—¡Eres un héroe! Ya has rescatado a nuestro pueblo de los colmillos y garras del rey demonio. ¡Ve a la ciudad, el anciano del lugar te necesita! —dijo el jefe de la aldea.
El joven de harapientas ropas, que cargaba una pesada espada desafilada en la espalda, rascó la parte trasera de su cabeza.
—Ah —dijo confundido.
Luego, todos lo observaron con adoración mientras salía de la pequeña aldea rural donde creció, en dirección a la Capital Real.
¿Qué pasó exactamente?
Todo lo que él quería hacer ayer era subir a la montaña para encontrar un faisán para asar. Pero, quién habría pensado que se encontraría con un oso muy grande.
Él lo venció con gran dificultad, y cortó en rebanadas sus patas, luego las asó y se las comió camino a casa.
Más tarde, el anciano de la aldea se estrelló contra la puerta en compañía de una multitud de aldeanos, y después se volvió un héroe.
♦ ♦ ♦
—Héroe, por fin apareciste. Tú definitivamente serás capaz de rescatar nuestra ciudad del subordinado perpetrador de crímenes del Rey Demonio —dijo el anciano del pueblo.
El joven con una armadura dañada, que llevaba una pesada espada en su espalda, bostezó.
—Sí —dijo confundido.
Al día siguiente, cuando estaba comiendo en la taberna, comenzó una pelea con un hombre enmascarado acerca de un pollo asado. Al final, noqueó al hombre con su espada, arrebató el pollo y se lo comió vorazmente. Todos los cocineros de la taberna aplaudieron.
Luego, el anciano del pueblo se estrelló contra las puertas acompañado de los guardias. El joven, que estaba usando sus mangas con energía para limpiar el aceite en las esquinas de su boca para borrar la evidencia, sintió que podría haber hecho otra cosa notoria de nuevo.
Sí, otra vez se volvió un héroe..
El anciano del pueblo le regaló un equipamiento presentable.
—¡El rey te necesita! —le dijo con el corazón pesado.
Y así fue como volvió a embarcarse en su camino hacia la Capital Real.
♦ ♦ ♦
—¡Eres un héroe, definitivamente serás capaz de rescatar nuestro país del barbárico saqueo del Rey Demonio! —dijo el rey.
El joven en armadura, que llevaba una extravagante espada larga en su espalda, bostezó.
—Oh —dijo confundido.
Luego los residentes de la Capital Real lo observaron con una mirada de adoración, mientras dejaba la próspera ciudad y se dirigía hacia el territorio del Rey Demonio.
Ah, el rey fue muy generoso. No solo lo alimentó, incluso le dio la mano de su hija. El héroe se sentía muy abatido.
No le gustaba la chica que peleaba con él en los banquetes por pollos enteros, trozos de calamar estofado y crema de champiñones.
Sus elecciones de comida se asemejan demasiado, y era muy probable que el hijo que diesen a luz terminaría con el mismo apetito. Definitivamente no habrá felicidad en ese tipo de matrimonio.
Así que decidió encontrar a un chico con el cual casarse después de vencer al Rey Demonio. Jeff de la aldea era muy apropiado. Podía cocinar y cazar. Y, a pesar de que no tiene ningún interés especial en el otro, debería de ser un buen compañero.
Entonces, volvió a casa a proponerse.
♦ ♦ ♦
El héroe llegó al territorio del Rey Demonio. Él había imaginado un volcán sin siquiera una pulgada de pasto, pero en realidad este era un lugar con un hermoso paisaje. Lo que lo hizo más feliz fue que este lugar tenía muchas presas.
Aquí, el héroe asó faisanes por tres meses y finalmente los exterminó del bosque por completo.
Decidió confrontar al Rey Demonio y finalizar el trabajo. Y, en el mismo momento en que empujó las gigantescas puertas del Castillo, olió el picante aroma del pollo rostizado.
♦ ♦ ♦
Tres años después, el rey palmeó el hombro de Jeff y dijo con el corazón pesado:
—Héroe, debes tener cuidado con el peligroso y poderoso Rey Demonio. Actualmente, un héroe ya ha muerto bajo su cuchillo carnicero.
Jeff asintió con firmeza.
—Lo sé, ese héroe era mi mejor amigo Arthur. ¡Es mi misión vencer al Rey Demonio!
—Si puedes vencerlo, te daré a mi hija en matrimonio —dijo el Rey con una sonrisa.
La princesa, quien estaba sosteniendo piezas de calamar en sus manos, tiró los trozos dentro de su falda con olanes. Frotó sus aceitosas manos contra su falda, y le dijo a Jeff con seriedad:
—¿Te gusta comer pollo rostizado?
—No, no estoy interesado.
—Ah, eso es genial. ¿Qué tal calamar y crema de champiñones?
—No, tampoco estoy interesado en eso.
—Ah, eso es genial. Regresa rápido después de que hayas vencido al Rey Demonio. Me casaré contigo.
♦ ♦ ♦
Después de soportar innumerables penurias, Jeff por fin hizo su camino hacia el territorio del Rey Demonio. Desafortunadamente, él fue descubierto.
El joven héroe no era oponente para el Rey Demonio, y fue derribado al suelo en su último aliento. Descubrió, para su desesperación, que estaba asustado de no ser capaz de regresar a casarse con la princesa.
—Mi estómago está muy hambriento, volvamos a casa para comer.
En ese momento crítico, una perezosa voz que arrastraba las palabras, vino detrás del Rey Demonio.
Jeff descubrió, para su sorpresa, que ese era su buen amigo Arthur, quien desapareció hace tres años.
El Rey Demonio ignoró a Jeff, carraspeó y se dio vuelta. Se fue con Arthur, dejando a Jeff tirado en el piso.
Arthur miró hacia atrás y le guiñó el ojo, revelando una traviesa sonrisa que Jeff nunca había visto antes.
Medio mes después, Jeff, quien ya se había casado con la princesa, recibió una foto en blanco y negro. El Rey Demonio en la foto estaba usando un delantal, concentrado en el manejo de la cacerola. Su expresión seria lo hacía ver como si estuviera planeando cómo destruir el mundo. La persona que tomó la foto incluso bloqueó la mitad del disparo con una pierna de pollo rostizado.
El héroe Jeff se dió cuenta de inmediato que alguien ya había completado la misión de derrotar al Rey Demonio.
♦ ♦ ♦
—Siempre he tenido la duda acerca de qué fue lo que el Rey Demonio hizo. ¿Por qué parece que lo odias tanto? —le preguntó Jeff a su esposa.
Su Alteza tiró las sobras de los huesos de pollo al piso, y las cubrió con su falda de olanes.
—Por supuesto. Él envió gente a arrebatarle a mi país las recetas secretas de cocina de la Corte. Incluso robó el pollo rostizado que el chef preparó para mí ese día. Este es un asunto imperdonable. Aunque solo tuviera siete años esa vez, todavía está fresco en mis memorias hasta el día de hoy.
»Lo que ha reunido incluye las recetas de cocina de dragones y elfos del continente entero. Incluso se llevó a todos los campeones de concursos de cocina de todo el mundo.
»Tu equipo, y el del héroe anterior, fueron patrocinados por la asociación de chefs.
—Espera, parece que he entendido algo…