—Adrianne, ¡por la presente, anulo mi compromiso contigo! —declaró ruidoso el segundo príncipe de este país Albarni, Su Alteza Gilbert, a mí, la tercera hija del condado Tarudia, Adrianne von Tarudia.
Con un visible rostro triunfante, la hija mayor del barón Missiori, Ravina von Missiori, estaba parada a su lado esperándolo.
La localización era el comedor del Palacio Real, donde una fiesta estaba teniendo lugar por el cumpleaños de la propia alteza Gilbert. La mayoría de los presentes eran nobles de este país, y también había un gran número de nobles extranjeros.
Ocurrió en el medio de nuestra reunión.
Los nobles de este país mostraban expresiones de confusión, mientras que los visitantes de varias naciones parecían curiosos ante la oportunidad de presenciar algo interesante.
El rey sujetó su cabeza, con una expresión que decía “Este idiota lo ha hecho ahora”. La reina se mantuvo inexpresiva… Era aterrador, ese rostro como una máscara Noh [1].
Era probable que el rey no estuviera haciendo ningún movimiento porque sabía que ya era demasiado tarde, y que si hablaba ahora la situación se saldría de las manos, así que dejaría que terminara.
—¡No escucharé tus excusas! Incluso si te aferras a mí ahora, es demasiado tarde, tú ya…
—He recibido tus intenciones. Entonces, de ahora en adelante, nuestro compromiso queda anulado.
—¿Eh?
Quizás pensó que suplicaría y me aferraría a él. Su Alteza Gilbert me observó con asombro cuando le comuniqué mi consentimiento.
—Eh, no, pero, tú…
—No tengo ningún interés en un hombre que, teniendo una prometida, y sin siquiera cortar con ella, tiene a otra chica esperando por él.
Más aún, este tipo de charla debería darse solo frente a la familia de uno. Solo puedo sentir que está actuando con malas intenciones al hacer una declaración arbitraria en un lugar como este con el fin de provocar que la otra persona adquiera el rol de villana.
—¿Pensó que acorralándome en el papel de la vergonzosa villana, usted podría ocultar su propia infidelidad?
—¿Q-Qué…?
Siendo yo, quien siempre lucía adormilada con los ojos entrecerrados y una apariencia despreocupada, él debió de pensar que tal contraataque nunca vendría.
No, incluso antes que eso, no debió considerar nunca que aceptaría romper nuestro compromiso fácilmente. Su Alteza parecía nervioso ahora que sus planes se fueron al traste.
Porque si esto continúa así, ellos serán los villanos.
No, bueno, eso era la verdad.
—Entonces, en una fecha posterior enviaré una petición oficial por la compensación por el tiempo dedicado al entrenamiento de reina, que ahora se volvió inútil, las limitaciones impuestas en la interacción con otros caballeros, la indemnización por la vergüenza que estoy recibiendo, y que influenciará en mis propuestas de compromiso futuras. Además de la compensación por manchar el nombre de mi familia…
Sí, a pesar de que Gilbert era el segundo príncipe, era el heredero. Debido a que era su prometida, recibí un duro entrenamiento de reina y me restringieron la interacción con otros caballeros.
—¡E-Espera! ¡¡Espera un momento!!
Cielos, parece estar bastante impaciente.
—E-Es evidente que tú has acusado falsamente y has acosado a Ravina…
—No conozco tal cosa. Y suponiendo que hice algo así, ¿qué derecho tiene la gata ladrona que robó mi prometido de quejarse? ¿Quién es el que hizo algo vergonzoso?
Interceptando sus palabras con las mías, Su Alteza Gilbert está siendo presionado.
—S-Sin embargo, ¡el problema es que has tratado de herir a Ravina!
—¿Herir? ¿De qué estás hablando con exactitud?
—¡No te hagas la tonta! ¡Trataste de empujarla por las escaleras en la Academia! ¡¿No es eso cierto, Ravina?!
—S-Sí…
En un instante, la expresión triunfante de la señorita Ravina palideció por algún motivo. Como si no hubiera planeado que este asunto se hiciera público.
—¿Tienes alguna evidencia?
—¡Las palabras de la hija de un barón deberían ser evidencia suficiente!
—¿Oh? Bien entonces, si la hija de un conde testifica que eso no sucedió, ¿entonces será evidencia suficiente también?
—Guh…
Él nunca pensó que perdería en un intercambio de palabras conmigo, que siempre me mostraba despreocupada. El príncipe se ve visiblemente agitado.
Pero, quizás percatándose de un contraataque, mostró una expresión triunfante.
—¡Testigos! ¡Hay testigos de la escena! ¡La hija del vizconde, Katia von Barbiér, la hija del duque Agathe con Verré, y la hija del barón, Lumia von Soliér, venid!
Ellas eran jóvenes damas nobles, y compañeras de clase nuestra. Es natural que estén en esta fiesta.
—S-Sí…
Por alguna razón, las jóvenes damas lucen nerviosas.
Es entendible. No deben haber considerado que serían llamadas en este lugar para testificar.
—¡Entonces ahora, testificad por favor! Primero de todo, hija del vizconde Katia von Barbiér, ¡cuéntanos lo que viste!
—S-Sí… Fue hace cinco días en la tarde, cuando las clases finalizaron, en la biblioteca…
—¿Un momento, por favor?
—S-Sí…
Ante mi interrupción, Katia detuvo sus palabras.
—Hace cinco días en la tarde, después de clases, en la biblioteca. El tema de la última clase de ese día fue Propiedad en el Palacio Real, la clase del profesor Baleine, ¿no es así?
—S-Sí…
—Entiendo. Entonces, por favor continúa tu discurso.
—S-Sí, ese día, cuando iba a la biblioteca, en lo alto de las escaleras estaba la señorita Ravina y-
—¡Sí, por favor detente en este momento!
—¡No saber cuando rendirse es desagradable, Adrianne!
Ignorando las alegaciones de Gilbert continué hablando.
—Señorita Katia. Si no me equivoco, los miércoles, tú… —Abrí los ojos de par en par, dejando fluir mis memorias—. Tú recibes lecciones de danza, ¿verdad? El profesor Bailleul es muy estricto, si alguien es impuntual, habrían extremas consecuencias y eso… Ese día también, cuando las clases finalizaron te apresuraste inmediatamente a casa, ¿no es cierto?
—¿Eh…?
—Por mi parte, cuando las clases finalizaron hablé unos momentos con la señorita Aria y la señorita Rosine, tras eso me dirigí a casa con la señorita Sandra y sus acompañantes, y después estudié en mi mansión con el profesor Percy, quien fue contratado por el Palacio Real, por el momento.
Dejé de lado las personas que estaban asombradas y continué con mis palabras.
—Como un miembro del vizcondado tratando de acusar a un condado con perjuicio, ¿entiendes qué tipos de consecuencias caerán sobre ti? Por favor, no pienses que esto acabará solo con usted. Ya que es un ataque malicioso del vizcondado Barbiér hacia el condado Tarudia, se convertirá en una guerra completa, ¿sabes? Por supuesto, el rey proporcionará el castigo correspondiente a los instigadores. En el mejor de los casos, su linaje caerá hasta el rango de barón; en el peor, les arrebatarán todo y caerán en la ruina, o quizás los ejecutarán… ¿Eres consciente? El vizconde, el marido de tu segunda hermana mayor, obtiene la principal fuente de su fortuna de los negocios comerciales con la casa de la prometida de mi hermano mayor…
La señorita Katia palideció. Parecía lista para desmayarse en cualquier momento.
—Ahora, continúa —la apresuré.
—El momento en que vi a la señorita Ravina en lo alto de las escaleras, recordé mis lecciones de danza, y regresé rápidamente a casa… —continuó ella con voz temblorosa. Luego, desapareció a paso veloz entre la multitud de invitados.
—Bien ahora, hija del duque Agathe von Verré, hija del barón Lumia von Soliér, ¿qué presenciaron y cuándo? Señorita Agathe, cuyo hermano mayor acaba de entrar a la Tercera División de la Orden de Caballería, señorita Lumia de la Casa del barón Soliér cuyo principal inversor ha caído en la bancarrota provocando que sus asuntos financieros se vean afectados, consideren sus vidas y piensen con cuidado vuestra respuesta.
—¡N-No sé nada! ¡Solo he venido porque Su Alteza Gilbert me llamó!
—¡L-Lo mismo va para mí! ¡Si no tiene negocios conmigo, entonces me retiraré agradecidamente!
Gritando, las dos desaparecieron rápido entre la masa de espectadores. Su Alteza Gilbert quedó completamente asombrado.
—A-Adrianne, esa actitud…
Oh, así que estás preguntando sobre eso, ya veo.
—¡¿P-Por qué recuerdas con tanto detalle los eventos de hace cinco días?! ¡Más aún, ¿incluso sobre la hermana mayor de esa chica?! ¡Has planeado todo esto desde el principio, ¿no es así?! ¡Esto era una trampa, ¿verdad?!
—¿Por qué razón iría hasta tales extremos para hacer que cayera usted en una trampa? Hacer algo tan sinsentido como eso sería una pérdida de tiempo, ¿no es así?
—P-Pérdida de tiempo… —dijo la sorprendida señorita Ravina.
—¡Entonces, ¿por qué recuerdas los eventos de hace cinco días con tal precisión?! ¡¿Y por qué tus ojos están abiertos apropiadamente?! ¡¿Qué sucede con ese rostro agudo y seguro?! —siguió gritando Gilbert.
Eh… ¿No puede ser que Su Alteza no sepa sobre ello? No hay manera, ¿cierto?
—No es como si fuera alrededor haciendo contacto con otros, así que es normal para los nobles de rango más bajo y los plebeyos no saberlo, pero que Su Alteza no tenga conocimiento sobre ello… Um, usted es consciente de que mi abuela es una consejera en el Palacio Real, ¿verdad?
—Ah, he escuchado que ella siempre atiende a todas las reuniones, y se le pregunta por opinión de vez en cuando… Es exactamente porque tu abuela existe que se estableció nuestro compromiso.
—Sí. Y mi abuela era la condesa… No, en verdad antes de que se casara en la Casa Tarudia, pertenecía a una casa con linaje de Caballeros. La razón por la que a pesar de ser una mujer de baja posición fue capaz de conseguir tal puesto es porque posee memoria absoluta.
—¿Memoria Absoluta? —preguntó, así que continué explicando.
—Sí, “memoria absoluta”, una habilidad que permite a una persona no olvidar nunca nada de lo que haya visto u oído. Por eso mi abuela tiene la historia de la nación en su cabeza, la lista completa de los miembros de la aristocracia, los contenidos de reuniones anteriores, y qué tipo de declaraciones se realizaron allí. Incluso todas las leyes y regulaciones de este Reino, todo está en su memoria.
—T-Tú no estás diciendo…
Sonreí dulcemente.
—Sí, también he heredado la habilidad.
El rey quería acogerme en la Familia Real. Sus verdaderas intenciones y esperanzas eran que pudiera entregar este poder a sus descendientes, por eso pensó en este matrimonio.
Sin embargo, el primer príncipe encontró a una mujer con quien quería pasar el resto de su vida. Habría problemas si me convertía en una concubina, ya que mi hijo no tendría el derecho a suceder el trono, así que sin otra opción nombraron heredero al segundo príncipe. Todo para que yo me convirtiera en la reina oficial.
—Aunque, ahora que nuestro compromiso se ha cancelado, las circunstancias han cambiado, así que me atrevo a decir que la posición de heredero regresará al primer príncipe…
—¿Qué…?
Su Alteza Gilbert quedó anonadado ante mis palabras.
Estaba segura de que ya conocía sobre este asunto…
—E-Entonces, ese rostro es…
—Ah, no tiene un gran significado. La habilidad de recordar cualquier cosa que haya visto u oído puede ser bastante problemática. Así que para no tener que recordar nada innecesario, siempre entrecierro mis ojos, ignoro muchas cosas, y me mantengo despreocupada…
—¡¿Q-Qué…?! ¡Cancelo la cancelación de este compromiso! ¡Solo fui engañado por esta mujer, no tengo ninguna intención de romperlo!
—No, siempre y cuando usted haya declarado personalmente la revocación, y como yo acepté ese resultado, el compromiso se ha anulado. Lo que queda es avanzar con las formalidades. Si se hubiera dado el caso de pronunciar la declaración frente a los miembros de la familia, podríamos haberlo conversado, pero puesto que lo declaró frente a un gran grupo de invitados, no puede actuar como si esta situación no hubiera ocurrido.
—¡Entonces, volvamos a comprometernos! ¡De esa forma no habrá problemas, ¿verdad?!
—No, no lo puedo hacer.
—¡¿Por qué?!
—Porque definitivamente no quiero.
Si el príncipe heredero lo deseaba, no había mujer que pudiera rechazarlo.
Creyendo eso, Su Alteza Gilbert mostró una expresión de incredulidad.
Bueno, solo era el príncipe heredero porque estaba comprometido conmigo. A partir de ahora sólo será el “segundo príncipe”, y después de eso, el “príncipe real”.
—Una persona que traiciona una vez volverá a hacerlo. Si tuviera que contraer matrimonio con alguien así a, entonces preferiría casarme con quien, al mediodía del doceavo día del segundo mes cuando tenía tres años, lamió mi herida para confortarme cuando me caí y lloré porque me había raspado el codo. O con quien, cuando tenía cinco años, en la tarde del vigésimo primer día del quinto mes me besó en la frente.
Mientras recordaba a esas personas mis mejillas se sonrojaron, y continué hablando.
—Además, ¿no se va a casar Su Alteza con la señorita Ravina? Han pasado dos meses desde el último día en que atendió a las clases de Artes Marciales, y ha estado descansando desde entonces…
—¿Q-Qué? Fue hace tres días cuando yo…
—¿Eh? Ah, es así, olvida lo que acabas de escuchar…
—¡¡Como si pudiera hacerlo~~!! —exclamé divertida.
El rostro de la señorita Ravena se volvió pálido y se hundió en el silencio.
He dicho algo malo…
Y hacia Su Alteza Gilbert, que todavía estaba en shock, dirigí unas últimas palabras.
—Debo aclarar que no solo soy incapaz de olvidar las buenas memorias, sino también sentimientos de enfado e infelicidad, o cómo me sentí al ser traicionada. Nunca, desde el fondo de mi corazón, absolutamente, por toda la eternidad, me dejaré llevar por Su Alteza. Eso es porque poseo ‘Memoria Absoluta’.
[1] Se trata de un drama lírico japonés que tuvo su apogeo en el siglo XVII. El Nō procede de las danzas rituales de los templos, de las danzas populares, de los escritos budistas y de la poesía, mitología y leyendas populares japonesas y chinas. En oposición al teatro Kabuki, es un drama aristocrático que sigue teniendo su público en la actualidad y se representa en un cuadrilátero elevado y rodeado por dos lados de público.