De alguien más…? Así es, había alguien allí, mirándome mientras me hundía.
Si eso era verdad, entonces eso significa que fue asesinada para engañar a la madre de esta casa.
Escalofríos recorrieron su espalda. Un sudor frío emanaba de ella. Y aún así, Teresa continuó con su historia.
—Creo que era un hombre. Pero en una de sus orejas, llevaba algo que brillaba… ¿Una pequeña piedra preciosa?
— ¿Teresa, esto es un sufrimiento para ti?
—Oh, no, estoy bien.
—Pero, parece que te duele.
Tiene razón, esto duele así que detente…
—Sí, es un poco consternante, mi cuerpo se siente rígido pero no me duele tanto.
Qué… Espera, ¿qué quiere decir eso?
—Tal vez porque no ha pasado mucho tiempo desde que volví a la vida. Se siente como si no me hubiera unido o acostumbrado a mi cuerpo. Es por eso que cuando me siento enferma o no puedo moverme, siento una sensación de vértigo por mi condición.
Espera un momento ¿la única que sufre soy yo? Ahora que lo pensaba, este era el cuerpo de Lydia.
Incluso si la causa de ello eran los recuerdos de Teresa, podría significar que quien se enfrentaría completamente a la enfermedad era Lydia.
— ¿Entonces, te gustaría intentar recordar algo más?
Tienes que estar bromeando. ¡Ya estoy sufriendo! Era lo que Lydia estaba gritando dentro de ella pero incluso si se daba cuenta, este era Edgar.
Teresa estaba recordando sobre el agua fangosa. Solo con eso, Lydia sintió que el agua amarga salía por su garganta, y tosió fuertemente.
—No tienes que apresurarte. Sólo recuerda lentamente.
Oh, alguien detenga esto. No quiero que este dolor continúe.
—Oh, ya sé, estaba en lo alto de un puente… y estaba viendo las ondas en la superficie del agua. Y entonces, de repente, alguien me empujó desde detrás… Cuando estaba cayendo, escuché a alguien decir: “Un sacrificio para Su Alteza el Príncipe…” o algo así…
¿Por qué soy la única que tiene que pasar por esta tortura?
Lydia hizo un puño su mano izquierda lo más fuerte que pudo.
Esa mano descansaba en el brazo de Edgar, pero Lydia no se había dado cuenta, mientras hundía sus uñas, intentando luchar contra el dolor que estaba sintiendo.
Debió de sentir dolor, ya que Edgar frunció el ceño levemente. Sin embargo, Teresa no se dio cuenta y no le prestó atención. Su cuerpo temblaba, pero su voz no daba señales de dolor.
—Él estaba sonriendo… Estaba tan asustada…
Y en ese momento, Edgar se dio cuenta de lo que estaba pasando y rápidamente puso su mano sobre la de Lydia.
—Teresa, tomemos un descanso.
Lo miró como si le preguntara por qué.
—Estoy bien.
No puedo aguantarlo más.
—No, es suficiente.
—Quiero que sepas más sobre mí.
—No. Parece que hay más daño para tu cuerpo del que sientes.
Debe haber sido convincente ya que Teresa dejó de intentar recordar, y Lydia finalmente fue liberada del dolor tortuoso en el que estaba.
Cuando su cuerpo se tambaleó por el cansancio y respiraba hondo, Edgar sostuvo su mano izquierda con fuerza y la presionó contra su mejilla.
—Lo siento…
Lydia sabía que se lo decía a ella.
Debe haberse dado cuenta de que su mano izquierda estaba conectada a la consciencia de Lydia. Parecía que realmente estaba preocupado, pero para ella que estaba completamente exhausta, solo pensó: ¿Qué quieres decir con lo siento?
En primer lugar, Edgar solo diría un ligero “Lo siento” ya que usaría a alguien de todas las formas posibles.
Lydia quería decir “No me toques” pero la sujetó en sus brazos, no había nada que pudiera hacer para negarse.
Teresa se estaba rindiendo, como si se hubiera relajado completamente.
—Eres tan amable… Tengo la sensación de que nunca nadie se ha preocupado tanto por mí antes.
—Nada así le sucedería a alguien como tú.
—Oh. No, solo sentí eso. La gente pensaba que era estúpida. Hubo muchas personas que conocí, pero ninguna de ellas intentaría realmente conocerme. Lo sabía, pero solo quería creer que era atractiva y popular…
— ¿Eso es lo que recuerdas?
—Sí, puede ser lo que sucedió antes de morir. Señor vizconde, eres tan amable, incluso si estás tras el dinero, estoy bien incluso si estás solo fingiendo estar enamorado de mí. Me alegra que continúes fingiendo ser amable conmigo, para que poder seguir queriéndote. No desearé tu corazón.
Lydia estaba escuchando su conversación con una mente confusa, pero eso hizo que su corazón diera un vuelco.
¿Podría haber notado vagamente la mentira de Edgar? ¿Podría estar al tanto de que no era serio?
Pero Lydia pensó que su respuesta era completamente opuesta a la suya.
Teresa era honesta con sus sentimientos. Lydia no se centraba en cómo se sentía Edgar, sino que quería distanciarse de él porque él no era serio.
Si Edgar hablaba en serio, entonces se preguntaba si podría enamorarse de él. Si no hablaba en serio, entonces se preguntaba si no se enamoraría de él.
No tenía una respuesta, y aún así culpaba a Edgar de todo.
— ¿Por qué crees que estoy fingiendo amarte?
—Porque no intentas besarme.
—No deberías confiar en un hombre que te besaría tan fácilmente.
Entonces, por lo de antes no debería confiar ti.
[Nota: Porque Edgar intentó eso con Lydia XD]
—Tienes razón. Estás absolutamente en lo correcto.
—De todas formas, no vas a creerme.
—Entonces, dame un beso que no darás tan fácilmente.
¿Qué? Espera…
Cuando ambos se miraron de cerca, Teresa logró de alguna manera conseguir fuerza y colocar sus brazos alrededor de su cuello.
No, detente, susurró Lydia.
No me beses, por favor.
No beses a Teresa delante de mis ojos.
Ella no sabía qué hacer.
Pero no lo quería. Ninguno.
Detrás de sus orejas, sintió dos manos cálidas sosteniendo su mejilla.
—Mi hada.
Así era como Edgar llamaría a Lydia. Normalmente pensaba que era demasiado dulce y demasiado vergonzoso, y siempre deseaba que alguien se apresurara a hacer algo al respecto, pero Lydia se dio cuenta de que estaba hablando directamente con ella para que Teresa no lo notara, y aunque estaba cansada y se desplomó, su corazón comenzó a latir extrañamente rápido.
—Incluso si lo insinuaba desde mi corazón, sería difícil para mí ahora confiar en ti.
Teresa permaneció en silencio. No había manera de que no se diera cuenta de que esas palabras no iban dirigidas a ella, sino que podría haber sentido que estaba en una posición distante.
Cuando Lydia se sintió aliviada, pensó que era inesperado. A Edgar no le interesaba si ella no creía en él y que sólo le importaba que Lydia se quedara a su lado. Es por eso que estaba poniendo su energía y enfoque en acumular más hechos negables como el compromiso y los besos.
Y sin embargo, en este momento, él estaba pasando por el esfuerzo de llamar a Lydia y rechazar la oferta de Teresa.
Si sus palabras son que no trataría de besar a Lydia, entonces no lo haría.
Pero aún así, no podía creer que estaba a punto de creerle. Especialmente a un hombre que hacía lo que le daba la gana y usaba a otros de forma egoísta.
—Me siento cansada… Creo que no me queda mucha fuerza.
— ¿Quieres acostarte?
—Sí…
Teresa dejó que la fuerza escapara de sus brazos. Edgar intentó recostarla, pero de repente la llevó a sus brazos como si la estuviera envolviendo.
—Quiero estar así, solo por un poco más.
Aunque dijo eso, la verdad era que la mano de Lydia, solo su mano izquierda, todavía estaba aferrada a su manga y no la soltaba.
Lydia no sabía por qué. No pensaba que tendría tanta fuerza restante en ella, pero no quería soltarlo.
Lo siento, dijo otra vez.
Sus palabras y sentimientos no podían comunicarse bien. Lydia siempre se mantenía esquiva e incluso si pensaba que quería acercarse a él en un rincón de su corazón, no podía actuar.
Pero, ahora lo único que estaba libre era su mano. Dado que sus sentimientos estaban concentrados en eso, no podía controlarlo.
Por un instante, sintió que si era su mano, ella podría tocar profundamente su corazón.
Deseaba sinceramente poder saber lo que él realmente estaba sintiendo.
Y como si fuera así, Lydia sintió que no había mentiras en los brazos que la sostenían nerviosamente de una manera más desconcertada que de costumbre.
♦ ♦ ♦
Hasta que llegó la mañana, Edgar no pudo siquiera tomar una ligera siesta.
Se hundió en el sofá y cerró sus ojos, pero en la oscuridad donde se apagaban todas las luces, no podía apartar su atención de la respiración de Lydia
Lo que estaba aguardando es que no tuviera ninguna pesadilla y continuara durmiendo tranquilamente.
Un hombre que llevaba una piedra preciosa detrás de su oreja. Quién asesinó a Teresa era sin duda Ulysses. Sólo los subordinados cercanos a Príncipe podían llamarlo en la actitud ceremoniosa de Su Alteza.
Era información valiosa, pero estaba sorprendentemente desanimado y deprimido por hacer que Lydia pasara por tanto dolor.
En la habitación que comenzaba a iluminarse, remangó la manga de su camisa para revisar su piel. Había unas ligeras líneas rojas en su brazo de cuando Lydia le agarró con fuerza.
Fue una fuerza inesperada. Le estaba haciendo soportar tanto dolor.
Era bastante consciente de que ella podría sentir dolor, pero decidió sacar el recuerdo de Teresa.
No importaba cuánto dijera que ella era especial para él, después de esto era natural que no pudiera hacer que le creyera. ¿Dónde demonios hay un hombre que le haría este tipo de cosas a la mujer de la que se preocupa?
Lydia dijo que él no pensaba en sus sentimientos, y entendía vagamente a qué se refería.
Pero, Edgar no tenía la intención de mentirle a Lydia. Dejando de lado el hecho de que ella era valiosa como su Doctora de Hadas, él pensaba que era linda y la quería solo para él y quería mantenerla a su lado, y si alguien normalmente pensaba en eso, creería que estos eran sentimientos de amor.
Solo que no era como si no hubieran muchas mujeres para Edgar. Era consciente de que era fácil para él llegar a gustarle a alguien. Y, sin embargo, la razón por la que se propuso a Lydia no fue por un capricho suyo. A pesar de que fue una idea que pensó en el impulso del momento, ella le gustaba, y había un beneficio para ambos así que pensó que no era una mala idea.
Mientras pensaba eso y tenía sus ojos cerrados, escuchó el sonido de Lydia despertándose y moviéndose en las sábanas de su cama.
El sonido de ella acercándose poco a poco a su dirección era como si se estuviera acercando a un león dormido.
Oh, es por eso. Porque estaba siendo cautelosa, eso le dio ganas de jugar con ella. Aunque eso solo la haría poner su guardia alrededor de él, quería llamar su atención incluso si era cautelosa.
Cómo si se estuviera asegurando de que siguiera dormido, Lydia lo miró, pero no debe haber notado que la punta de uno de sus mechones de cabello estaba rozando y haciéndole cosquillas en la nuca.
Lo que Lydia estaba mirando eran las marcas rojas de sus dedos que quedaron en su brazo.
Oh, no…, gimió mientras se agachaba para mirar más de cerca.
La culpa era de Edgar y, sin embargo, Lydia era del tipo de persona que se sentía culpable desde el fondo de su corazón. Porque lo tocaría ligeramente con sus dedos, pensó que ella era tan adorable que apenas podía contenerse.
Quería darse prisa y hacerla suya.
Era fácil robarle un beso.
Pensó que si besaba a Teresa, eso sería algo emocionalmente inaceptable para Lydia así que se contuvo la anterior noche.
Pero en este momento, era Lydia. Estaba lo suficientemente cerca de su alcance. Tenía la guardia baja por completo.
Y, sin embargo, no sabía si debía hacerlo. Podría ser demasiado irresponsable y actuar de una manera poco sincera hacia ella. Por eso la hizo pasar por una experiencia dolorosa, y pensó que la brecha entres ellos no se encogería incluso si la besaba y eso lo hizo sentir inusualmente débil y desanimado.
Si él mostraba algún indicio de que estaba despierto, entonces ella seguramente saldría corriendo.
Estaba demasiado cerca de él, y aún así él sentía que estaba a kilómetros de distancia.
Se preguntó qué era para Lydia.
Un sospechoso canalla, o el empleador de una Doctora de Hadas. Se preguntaba si al menos sentía algo lo suficientemente bueno como para pensar en él como un amigo.
Ella también dijo que no quería casarse sin amor.
Amor, eh.
Pensaba que no era como si hubiera… mientras todavía sentía la marca en su brazo Edgar estaba pensando en eso por primera vez.
— ¿Señorita Carlton, está despierta?
Era la voz de Suzy. Al mismo tiempo, Lydia se alejó rápidamente del lado de Edgar.
—Sí, ¿qué pasa Suzy?
Al sentir que fueron interrumpidos, Edgar movió la cabeza como si acabara de despertarse a la voz de la doncella.
—Disculpe, señor vizconde. A tan temprana hora… —dijo a Edgar cuando abrió la puerta.
—Está bien… ¿Sucedió algo?
—Uh, el Conde está buscándola frenéticamente.
El Conde impostor estaba gritando a todo pulmón llamando a Edgar y buscándolo porque no estaba en su habitación.
Era una molestia, no solo para Edgar, sino también para Lydia.
Suzy era la única que sabía que estaba en la habitación de Lydia. Por eso encerró al Conde impostor en el salón y le convenció de que llamaría al vizconde.
Recordando cómo hizo el mismo escándalo cuando sucedió el incidente la noche anterior, hizo que Lydia tuviera un mal presentimiento. Pensó que era mejor no separarse y entrar con Edgar.
Se apresuró a prepararse y cuando ambos entraron al salón, el hombre corrió hacia Edgar como si prácticamente se hubiera lanzado sobre él.
— ¡Señor vizconde! Gracias a Dios. Está vivo. Oh, Teresa, tú también.
Su estado asustado y perturbado no parecía una actuación, pero no podían estar seguros.
— ¿Qué quieres decir con vivo?
— ¡Por favor, sálveme!
—Primero tienes que calmarte y explicarnos.
—Esta vez fue Lord Clark. Al igual que la última vez, su habitación estaba hecha un desastre y no vi su cuerpo en ninguna parte.
Edgar condujo a Lydia a sentarse en una silla mientras preguntaba tranquilamente.
— ¿Y eres la primera persona en descubrirlo de nuevo?
—Porque nuestras habitaciones están cerca y oí un ruido…
— ¿No estaba tu habitación al lado de Lord Stanley?
—Era demasiado perturbador así que la cambié.
—Entonces, me pregunto por qué siempre es el objetivo quien está a tu lado.
—N-No lo sabría aunque me preguntara. Pero, la próxima víctima podría ser yo o incluso usted. Por favor, déjeme quedarme con usted. Ya que, bueno, tiene un excelente y confiable servidor con usted.
Edgar no escondió en su cara que no quería que un hombre lo siguiera.
Pero estaba claro que Ulysses había hecho otro movimiento. En una situación en la que no podían escapar de ese lugar, podría estar intentando acorralar a Edgar lentamente.
Además, todavía quedaba la posibilidad de que este Conde impostor pudiera ser Ulysses.
Edgar, por supuesto, debe haber pensado al respecto. De forma abrupta, se dirigió al impostor:
—Perdone mi rudeza.
Después de decir eso, hizo algo realmente grosero y agarró la cabeza del hombre en sus manos. Y como si la cabeza de este hombre fuera un objeto, Edgar la giró de lado a lado y después de haber confirmado algo, lo soltó.
Ahora que recordaba, Teresa había dicho la noche anterior que justo antes de morir había un hombre cerca de ella. Ese hombre llevaba algo como una piedra preciosa detrás de una de sus orejas.
Edgar echó otro vistazo al Conde impostor, que no tenía idea de cuál era el significado de lo que acababa de hacer.
—No cree que yo pueda ser el culpable, ¿verdad?
— ¿Culpable? ¿Este no es el trabajo de un fantasma?
—Entonces, ¿por qué no pone la Biblia dentro de su camisa y se protege con sus propias manos?
Cuando Edgar le dio la espalda al hombre, se apresuró a rodearlo. Juntó sus manos y le suplicó.
—Por favor, no me abandone, vizconde. Me pidieron que viniera aquí, nunca supe que esto iba a suceder.
— ¿Te lo pidieron?
—Sí, así es. La espiritista Seraphita me pidió que actuara como si fuera a casarme con su hija para curar el corazón de la Sra. Collins. Incluso si ella era la hija de una familia rica, nunca imaginó que tantos pretendientes se reunirían. Ya que el fantasma de su hija solo podía permanecer en ese mundo por una semana, solo tenía que seducirla y comprometerme con ella, para que la madre se sintiera aliviada y me pagaran mi compensación…
Al decir tanto, cerró la boca apresuradamente y miró a Lydia.
El fantasma de Teresa sólo podía permanecer en este plano por una semana. Lydia escuchó eso, pero su mirada decía lo contrario.
Lydia le devolvió la mirada desconcertada y fingió que no estaba escuchando.
—Y entonces… ¿Cuál es el nombre de quien aceptó este tipo de trabajo?
—Palmer… Verá, tuve un pequeño problema con el dinero. La dama que estaba cuidando fue al extranjero así que…
—En otras palabras, tu ocupación es un gigoló [1].
—Bueno, tengo confianza en mi apariencia. Y tengo experiencia tratando con mujeres, por lo que era un trabajo bastante fácil.
—Hacer que un gigoló actúe como un conde es una buena manera de frotarse contra los nervios de alguien.
Edgar parecía bastante indignado, pero Lydia pensó que ese tipo de persona era perfecto para el trabajo.
Dios mío, estaba tan disgustada que eso la hizo relajar su tensión. Y se sintió aliviada al escuchar que el fantasma sólo podría permanecer en su cuerpo durante una semana.
Sin embargo, estaba preocupada por Teresa. Fue asesinada por Ulysses. No sólo eso, sino que su alma estaba siendo utilizada por él. Fue convocada al Mundo de los Vivos por una semana, y estaba pasando por una farsa de compromiso y otra vez la enviarían al otro mundo.
Pero, en el sentido de que la estaba engañando, entonces Lydia era culpable por el mismo crimen.
Deseaba que la chica que empezaba a enamorarse de Edgar regresara pronto al Reino de los Muertos.
—Sí, la espiritista. ¡La mujer está controlando a un fantasma y está haciendo tal cosa!
El gigoló Palmer gritó lo primero que había en su cabeza.
—Oye, vizconde, debemos atrapar a esa mujer e interrogarla.
—Si es Seraphita, entonces ha desaparecido.
Oscar estaba de pie en la entrada al salón.
—También la estaba buscando porque quería preguntarle algunas cosas, pero no la he visto desde ayer.
Ayer… Lo que significa que podría haber sido porque Raven la hirió.
— ¿Así que estás diciendo que se ha escapado de esta propiedad?
—Pensé que nadie podía cruzar el camino por la marea alta.
—Si uno tuviera que arriesgarse, entonces no sería completamente imposible no poder cruzar.
Si era una Selkie, entonces no habría ningún problema, pensó Lydia. Pero, no podía pensar en una razón por la que Ermine huiría de aquí. En primer lugar, si estaba siendo controlada por el hombre llamado Ulysses, entonces eso significaba que era su orden su desaparición.
— ¿Qué pasa con la anciana que estaba junto a la espiritista?
—Se ha ido.
—Puedo entender a Seraphita, ¿pero crees que una anciana trataría de cruzar un camino tan peligroso?
Palmer inclinó la cabeza.
—Puede que se esté escondiendo para que nadie la pueda encontrar o ambas podrían haber sido eliminadas como los dos caballeros.
Mientras escuchaba a Oscar, Edgar se apoyó en un estante de exhibición. Dejó caer una pintura con su codo, pero definitivamente fue a propósito.
—Oh, lo lamento.
Dijo eso pero no se molestó en recogerlo, lo que podría decirse que era la actitud arrogante de un noble.
Debe haberse sentido un poco humillado, pero Oscar se inclinó para recogerlo.
Lydia observó a Edgar mirar por encima al joven y se dio cuenta de por qué había hecho tal cosa.
Era para comprobar la parte posterior de la oreja de Oscar.
Se inclinó hacia abajo, lo que hizo que su tenue cabello rubio cayera sobre sus mejillas para revelar su oreja. Lydia no podía ver desde dónde estaba sentada, pero Edgar se alejó de Oscar y se acercó a Lydia.
—De todas formas, estamos en una situación en la que no podemos correr o escondernos del culpable que no sabemos quién es. Oscar, sinceramente no le creo a nadie.
Edgar colocó su mano en el hombro de Lydia y cuando tuvo la sensación de que era una señal para tener cuidado, por intuición se dio cuenta de que era “él”.
Porque había una piedra preciosa en la oreja de Oscar que Teresa vio.
¿Este joven era el enviado de Príncipe? No podía creerlo tan fácilmente porque se lo había imaginado como un hombre más mayor.
—Me pregunto si cada individuo solo tiene que protegerse.
—Hagamos eso. Tomaré a Teresa bajo mi cuidado.
Edgar extendió su mano y ayudó a Lydia a levantarse.
—Eso sería un poco problemático.
Pero Oscar se interpuso en su camino, bloqueándoles la salida.
—Teresa es mi pariente.
¿Sospechaba de ellos?
—Soy su prometido. La Sra. Collins nos ha reconocido.
—Incluso si están comprometidos, no puedo permitirle cuidar de ti.
Lydia entró en pánico. No quería quedarse sola con uno de los hombres de Príncipe.
— ¡Pero, solo puedo confiar en él!
—No seas una niña ahora, Lydia —dijo Oscar con una sonrisa.
Lydia. Él sabía que no era Teresa.
Pero incluso Oscar debe haberse dado cuenta de que Edgar lo descubrió. Esa línea que acababa de decir era como si estuviera anunciando que él era Ulysses.
Edgar inmediatamente trató de proteger a Lydia poniéndose como su escudo. Pero Ulysses levantó rápidamente su brazo que sostenía una pistola y presionó la boquilla en la parte posterior de la cabeza de Lydia.
—Ahora, déjame hacer que sueltes tu arma.
Edgar acababa de poner su mano dentro de su abrigo, pero por una fracción de segundo, vaciló.
— ¿Y si digo que no?
¿Queeé?
Lydia no podía creer lo que oía por un momento. Cuando te enfrentas a un rehén, ¿no harías normalmente lo que dice la persona?
—Mataré a esta mujer.
¡¿Vesssss?! Sabía que acabaría así.
—Adelante. Al segundo siguiente, también estarás muerto.
¿Qué era eso?
Si soltaba su arma, entonces la situación empeoraría. Ulysses podría matar a Lydia delante de Edgar para que él pudiera infligirle dolor. ¿Qué estaba pensando Edgar? Pero Lydia no podía perder tiempo pensando en eso.
Justo detrás de su oreja, Lydia escuchó el débil sonido del gatillo y contuvo la respiración.
Era el hombre que mató a Teresa. Matar a Lydia no era nada para él. Y sin embargo, ¿qué quiso decir con “adelante”?
El tenso silencio de Ulysses y Edgar continuó por un tiempo. Justo cuando Lydia comenzaba a sentir dificultades para respirar, Ulysses hizo una sonrisa como si se estuviera relajando de la tensión de esta situación.
—Eres bastante inteligente, Ted.
Ted. A propósito llamó a Edgar por su apodo. Pero Edgar parecía que lo odiaba terriblemente, así que Lydia pensó que debía haber copiado la forma en que Príncipe hablaba.
—Tu objetivo soy yo. ¿Por qué no dejas de intentar andar por las ramas?
—Oh, es genial cómo te ves. Cuanto más luchas, más emocionado estoy. El acto final comienza aquí. La mantendré conmigo para hacer que luches inútilmente por resistir.
Tiró de su brazo.
Esta persona… Es aterradora. Justo cuando sintió eso, los recuerdos de cuando Teresa murió, aparecieron en su mente. Lydia tembló por un escalofrío terrorífico y entró en pánico.
—No… ¡No me toques! ¡Asesino!
Pero fue atrapada por Ulysses y amenazada con una pistola. Se enfadó aún más con Edgar, que se quedó mirando en silencio.
Si Edgar hacía un movimiento, entonces Ulysses dispararía a Lydia para obligarla. Para que ella no muriera, él comenzaría desde sus brazos y piernas.
Pero Lydia no sabía eso. Asesino, gritó una vez más.
— ¡Edgar, tú también! ¡En realidad no te importa lo que me suceda! ¡Qué quieres decir con que debería seguir adelante y matarme!
—No es eso. Lydia, definitivamente te salvaré, así que no hagas nada imprudente.
Cubrió la boca de Lydia, y no pudo seguir hablando con Edgar, pero su desconfianza aumentó cuando imaginó que iba a ser llevada en silencio por este hombre.
—No deberías hacer una promesa así tan fácilmente. Pero sí, si te gusta ella, entonces al menos los mataré a los dos juntos. ¿Por qué no lo intentas y la salvas?
Sacó a Lydia de la habitación mientras era arrastrada por el sonriente Ulysses, y como le apuntaba con una pistola, no tuvo más remedio que comenzar a caminar.
♦ ♦ ♦
Alrededor de ese momento, Raven, que salía de la ciudad solo, había terminado su negocio y estaba regresando a la residencia.
Se apresuró a su caballo y logró llegar a las dos orillas opuestas entre sí antes de la marea baja en la madrugada, pero las olas que eran tranquilas en la ciudad, eran igual de violentas que las de ayer en esta zona.
El estrecho camino que apareció después de que las aguas del mar descendieran, fue invadido incesantemente por las olas y aparecía y desaparecía como si luchara contra el mar agitado.
No obstante, como en esta zona todavía estaba claro, era mejor que cuando se marchó por la noche.
Podría ser más fácil de detectar al enemigo, pero tenía que darse prisa y volver al lado de Edgar.
El paquete que le confió un mensajero de la “Luna Escarlata” estaba atado a su cuerpo. Raven se aseguró y comprobó eso e hizo que su caballo continuara.
Se dirigió a la casa que estaba construida en la colina que sobresalía al final del camino y caminó por el sendero que separaba las aguas del océano. Cuando llegó a la mitad de la carretera, vio algo negro flotando entre las olas.
Por un momento, pareció la cabeza de una persona, pero inmediatamente pudo decir que no lo era.
Es una foca. Cuando echó un buen vistazo, estaba rodeado de innumerables focales.
No, no eran focas normales.
¿Hadas?
Aprendió sobre las hadas foca porque Lydia se lo dijo, pero cuando Raven sintió que los nervios del espíritu comenzaban a alzarse, entonces pudo saber que era el objetivo de algo que no era humano.
Si eran hadas del mar, entonces no podrían llegar hasta él en la orilla.
Pateó con sus estribos[2] y apresuró al caballo.
En ese momento, las hadas foca se sumergieron en el mar a la vez. Al minuto siguiente, una ola alta y gigantesca surgió de entre el agua y venía en su dirección.
No había ningún lugar para correr y fue envuelto por las olas. Fue arrastrado hasta las profundidades del agua.
Incluso si intentó levantarse, las focas lo rodearon, lo mordieron y se aferraron a él intentando hundirlo.
Sacó su daga.
Cuando movió su brazo, sintió que golpeó algo mientras el mar alrededor de él se volvía rojo. Todas las focas se alejaron rápidamente de él como si fueran intimidadas por un momento.
Pero el color rojo se mezcló rápidamente y desapareció en el mar gris.
Una vez más, fijaron su objetivo en él y comenzaron a nadar alrededor de Raven mientras trataban de ajustar su alcance hacia él.
Había demasiados. No podía moverse en el agua tan libremente como quería.
No puedo respirar.
Justo en ese momento, creyó haber escuchado a alguien decir que se detuviera.
Esta persona es diferente, no uno de ellos.
Desde detrás, su brazo se estabilizó y tiraron de él. Las olas agresivas y serpenteantes que lo rodeaban se desvanecieron y desaparecieron, y Raven fue liberado en la superficie del mar sin ninguna resistencia y mientras tomaba aliento, sintió que la mano, que lo había salvado, lo soltaba lentamente, pero más rápido que eso, agarró la muñeca.
—Ermine…
—Ve a la colina en la orilla del mar. Será mejor que regreses a tierra antes de que las olas se vuelvan violentas otra vez —dijo en una forma como si se diera por vencida intentando escapar de Raven.
Después de que ambos se sentaran en una grieta en la pendiente inclinada, pudieron alejarse de los fuertes olas. Si estaba allí, entonces no se los podía ver desde la casa dijo Ermine, o la Selkie que se parecía a ella mientras se sentaba en la arena.
— ¿Cuál es la diferencia? —preguntó Raven mientras tomaba y arrojaba su abrigo que pesaba por absorber el agua salada.
Ermine parecía completamente exhausta y levantó la cabeza como si no entendiera la pregunta que le hizo y ladeó la cabeza.
—Dijiste que era diferente a las Selkie.
—Sí… Todas están al borde de los nervios ya que un humano que ha capturado y está tratando horrible a su especie está aquí.
—Ulysses.
—Correcto. Pero no pueden acercarse a él, así que te atacaron pensando que estabas trabajando para él.
—Entonces las Selkies del mar no están bajo el control de la voluntad de Ulysses.
—Quienes están bajo su control son los sirvientes de la casa. Son Selkies que están en su forma humana. Pero algunas Selkies del mar también están siendo controladas. Ulysses es quien las enfadó a propósito y las Selkies están provocando tormentas marinas como él quiere.
Sobre el hombro de Ermine, que estaba apoyada contra la roca, el cuchillo que le clavó Raven permanecía en su lugar.
Parecía que la sangre no cesaba ya que podía ver que el rojo estaba empapando su pecho. Pero a medida que goteaba lentamente, se convertía en un líquido claro y luego en perlas de cristal que caían al suelo.
Le hizo saber que no era humana.
Entonces no era su hermana, era su enemigo. Ya que la sangre que corría por su cuerpo ya no tenía ninguna conexión con Raven.
—Como puedes ver, no soy la persona que era antes…
Parecía que se dio cuenta que Raven miraba su herida atentamente.
—La señorita Carlton dijo que podrías ser una Selkie.
—Bueno, es una Doctora de Hadas.
— ¿Fue parte del plan de Ulysses que me salvaras?
Ermine sacudió la cabeza, como si fuera una molestia para ella.
—Dado que estoy herida, me dijeron que me quedara quieta por un tiempo. En este momento, no me han dado ninguna otra orden… Pero va a llevar a Lord Edgar hasta el límite y probablemente me seguirá utilizando de ahora en adelante.
No era como si Edgar fuera del tipo que se dejara llevar fácilmente por sus sentimientos. Pero, si se trataba de proteger a aquellos que más quería, no pensaría en su propia seguridad. Ermine era su amiga a la que quería proteger. Incluso si lo traicionó, seguía siendo una preciada amiga para él tanto que se sentía responsable de no haber podido protegerla antes de lo que sucedió.
Porque Ermine era esa clase de persona, el enemigo estaba pensando que ella se convertiría en la debilidad de Edgar.
Raven sintió un poco de irritación mientras se acercaba a Ermine.
— ¿Por qué regresaste cuando deberías haber muerto? Yendo tan lejos como para convertirte en algo no humano.
—No es como que lo deseara… No, quizás lo deseé en alguna parte de mi corazón. Si pudiera perdonarme, entonces desearía poder servirle a Lord Edgar una vez más.
—Lord Edgar ya tiene una prometida.
—Raven, no me refiero a eso. Solo quiero servirle. Ese fue mi deseo desde el principio.
—Pero, tú gradualmente quisiste tenerlo solo para ti, y filtraste nuestra información a Príncipe.
Porque, una vez que Edgar se convirtiera en un conde y fortaleciera su posición como un noble de Inglaterra, sus sentimientos por él serían aún más inalcanzables.
Quería permanecer lo más cerca de él quedándose como su camarada.
—Sí, tienes razón, en ese momento había olvidado mis sentimientos de cuando comenzamos. Es verdad que dentro de mí habían sentimientos que iban más allá de la lealtad por Lord Edgar, y Príncipe se aprovechó de esa parte de mí…
De la herida en su hombro, la sangre brotó aún más. Se preguntaba si una hada moriría si perdía demasiada sangre. Pero, ¿puede un hada morir en primer lugar? Se preguntaba por qué dejó el cuchillo clavado y no lo sacó.
—Raven, tienes que matarme. Al final, esa es la única manera que hay. Debes asegurarte y matarme para que nunca regrese al Mundo de los Vivos. No quiero ser usada para atormentar a Lord Edgar.
—Pero en este momento solo eres un muerto viviente. ¿Puedes morir más que eso?
—Mientras esté en una forma humana, parece que puedo morir como un humano. Las Selkies están más cerca de una criatura viva que de un hada.
Martarla era probablemente el paso necesario para proteger a Edgar, pero Raven pensó que esa también sería la mejor opción para Ermine.
Si dice que era igual a un humano, entonces él podría dejarla morir sin dolor alguno.
Estaba a punto de estirarse hacia su cuello blanco al descubierto.
—Por favor, perdónala —dijo una voz repentinamente.
Cuando se dio la vuelta, había una pequeña anciana de pie allí.
— ¿No eres su único hermano? Incluso si se ha convertido en algo no humano, sigue preocupándose por ti.
— ¿También eres una Selkie…?
—Sí, me han robado mi abrigo y ha pasado bastante tiempo desde que Ulysses me obligó a tomar una forma humana. Estoy casi en el punto en el que me he olvidado de mis maneras de ser una Selkie, pero definitivamente soy una.
La anciana habló tranquilamente, como si estuviera hablando con otra persona. Ella era la esclava de Ulysses, pero era evidente que no deseaba servirlo a su voluntad.
Lydia había dicho que las Selkies a quienes les robaban sus abrigos no podían luchar contra quien los tenía.
Una esclava en cautividad. Raven y Edgar fueron una vez así antes, por lo que no sintió ninguna malicia de la anciana y siguió escuchando lo que tenía que decir.
—Ulysses me ordenó darle a tu hermana la vida de una Selkie que estaba vagando por el mar como el alma de un muerto. Todavía es una niña como Selkie. La estoy cuidando como una madre.
— ¿Por eso dijiste que no la mate?
— ¿Podrías, aunque sea por un momento, pensar como si estuvieras en su posición? Eras el único a quien más quería proteger, más que a ella misma y a su maestro.
Raven no podía entender lo que había dicho.
Para él, lo más importante era su maestro Edgar, cuando le preguntaron qué sucedería a continuación, todo lo que podía decir era que sería lo que Edgar consideraba importante para él, algo que necesitaba más que nada.
Como eran amigos que Edgar intentaba proteger, Raven también se dedicó a proteger a todos, y entendió que Ermine era una de las personas de ese grupo.
Pensó que todos se sentían de la misma forma. Eran camaradas que creían en Edgar, le seguían y servían. Había aquellos que eran amables y aquellos que no con Raven, pero se ayudaban mutuamente y se protegían porque eran parte del grupo que Edgar organizó.
Y, sin embargo, esta anciana le decía a Ermine que Raven era más importante que su maestro.
—Abuela…, no necesitas hablar sobre eso.
—Pero, son hermanos.
¿Qué son los hermanos? Solo significaba que tenían la misma madre.
Pero Edgar le dijo: “Ella es tu hermana”. Hizo énfasis en que ella era su hermana.
Ahora que lo pensaba, Raven recordó algo sobre lo que siempre se preguntaba.
Cómo y cuándo fue que Ermine entró en contacto con Príncipe. Si ese hombre había descubierto su debilidad y la había controlado para hacer que filtrara en secreto la información sobre su paradero, entonces debería haber habido la oportunidad de reunirse directamente con Príncipe.
Pero, durante ese tiempo en que estuvieron escapando, no podía recordar cuándo pudo haber un periodo de tiempo lo suficientemente largo como para que ella pudiera abandonar el lado de Edgar.
Cuando repasó su memoria, hubo un momento en que eso fue posible.
Cuando Raven fue capturado en manos del enemigo.
En ese momento, Edgar estaba en medio de una lucha con otra organización y según su propia experiencia, Raven sabía que tenía que escapar con su propia fuerza.
Edgar naturalmente pensó que eso era posible y sabía que él necesitaba centrarse más en un gran número de camaradas que sólo en Raven.
Sin embargo, la situación se volvió mucho más difícil de lo que anticipó. Quien vino a ayudarlo en ese momento fue Ermine. Más tarde, descubrió que ella estaba actuando sola, pero como todo resultó bien, no se les culpó por nada.
No obstante, en ese momento Raven pensó en por qué Ermine habría actuado fuera de los límites sin el permiso de Edgar.
Si sentía que Raven estaba pasando por un momento difícil, entonces al final Edgar y sus hombres acudirían en su rescate. Pero se preguntó si lo habrían logrado a tiempo.
Pero para ella, solo significaba que su prioridad era rescatar a Raven antes que seguir las órdenes de su maestro.
Si, en ese caso, ya estaba bajo el control de Príncipe entonces…
Raven estaba confundido más que nunca. Trató de pensarlo con lógica, pero sus emociones no podían seguir el ritmo. Sólo eso, en un pensamiento vago, pensó que era porque ella era su “hermana”.
Lo más probable era que Edgar también pensara que ese fue el momento en que comenzó. Por eso dijo “ella es tu hermana” a Raven, que culpó a Ermine por su traición.
Quería decir que la razón por la que ella actuó por su cuenta fue porque Raven no era solo un miembro de su grupo, sino porque era su hermano.
Aunque estaba relacionado con la traición a sus amigos incluso si existía ese peligro, porque era una “hermana”, no pudo evitar ir.
—Raven, las Selkies están comenzando a agitarse… Algo podría haber sucedido. Tienes que darte prisa y regresar a…
Agarró rápidamente el brazo de Ermine, sin dejarla terminar de hablar.
Y después de sostenerla, sacó el cuchillo en su hombro de un tirón.
Ella gritó de dolor, y cuando se desplomó débil, Raven la enganchó a su espalda y se giró para mirar a la anciana.
— ¿Cómo curas la herida de una Selkie?
—Sanará cuando quien la apuñaló con el cuchillo lo saque. No hay nada de qué preocuparse ahora.
Por eso no lo sacó ella misma.
—Ermine, haré que Lord Edgar juzgue cómo tratarte.
Raven tuvo cuidado al tratar de no ser visto cuando entró en la casa y corrió directamente hacia donde estaba Edgar.
Parecía que la sangre de Ermine en su espalda se había detenido justo después de que sacara el cuchillo, pero ésta aún seguía desplomada sobre su espalda. Puede que le tome tiempo recuperar su fuerza.
Corrió hacia la habitación pero no había señales de nadie. Justo después de dejar a Ermine en el sofá y estar a punto de ir a buscar a Edgar, la puerta se abrió.
Edgar acababa de regresar.
— ¡Raven, estás bien!
Edgar vio que regresó y le dio una sonrisa aliviado.
Al estar al lado de Edgar, Raven finalmente pudo sentir cómo era ser tratado como un ser humano. No creía que sus misiones peligrosas fueran nada en comparación con lo que esta persona había asumido.
Era el único a quien el brutal demonio, un espíritu que estaba sediento de sangre dentro de Raven, obedecía. Su deseo era el deseo de Raven, eso era todo lo que necesitaba. Pero, en este momento, solo había una cosa que deseaba.
Raven se acercó a él, que tenía sus brazos abiertos en un gesto de amistad, y se arrodilló.
—Lord Edgar, me gustaría pedirle que perdone a mi hermana. Ella todavía puede estar bajo la influencia del control de Príncipe y puede haberse convertido en un obstáculo para usted. Pero, voy a asumir la responsabilidad de eso. Me aseguraré de vigilarla. Si resulta lo peor, entonces estoy preparado para acabar con su vida. Así que por favor, sálvala…
Parecía que Edgar se dio cuenta que Ermine estaba recostada en el sofá.
Cuando se acercó a ella, Ermine trató de sentarse.
Agachó la cabeza y Edgar la abrazó.
—Bienvenida de nuevo, Ermine.
Y luego, se volvió hacia Raven una vez más e hizo lo mismo.
—Bienvenido de nuevo.
Raven recordó cómo en el pasado, cuando regresó con Ermine, Edgar les había dado la bienvenida de esa manera.
Al mismo tiempo, pudo sentir por la expresión inusualmente dura de Edgar que este no era el momento de estar alegre por su regreso.
— ¿Qué sucedió?
—Ahh… Ulysses capturó a Lydia.
Notas:
[1] Un gigoló es un joven que se prostituye con mujeres mayores por dinero.
[2] Un estribo es una pieza que cuelga a cada lado de la silla de montar en la que el jinete apoya el pie.
Capítulo 6 de este cuarto volumen ya disponible en la edición 32 de Kovel Times~