Traducido por Shiro
Editado por Ayanami
Corregido por Aurora
Cuando Fang Guo despertó, ya eran alrededor de la una de la tarde; la luz del sol entraba por la ventana, brillando sobre su piel.
Como había pasado mucho tiempo bajo este, sintió un calor abrasador. Se enderezó para levantarse, pero la punzada que sintió en la parte baja de su espalda lo hizo volver a acostarse. Luego de un largo descanso, por fin el intenso dolor comenzó a mermar y, con dificultad, consiguió levantarse. Sus extremidades estaban rígidas y sus músculos adoloridos; en especial, en la zona alrededor del área del coxis. Aquel dolor se extendía hasta lo profundo de su región más íntima; en donde el malestar era incluso mayor.
Al abrir la puerta y salir, su rostro palideció. Frente a la casa, había una lápida erigida sobre un túmulo [1] de tierra.
¡Hay una tumba enfrente de la casa! ¡Una tumba en la que yace una persona muerta!
Fan Guo conservaba muchos de los recuerdos de lo que había ocurrido la noche anterior: el haber sido amordazado, presionado contra la cama e invadido a la fuerza. También el placer de haber alcanzado el orgasmo muchas veces, y el llanto, junto con las súplicas vergonzosas que salieron de sus labios. Además de los gemidos que no había podido suprimir. Sin mencionar que, ahora que estaba despierto en su totalidad, la parte racional de su cerebro le decía que lo que consideraba solo un sueño, había de verdad ocurrido.
A la mente de Fang Guo vino de inmediato aquella antigua tradición oscura: matrimonio fantasma.
Cuando una persona fallecía soltera, para evitar que la familia sufriera de mala suerte, o por disposición del difunto antes de su muerte, se celebraba un minghun [2]. Se suponía que era un matrimonio entre dos personas muertas; en el cual, se requería llevar a cabo el ritual de las Tres letras y seis etiquetas [3]; así como una ceremonia lujosa. Sin embargo, Fang Guo aún estaba vivo; lo que significaba, que había sido engañado de forma descarada para casarse con un muerto y llevado contra su voluntad a la cámara nupcial.
Aquello era inaceptable; al punto de que, la ira que en él se acumulaba, superaba a su miedo.
Caminó hacia la estela [4], la cual mostraba la foto del fallecido, y en donde se podía leer un nombre: Wei Ran, el hermano mayor de Wei Wei. Un hombre que Fang Guo nunca antes había visto y que, ahora, era su esposo fantasma.
Una vez que tomó consciencia de ello, la vergüenza y la ira abrumaron su corazón; siendo la cólera, la emoción que primaba.
Frente a la tumba, se encontraban ofrendas como papel moneda, velas y palitos de incienso. En su indignación, pateó todo. Incluso, pensó en destruir la estela, cavar la tumba y dejar el cadáver dentro del ataúd expuesto al sol hasta que este desapareciera con el tiempo. Sin embargo, seguía siendo un estudiante universitario de piel delicada y músculos débiles. Tras un año de haber comenzado a trabajar, no era más que un oficinista de la vieja escuela, desacostumbrado al trabajo físico. Además, con su condición actual, si de pronto intensificara el trabajo de sus músculos, quién sabe qué consecuencias sufriría. ¡Tan solo pateando aquellas pocas cosas se había provocado un calambre!
Al final, no le quedó otra opción mas que regresar a la habitación central. Sin embargo, al ver que continuaban colgadas las decoraciones con los caracteres de «felicidad» en rojo y blanco, sintió un nuevo estallido de humillación y burla.
Un matrimonio fantasma era una ceremonia nupcial con los muertos; lo cual, se clasifica como un matrimonio rojo y blanco [5]. Por tanto, los arreglos en la habitación eran de ambos colores a partes iguales. Esto le daba un sentido aún más extraño a todo aquello. Además, en la habitación, solo se encontraba él, no escuchándose ningún otro sonido más que el de su agitada respiración. Todo se apreciaba tan silencioso que casi entró en pánico.
Haciendo su mayor esfuerzo por ignorar la desordenada cama, revisó todo para asegurarse de que no le faltara nada; luego, buscó sus maletas para marcharse. En su camino, notó que sobre la mesa había varios platos de frutas secas, junto a una tablilla espiritual; el nombre de Wei Ran en caracteres dorados estaba escrito en ella
¡Ayer pasé por los ritos de la boda con esa tablilla!
Fan Guo se puso rígido; sin embargo, se repuso de inmediato. Ignorándola, agarró con fuerza su equipaje y se dispuso a abandonar el lugar lo más pronto posible.
No era que fuera demasiado cobarde como para pedir explicaciones a los aldeanos por lo que le habían hecho; sino que, a pesar de lo molesto que se encontraba, seguía siendo una persona racional. Este era un pueblo remoto ubicado en la montaña, el cual tenía sus propias reglas y costumbres. Además, basándose en el hecho de que estas personas habían realizado un matrimonio fantasma sin importarles dañar vidas humanas, demostraba que no eran personas caritativas. Por otro lado, estaba casi seguro de que si alguien se atrevía a desafiar las reglas de la aldea o a perjudicar los intereses de esta, sería atacado por las masas.
Fang Guo no era alguien con grandes ambiciones y, en algunos aspectos, era muy inocente. No obstante, eso no significaba que no conociera el lado negativo de la vida o la oscuridad del mundo, los cuales, por lo general, se presentaban con mayor frecuencia en lugares remotos y atrasados; llenos de gente ignorante.
Su difunta abuela había sido una médium, y en el pasado, ayudó a personas a conocer su fortuna en el romance y a predecir la suerte por medio del arroz. Una vez, fue invitada a la casa de una gran familia de terratenientes que se encontraban en el pueblo vecino; dicha familia, se había topado con una maldición; desastres presentándose sin razón alguna. Ella había intentado solucionar su situación, checando, incluso, el cementerio familiar. Al regresar del sitio, les había dicho que su problema estaba más allá de sus capacidades, y aconsejó al terrateniente que buscara un maestro de feng shui, ya que el problema radicaba en ese campo.
Por lo general, cuando desastres inexplicables ocurrían a familias como esas, se debía a un problema con el feng shui de la residencia o de la tumba ancestral.
Al regresar a casa ese día, las palabras que pronunció su abuela causaron en él una gran impresión: «Cuánta maldad». Tras lo que, al notar ella el interés de su parte, le explicó la causa de esa seguidilla de desastres.
Resultó que la tumba de la familia del terrateniente tenía una disposición rara vez vista, con un formación mágica —«Libélula sobrevolando el agua»— y un suplemento de agua en ambos extremos para equilibrarlo. Esto le permitía a los descendientes florecer, y contribuía a que les fuera bien en todo. Sin embargo, la tierra de la tumba tenía cal blanca esparcida sobre ella. Esta sustancia tiene como función absorber el agua y proteger contra la corrosión; por lo que, no es de extrañar que muchas tumbas la tengan dispersa por la periferia, pero no es adecuada para esa formación mágica, ya que, de esta absorber el agua, todo el trabajo habrá sido en vano.
Por tanto, habiendo quedado arruinada la formación mágica, los descendientes comenzaron a padecer desgracias.
Al principio, el costo para la familia sería el de un negocio fallido, pero luego iría subiendo de nivel; hasta obligarlos a declararse en bancarrota. Era poco probable que llegara a lastimar vidas; sin embargo, coincidencia o no, esa lápida había sido salpicada con sangre de un perro negro. Como dice el dicho: «sangre de perro negro frente a la tumba y un clavo de tres pulgadas detrás de la misma». Quien haya llevado a cabo dicho ritual, estaba familiarizado con el feng shui maligno. Por eso, su abuela le había recomendado al terrateniente que buscara a un maestro de feng shui.
Ahora que pienso en ello, ayer cuando enterraron a Wei Wei, ¿no derramaron sangre de perro negro y esparcieron cal blanca también?
En ese momento, Fang Guo no había pensado con claridad en ello, tampoco pasó por su cabeza que el hombre quisiera lastimar a la familia Wei; solo supuso que el maestro de feng shui había cometido una equivocación en el método empleado. Después de todo, ese lugar tenía un buen feng shui, pero no era apto para una formación mágica de Libélula sobrevolando el agua. De cualquier forma, la sangre de perro negro y la cal blanca no eran buenas cosas. La primera, suprimía espíritus malignos; la segunda, mientras que prevenía la corrosión y alejaba a los insectos, si se diseminaba sobre un túmulo funerario, tenía el poder de cultivar un cadáver… Tanto el cultivar un cadáver como la supresión, sin importar cómo se mirara, era extraño.
Fang Guo no quería quedarse más tiempo en aquella aldea; le apremiaba irse de una buena vez, para no volver jamás.
Al salir de la casa, se dio cuenta que la residencia donde se encontraba estaba ubicada a mitad de camino de la montaña; sus alrededores llenos de árboles siniestros. El ambiente estaba tranquilo, con un silencio sepulcral reinante, sin ninguna presencia humana. Bajó la cabeza y apresuró la marcha. Al mirar hacia atrás, no supo si su mente le estaba jugando una mala pasada o si eran sus nervios los que lo tenían viendo cosas, pero notó, con asombro, que la casa en la que había pasado la noche estaba hecha de papel.
¿Cómo no me di cuenta de ello?
Solo después de salir fue que la encontró extraña.
En su espanto, salió corriendo, y solo después de descender hasta el pie de la montaña fue que volvió a mirar hacia atrás. En ese momento, vio que la casa liberaba una llamarada que alcanzaba los cielos; incendiándose de forma inesperada. Tomó grandes bocanadas de aire. Parado donde estaba, su visión del lugar era amplia y sin obstáculos; tanto así, que podía ver a un hombre de pie en las puertas de la residencia.
¡¿Un hombre?!
Fang Guo se sintió tan asustado, que retrocedió dos pasos. No se atrevió a permanecer por más tiempo allí parado y se alejó corriendo.
Tomó el camino que rodeaba la aldea, pues no se atrevió a regresar a ella, y en el trayecto, se encontró con el conductor del autobús, así que abordó de inmediato. El hombre lo llevó hasta la parada de autobuses. Después de recibir el pago, el conductor dudó un poco antes de decirle:
—Joven, después de ir a casa, si tienes conexiones, encuentra a alguien para que te eche un vistazo y remueva las influencias malignas.
—Señor, ¿qué es lo que sabe? —preguntó mientras agarraba su equipaje con fuerza.
El conductor tenía el aspecto de estar guardando un secreto importante.
—En el futuro, no voy a volver a tomar ese camino hacia la aldea de la familia Wei. ¿Recuerdas a esas tres personas que viajaron con nosotros la otra noche?
Fang Guo asintió.
—¿No se fueron con usted en el autobús al día siguiente para continuar su trayecto? —indagó.
—¡Exactamente! —exclamó golpeando el volante—. El día que nos fuimos, me hicieron detenerme en un tramo de las montañas diciendo que se bajarían allí. A mí me pareció extraño —explicó—. ¿Por qué se quedarían en un lugar tan desolado? No pensé mucho en ello, ya que eran clientes, pero… ¡Quién se iba a imaginar que una vez que se bajaran y tomaran el camino de la montaña, el dinero que había recibido como pago se convirtiría en papel amarillo! ¡Dinero del infierno! —exclamó una vez más—. Me enfurecí, pero en cuanto alcé la mirada, los tres se habían convertido en personas de papel… ¿Sabes qué es eso? —Fang Guo no respondió, por lo que el hombre continuó—: Son personas de papel que le queman a los muertos. Me asusté y me alejé rápido de ahí. Luego, me enteré de que en ese lugar es donde están enterrados los ancestros de la familia Wei. Tú dime, un lugar lleno de gente muerta, con gente de papel cobrando vida y yendo hasta allá, ¿qué crees que están haciendo?
—¿Haciendo…? ¿Haciendo qué…?
—¡Matrimonio fantasma! —profirió con voz alta el chofer.
Fang Guo quedó petrificado. Las palabras del conductor lo hicieron sentir como si este hubiera descubierto su secreto.
—¿No viste cómo vestían esos tres? Mitad blanco, mitad rojo. Además de un funeral feliz, solo podría ser un matrimonio fantasma. —El hombre sacudió la cabeza y chasqueó la lengua—. Matrimonio fantasma… ¡Esa cosa carece de virtud! ¡Quién sabe si la señorita estaba dispuesta! Un matrimonio entre vivos, de no llevarse bien ambos esposos, pueden divorciarse; después de la muerte, en cambio, ¿no estarían juntos por siempre?
Fang Guo se forzó a sonreír y bajó del vehículo.
Tras subirse al siguiente bus y acomodarse en un asiento, aprovechó para llamar a la monitora de la clase. Lo más extraño fue que la línea que antes estaba fuera de servicio, funcionaba ahora de manera correcta. La llamada fue conectada de inmediato.
—Monitora, ¿qué pasó con atender al funeral de Wei Wei juntos? —se quejó— ¿Por qué cambiaste de opinión?
En el otro extremo de la línea, la monitora de clase miró el teléfono perpleja, luego dio una respuesta desconcertante:
—¿Qué dijiste? Eres Fang Guo, ¿cierto? Ey, Fang Guo. No nos hemos contactado en años y lo primero que haces luego de llamarme es regañarme. ¿Tomaste la medicina equivocada?
—¿No me enviaste tú una carta de invitación para el funeral de Wei Wei? —inquirió. La respuesta que ella le había dado lo asustó—. ¿No me invitaste a participar en el entierro? —preguntó en tono serio.
—No. ¿Quién es Wei Wei?
—Nuestra compañera de secundaria.
—Te has vuelto tonto, ¿verdad? Fueron tres años de secundaria, puedo recordar el cumpleaños de todos. Has inventado a esta Wei Wei de la nada. ¿Estás jugando conmigo?
Fang Guo sintió cómo sus nervios se destrozaban; transpiración fría acumulándose en su espalda.
—¿Hola? ¿Fang Guo? ¿Estás ahí? —preguntó la monitora algo preocupada—. ¡Ey! Di algo.
—Lo siento. Se me presentó algo, colgaré primero.
Al finalizar la llamada, Fang Guo se reclinó en su asiento. Durante todo el trayecto a casa, pensó en todo lo ocurrido con detenimiento. No importaba si sus recuerdos o los de la monitora de la clase estaban equivocados, tampoco tenía relevancia quién era Wei Wei; para su salud mental, había decidido dejar todo atrás. Solo debía olvidarlo y pretender que se había tratado de un sueño.
Pero este consuelo duró muy poco. Al llegar a casa y abrir su equipaje, descubrió con horror, que en el interior de este se hallaba una tablilla negra. En ella se leía con claridad, escrito en letras doradas: Wei Ran.
[1] Túmulo: Sepulcro levantado en la tierra / Montículo de arena o piedras con que algunos pueblos antiguos cubrían una tumba.
[2] Mínghun (matrimonio espiritual): Antigua tradición china (y de algunos otros países) que consiste en unir en matrimonio a una persona fallecida con un cadaver del sexo opuesto. Esta tradición aun persiste en algunas zonas rurales de China.
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[3] Tres letras y seis etiquetas: Se trata de seis rituales de las costumbres del matrimonio chino tradicional que han permanecido a través del tiempo y se dividen de la siguiente manera:
Tres letras: Se refieren a la carta de compromiso, la carta de regalo y la carta de la boda.
Seis etiquetas: Proponer matrimonio, hacer coincidir las fechas de nacimiento, presentar obsequios, presentar regalos de boda, escoger una fecha de boda consultando con un maestro del arte de la adivinación y celebrar una ceremonia de boda.
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[3] Estela (del griego, στήλη, stēlē; plural, στήλαι, stēlai y del latín stela; plural, stelae): Es la denominación de un monumento, usualmente monolítico y con inscripciones, en forma de lápida, pedestal o cipo, que se erige sobre el suelo y puede tener una función conmemorativa, funeraria, religiosa, mágico-curativa o geográfica.
[4] En china el color rojo se usa para los matrimonios mientras que el blanco para los funerales. En este caso el usar ambos colores es para representar la unión nupcial entre un ser vivo y otro muerto.
Que increíble novela, me tiene en suspenso u tiene yaoi, no puedo pedir más.
Continuara esta historia o en donde la puedo encontra por favor