Traducido por Shisai
Editado por Raine
El tiempo pasó rápidamente después de reunirme con el conde Sagittaria.
Gracias al arduo trabajo de todos, el cambio de moneda se había completado. Aunque hubo un poco de caos, estaba dentro de las expectativas.
—Fue gracias a nuestra saludable relación con las personas que pudimos… —según el informe de Sebastián.
No es que estuviera siendo arrogante, pero estaba de acuerdo con el sentimiento. Si esto hubiera sucedido cuando acababa de convertirme en representante, las cosas no habrían ido tan bien.
Habían pasado muchas cosas, pero logré superarlo.
Mientras estaba configurando todo tipo de políticas y reformas, el tiempo pasó volando y conectó todo lo que había estado haciendo hasta ahora.
El camino que pavimenté no será un desperdicio, fue lo que pensé.
El conglomerado Azura ya había subido sus precios. Todos los otros conglomerados habían hecho lo mismo dentro de nuestros territorios, así como los que nos rodean para compensar las pérdidas.
—… ¿Pero es realmente lo mejor? Si algo de esto se extiende a los oídos del público… —Sei me preguntó al final de su informe sobre el conglomerado de Azura.
—Son comerciantes. ¿Quienes mejor saben cómo sobrevivir a este tipo de situación? —Sus ojos se agrandaron ante mi respuesta. —Si esto causa caos, entonces existe una alta probabilidad de que todas las transacciones que ocurran en este momento cesen. Si la moneda ya no es de confianza para respaldarla, es razonable imaginar que se estancaría. Pero son comerciantes de primera clase. Entonces, si comparan sus ganancias en un caos potencial y en una paz potencial, definitivamente elegirán permanecer en silencio.
—Ya veo… —Sei asintió, pareciendo entender.
—Bueno, entonces no debemos preocuparnos más por el conglomerado Azura. Asigna a los guardias de la familia del duque Armelia a las diversas tiendas oficiales en todo el territorio. Si hay algo más que hacer, infórmame también.
—Entendido.
Fue entonces cuando Tanya entró en la habitación.
—Señorita, hemos recibido informes de que el rey falleció.
Así que este día llegó después de todo… por un momento, el tiempo pareció detenerse ante mis ojos.
—Es eso así… —Exhalé profundamente.
—¿Ya lo había escuchado?
—No. Sabía que no podía durar mucho más.
—… Comprendo.
—La reina Ellia probablemente acelerará el proceso de preparación de un funeral. Ella quiere ver al príncipe Edward en el trono… Tanya.
—¿Sí, señorita?
—Comienza a prepararte para regresar a nuestro territorio. Volveremos justo después del funeral.
—Pero…
—La situación ha comenzado a cambiar. Quedarse más tiempo sería inútil. Mientras esté en la capital, buscarán formas de atacarme.
—…Entendido. Comenzaré a prepararme para garantizar un viaje tranquilo.
—Gracias… ustedes dos, ¿podrían dejarme pasar un momento a solas? Necesito pensar.
Los dos asintieron en respuesta, dejando la habitación.
Suspiré profundamente, poniendo mi cabeza sobre mis manos.
Así que ya era un hecho.
La reina Ellia y el marqués Maelia controlaron la situación.
¿En qué se convertiría este país?
¿En qué se convertirá mi territorio?
No importa cuánto lo pensara, no lograba encontrar respuestas ni resoluciones. Todo lo que pude hacer fue reflexionar sobre la confusión en mi propia cabeza.
Para confirmar que el reloj de bolsillo en mi cuello todavía estaba allí, puse una mano sobre mi ropa.
“Construiré un territorio que nunca vacilará ni caerá, pase lo que pase en la capital.”
Recordé mis propias palabras dichas a mi padre en el pasado.
—Era esa la verdad, o simplemente una tontería… es hora de que demuestre el verdadero valor de esas palabras —me dije mientras me abrazaba.
No puedo escapar, no puedo perder. No puedo rendirme.
De eso se trataba la responsabilidad. Este era el tipo de mentalidad que necesitaba adoptar en mi trabajo.
Hubo palabras similares que me dije en una vida anterior, cada vez que algo salía mal en mi trabajo.
Aunque había pasado tanto tiempo que no podía recordar mucho sobre aquel tiempo, ese recuerdo repentinamente vino a mi mente.
—Pase lo que pase con el entorno que me rodea, si no termino mis propias tareas…
Supongo que al final, lo que se suponía que debía hacer no había cambiado en absoluto.
Pensar eso era suficiente para tranquilizarme de alguna manera.
Ahora que estaba tranquila, salí de la habitación para hablar con mi madre y Berne sobre nuestro futuro.
Muchas gracias pir su arduo trabajo!! Me encanta esta novela!!!
Gracias. Aunque a veces no sé donde me quedé porque espero un buen tiempo para poder leer por packs, ésta sigue siendo una de mis historias favoritas sin ninguna duda.