Mi cuerpo se ha debilitado tanto, hasta el punto en que mis ojos ya no pueden abrirse.
Sé que estoy a punto de morir.
Mi cuerpo ha sido herido internamente. Tener la suerte de vivir cinco años puede ser considerado un milagro. Pero… pero estoy insatisfecha. No estoy contenta de morir así.
No he dado a luz para él, un niño nuestro. Sé que le gustan los niños. Es una lástima que, al ser gravemente herida hace años, un deseo tan pequeño llegó a ser imposible y no podré alcanzarlo.
—¿Estás despierta? —preguntó mientras se sentaba junto a mí.
Sus dedos ásperos tocaron mi rostro, suave y cálido, haciendo que mis lágrimas cayeran.
—¿Por qué lloras de nuevo? —suspiró, limpiando suavemente las lágrimas en las comisuras de mis ojos.
Es muy difícil abrir los ojos. Confiando en la luz del sol fuera de la ventana, por fin vi su rostro. Su aspecto se mantiene igual, un rostro hermoso, ojos profundos y serenos. Es lo único que puedo ver con claridad.
La mano que estaba ligeramente levantada fue agarrada por él y presionada contra su rostro.
—Realmente lo siento… —Mi garganta se sentía como si estuviera seca. Las palabras que dije, no pude escucharlas bien. Pero, sé que las escuchó con claridad y solo fingió no saber. Volvió la cabeza y recibió el recipiente que traía el sirviente.
—Bebe rápido la medicina. El doctor dijo que has cogido un resfriado, en dos días te recuperarás —dijo. Inclinándose, levantó mi cuerpo, y con el tazón de medicina en sus manos, lo acercó a mi boca.
Me mintió, pero también se mintió a sí mismo. Es extraño que en nuestros corazones entendamos, es solo que no quería decir la verdad. En el fondo de su corazón todavía se aferra a un poco de esperanza, tan delgada como la niebla.
Mientras lo escuchaba, bebí todo el plato de medicina, y fui llevada por él a la cama.
—Descansa bien.
Él amortiguó la manta para mis pies. Asentí.
—Tú también estás cansado, ve a descansar.
Siempre le ha gustado estar limpio, su apariencia es ordenada y limpia. Pero ahora, su ropa estaba arrugada y en su barbilla la barba le crecía.
—Está bien, estar a tu lado es suficientemente bueno. —Él negó con la cabeza.
—¿Cómo puedo estar segura siendo como eres? —Las lágrimas aparecieron en las comisuras de mis ojos y cayeron. Normalmente no soy difícil, pero los últimos días soy tan débil como un niño. Incluso siento desprecio de mí misma.
—Tú eres… Ay.
Él siempre se comprometía. Me mimaba, y cuando pedía algo sin importar lo irracional que fuera, al final lo hacía por mí.
Acomodó de nuevo la manta hermética y me besó la frente antes de irse.
Miré su sombra retirarse, y volví a derramar lágrimas. Pero esta vez no dejé que lo notara, de lo contrario querría quedarse.
La habitación se oscureció. Delante de la puerta, apareció la figura de una persona.
Estoy demasiado cansada. Mi mente antes estaba alerta pero ahora se ha dispersado.
Cierro poco a poco los ojos y me hundo en el olvido.
♦ ♦ ♦
—¿Usted dijo que quiere llevarme a su cuerpo? —Una voz femenina vibró en mi interior.
—¿No era este el cuerpo que tú habías elegido? —sonó la voz de un hombre mayor—. Querías riquezas, una hermosa apariencia y también ser joven.
—¡Pero ella ya está casada! —A esa mujer parece no gustarle.
—¿No dijiste que querías entrar en Jianghu, querías artes marciales altamente calificadas y fuertes seguidores para ayudarte a recoger los resultados? —continuó el anciano—. Esta mujer no es solo la más hermosa doncella del círculo marcial, también es la esposa del maestro del Palacio Xiao Yao, una secta con diez millares de seguidores, incluso el Emperador le daría siete porciones de poder. Además, ¿no era usted la que quería casarse con el maestro de artes marciales? Es su marido. ¿No estás satisfecha con ese hombre?
—Correcto, realmente no está mal. ¡¿Por qué me miras?! Bien, voy a decir la verdad. Es genial, frío y guapo, amoroso y gentil. Yo, lo admiro en gran medida, entonces, entonces, ¿qué…?
—¿Entonces has confirmado que es esta mujer? —preguntó el anciano.
—Vamos… vamos a recogerla entonces. —A pesar de que en sus palabras hay un poco de renuencia, no puede ocultar su entusiasmo y satisfacción de su tono.
Escuchando gran parte de su diálogo, puedo adivinar qué planean.
Reencarnar en el cuerpo de otra persona. Estará en mi cuerpo, aunque el alma será la suya.
Pero, ¿cómo podría solo sonreír y satisfacerlos?
Sin ninguna duda, abrí los ojos. De repente, sentí que mi cuerpo se relajaba y podía levantarme un poco.
—Te separaras temporalmente de tu cuerpo —me explicó el hombre, entendiendo mis sospechas.
Al oírlo decir esto, me volví para mirarlos. Un anciano y una joven. Él lucía amable, y llevaba el Qi celestial. Pero la chica… Muy joven. Su apariencia era ordinaria, y se escondía detrás del anciano. Era claro que era demasiado débil, pero al tener alguien ayudándola, no escondió sus ojos osbervándome con escrutinio.
Su mirada me causó despreocupación. Yo que viví en jianghu y construí mi fama durante muchos años, no he conocido a alguien que se atreva a darme este tipo de mirada. Y mucho menos una chica así, que no diferencia entre lo bueno y lo malo, y que se atrevía a conspirar por mi cuerpo, por mi marido.
—Usted será condenada. —La miré fríamente, acumulando mi energía para cargar en su contra, pero me detuve.
Ahora mismo estoy separada de mi cuerpo. Básicamente no tengo ninguna fuerza o la habilidad de matarla…
—Usted, usted ya ha muerto —murmuró humilde y con una voz pequeña. Su cabeza sobresalía del costado del anciano, detrás del cual escondía el resto de su cuerpo.
—Señorita… —El hombre mayor abrió su boca, queriendo decirme algo, pero yo lo interrumpí.
—Sé lo que quieres decir. Quieres que mi cuerpo físico la deje revivir —dije. Vi que los dos asintieron, y me burlé—: ¿Pero por qué lo haría?
Al hablar, vi que quedaron conmocionados.
—¿Qué? —dijo la chica alarmada.
—¿Cuál es la razón por la que te dejaré tener mi cuerpo?
—Usted ha muerto —repitió ella, pero el anciano cambió su cara y no me dio ninguna mirada.
—Es verdad que he muerto. En la vida de un ser humano, uno muere, lo he comprendido y lo he aceptado. ¿Pero por qué te dejaría tener mi cuerpo?.
—Incluso si has muerto, dejar atrás ese cuerpo no tiene sentido.
Bajo mi mirada resentida, ella se asustó y no pudo dejar de temblar. Estoy satisfecha, porque ella realmente debería estar asustada. Después de tantos años, he aprendido un método para volver a otros obedientes y temerosos de mí.
—Yo morí y quiero llevar mi cuerpo a la tumba. Ese es mi cuerpo, en el que he vivido por más de diez años. ¿Qué otra razón debo darle y basado en qué debo permitirle residir dentro de mi cuerpo, siendo que pretende tomar el corazón de mi marido, mandar a mis subordinados y disfrutar de la felicidad que obtuve de sacrificarlo todo? ¡¿En base a qué?! ¡¿Eres incluso digna de ello?! —pregunté furiosamente.
Provengo de la pobreza, y no he tenido padres desde muy joven. A la edad de cinco años, me vendieron a un burdel y soporté la humillación. Cuando tenía doce fui rescatada por una mujer y me convertí en su discípula. Apreté los dientes para continuar, acepté todo tipo de tortura y dolor para tener éxito. Me uní al círculo jianghu, fui insultada como un demonio por unos, perseguida por otros, mi reputación e integridad fueron empañadas. Agoté mi propia fuerza para probarme a mí misma, hice que ese frío hombre me notara, se familiarizara conmigo durante tantos años y me amara. Originalmente era arrogante, pero por fin he logrado que aceptara mi existencia en sus actividades diarias, en su vida… ¡Sin embargo, ¿en este momento debo regalarle todo injustificada y desafortunadamente?! ¡¿A alguien que no sabe nada, es estúpida, débil y sin talento?! ¿En qué se basa para decir que es digna?
¿Todos los obstáculos que soporte en mi vida? ¿Alguna vez has experimentado mi dolor?
Todo… Todo lo mío, lo que aún no he visto, lo que todavía no ha pasado.
Y así, sin más, con una sola frase “¡Has muerto!”, puede recibir abiertamente todo lo que es mío y reemplazar mi cuerpo humano. ¡No estoy de acuerdo, no puedo aceptarlo! ¡Incluso si todo es destruido, no se lo daré a ella!
—Ah, ¿por qué tienes que hacer esto? —suspiró suavemente el anciano, y sacudió la cabeza.
—Eres un Inmortal Celestial, sabes todo sobre mí. Los Inmortales Celestiales en el Reino Celestial están aislados y son fríos hacia los asuntos del mundo mortal. Ahora, ¿cómo puedes cometer un acto tan cruel como este?
Sé que él me entiende y sé que me vio antes.
¡Estoy insatisfecha, descontenta, ah! Por probarme a mí misma, he desgastado mi propio cuerpo, en toda mi vida no hubiese logrado casarme. Por haber salvado a mi esposo, recibí una herida interna. Cada día que viví fue un milagro.
¿Cómo puedo…? ¿Cómo puedo, simplemente, intercambiar todo? ¿Cómo puedo irrazonable y desgraciadamente regalarlo todo a alguien más…? ¿Cómo?
—Aun así, cuando mueras… ese cuerpo será mío —susurró ella. Lo entendía y a pesar de temerme, la arrogancia llenó sus ojos
—¡No estoy de acuerdo! —No la miré, sino al anciano.
—¡Hey! ¡Tú, anciano, tienes que resolver esto por mí! He muerto por ustedes. Me has dicho que me ayudarás a revivir.
La chica tomó su mano, agarró el cinturón del anciano y me miró con orgullo.
—Ah, esto, esto… —El anciano vaciló. Su mirada se alternó entre ambas.
—¡No me importa! Dijiste que me dejarías elegir. ¡La he elegido! —Pareció notar que el anciano estaba vacilando, y orgullosa de sí misma caminó en mi dirección dando círculos a mi alrededor—. Um… um… No está mal, no está mal. Realmente es hermosa. Sí, este cuerpo pronto será mío. ¿El Palacio de Xiao Yao? Ja, ja, la mejor doncella marcial y también ese maestro de artes marciales… Tenga la seguridad de que cuidaré de él.
Cuando mencionó a mi esposo, su rostro se puso rojo, como si estuviera pensando en algo grande.
¿Está segura de que mi marido será suyo? Tal estupidez me hizo sentir asqueada.
Miré a la estúpida chica que estaba frente a mí, y la intención asesina surgió del corazón. Debo matarla…
Levanté mi mano y usé la velocidad más rápida para ahogarla. Mi mano apenas le tocó el cuello, usando poca fuerza y de inmediato la vi llorando de dolor.
—¡Duele! —se retorció—. ¡Anciano, rápido ven a ayudarme!
—Ella merece morir. —Miré fríamente al anciano. Incluso si mi alma vuela y se dispersa, todavía quiero matar a esta basura que subestimó mi fuerza.
—Señorita, señorita esto…
—¡Ah! —Un suspiro, y la niebla blanca me cubrió. Delante de mí todo se tornó blanco.
♦ ♦ ♦
Desperté debido al dolor en los huesos de mi cuerpo.
Sé que es la última vez.
Lo vi mirarme con tristeza, y noté que sus ojos estaban húmedos. Dijo que los hombres no lloran. Dijo que no derramará lágrimas, incluso si se enfrenta a la muerte.
Pero… pero ahora mismo, ha llorado por mi culpa. Porque estoy a punto de irme, por mi culpa…
—Esta, esta vez… me temo que de verdad te dejaré, mi querido… —lloré trágicamente. Gota a gota, las lágrimas cayeron, haciendo que las limpiara, aunque no puedo borrarlo todo.
—Tú… tú estarás bien. —Su voz se hizo temblorosa, sus dos manos me abrazaron.
—Te deseo felicidad, todavía quiero estar a tu lado. Pero, pero… de verdad lo siento… No he dado a luz un hijo para ti…
—No necesito un hijo, solo necesito que estés conmigo. Eso es suficiente. Solo te necesito a ti. Prométeme, que vivirás, debes vivir…
Sacudí la cabeza y me eché a reír. Siempre atesoré las promesas. Prometí permanecer a su lado para toda la vida, para que ya no se sintiera solo.
Pero esta vez, me temo que la promesa realmente se romperá.
—Date prisa y muere. —La voz alegre y encantada durante la calamidad y el desastre viajó a mis oídos.
Mi rostro giró en dirección de la voz. Solo vi a un anciano y a una joven parados no muy lejos del borde de la cama.
Ella miró fijamente a mi esposo con una expresión hipnotizada. Realmente quiero sacarle los ojos, quiero matarla. ¡Estoy molesta, tan molesta!
—¿Estás bien? ¿Por qué de repente te has agitado? Tú no eres así. —Me acarició la espalda. Quería ayudarme a acostarme, pero lo detuve.
—Cuando muera, quema mi cuerpo de inmediato —dije mientras lo miraba.
—¡No! —se negó, sacudiendo la cabeza con dolor.
—Quema mi cuerpo, en cuanto deje de respirar, ¡inmediatamente me incineras! —Vi temor en el rostro de la chica, y que el anciano la abrazaba para calmarla.
De repente me sentí alegre al verlos entrar en pánico.
—Déjame convertirme en ceniza dentro del viento, a tu lado, junto a ti. —Cogí su túnica, para dejarle mirar mis ojos con cuidado, para que viera mi resolución.
Deseo la felicidad para él. Espero que pueda encontrar a alguien a quien amar, pero no puedo soportar que mi cuerpo sea robado por otra persona. No perdonaré que mi amor sea fácilmente reemplazado.
Es mío, lo llevaré a la tumba, lo llevaré al ataúd.
—¡Ugh! —Escupí un bocado de sangre mientras sentía como si las llamas estuvieran dentro de mi cuerpo.
Es doloroso.
—Prometelo, prométemelo… Te lo ruego…
Sé que está sufriendo, pero realmente no quiero que eso suceda.
—Está bien… bien, yo, estoy de acuerdo, te lo prometo…
Al final, él seguía cediendo a mis pedidos.
—Yo, debo irme. Si no recupero la conciencia. Quema mi cuerpo, no puedo permitir que nadie me reemplace.
Me incliné sobre su cuerpo, acurrucada en su abrazo.
La miré con burla cuando escuché sus gritos enloquecidos, y exhalé un último suspiro.
♦ ♦ ♦
Cuando mi alma se separó, me hicieron a un lado de inmediato. La vi reírse en voz alta en dirección a mi cuerpo.
Quería detenerla, pero todo mi ser ha sido atrapado. ¿Debo ver cómo me reemplaza?
¡No, no quiero!
Dolorosamente vi cómo mi cuerpo restauraba sus latidos. Vi una expresión sonriente en su dulce rostro. Vi que ese cuerpo saltó a sus brazos, y cómo se abrazaban.
—¡No quiero! ¡No quiero! Todo eso es mío, ¡mío! ¿En qué se basaron para que ella me sustituya, cuál es el motivo de estos tipos? ¡Que alguien me responda!
Comencé a luchar. Acepté el dolor por mi resistencia al hechizo del anciano para encarcelarme. Empecé a debilitarme, cada vez más… después de eso, vi que mi esposo la empujaba.
—¿Quién eres? —gritó con frialdad. Sin nada que la sostuviera, ella cayó.
—Yo, yo soy… —Es tan estúpida, ni siquiera sabe mi nombre todavía busca reemplazarme.
Su rostro palideció, y pensó de inmediato en una excusa.
—Yo, he perdido mis recuerdos… —dijo, lamentable—. Yo, solo recuerdo estar en un puente, después, después de eso bebí un cuenco de algo…
—¿La sopa de Meng Po?
Vi sus ojos felices, cómo se burlaba de mí y afirmaba con la cabeza.
¿Piensa que le creerá? Dijo algo como eso a propósito. Sus expresiones, conozco todas con claridad.
Él está jugando con ella. Realmente gracioso. Después de perder sus recuerdos entonces, ¿cómo recordaría que ha cruzado el río del olvido?
Nadie creería una mentira así. Nadie. Otras personas lo notarán también.
—Cierto, cierto, es esa sopa… después, después un inmortal dijo que no debía morir… así que entonces volví… Tú, eres mi esposo ¿cierto señor…? —Ella se levantó débilmente y estaba a punto de saltar a su abrazo, pero él la esquivó.
—Dijiste que debía quemar ese cuerpo, que querías convertirte en cenizas junto a mí —dijo.
—No, no, no… por supuesto que no. No, yo, antes pensé de esa manera, pero eso fue porque pensé que iba a morir. Pero no lo hice, ¿verdad? No morí, así que, por lo tanto, no…
—Pero ya lo he prometido. He acordado contigo, quemar tu cuerpo. Ya que me amas, te convertirás en ceniza con el viento y estarás a mi lado.
Cuando dijo esas palabras, él no la miró. Miró cada rincón de la habitación, menos a ella.
Sé que él está hablando conmigo. Está hablando para que yo escuche.
—Lo prometo, lo prometo… —asentí con la cabeza y lloré alegre.
—Pero tú, ya que te gusta este cuerpo, entonces también te convertirás en cenizas con este cuerpo. —Cuando terminó de hablar, hizo que los criados abrieran la puerta y salió de la habitación.
—¡No! ¡Por favor para! —Ella se arriesgó y golpeó la puerta, pero nadie la abrió.
De todos los que estaban en el cuarto, ninguno le creyó. Sabían que alguna criatura desconocida y demoníaca me había robado el cuerpo. Nadie quería rescatarla, nadie.
—Anciano, Anciano… ¡Rápido ven a salvarme, rápido ven a salvarme! ¡Ellos quieren matarme! ¡Matarme!
Ella no puede vernos, de modo que comenzó a buscar frenéticamente en la habitación. Buscó, pero nadie le contestó.
Levanté la cabeza para mirar al anciano que estaba a mi lado. Él todavía emitía una apariencia amistosa, una mirada suave, y la esquina de su boca tenía una leve sonrisa. Sin embargo, se quedó en silencio, mirando con compasión, pero sin hacer nada.
Después, encendieron el fuego y quemaron la habitación. Primero la madera, las cortinas y luego ella.
Gimió, gritó, y maldijo, enloquecida, hasta que finalmente se quedó en silencio.
Vi cómo el anciano se llevaba su alma, y la escuché hablar molesta.
—Dijiste que me dejarías revivir.
—Ya te he dejado revivir.
—Pero yo morí, fui quemada hasta morir.
—¿Qué tiene eso que ver conmigo?
—¡Tú…!
—He accedido a dejarte revivir y has revivido. Querías elegir el cuerpo y lo elegiste. Lo que te he prometido, ya lo he cumplido. ¿Todavía no estás satisfecha?
—Yo… Yo… Yo ¡No lo necesito! ¡Quiero vivir, quiero vivir! —Comenzó a llorar, y a luchar.
Pero ese ser blanco y negro ha llegado.
Usaron una cadena de hierro para contenerla y la arrastraron lejos. Los miré mientras se alejaban, y me sorprendí porque yo seguía aquí.
—¿No le has prometido que te convertirías en cenizas dentro del viento y te quedarías a su lado? —me dijo el anciano.
Levanté la cabeza con sorpresa. En mi corazón pensé en algo, pero no me atreví a verificar.
—Ve con él. Cuando estés segura de que ha muerto, vendremos a llevarte. —El anciano sonrió. Su aspecto era amistoso como antes, y su sonrisa calentó mi corazón.
—Gracias Inmortal… —Bajé mi cabeza para hacer una reverencia y me arrodillé.