Nuestro Matrimonio Político – Capítulo 16

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


Leandroth cayó de espaldas en la cama con ella sobre él.

Sin preámbulos, sus manos apartaron la falda de su camisón y se colocaron dentro de sus bragas. Una mano acariciaba sus nalgas, mientras que la otra se enfocaba en su feminidad. Ella dejó escapar un pequeño gemido.

—Tu trasero también es suave y liso. Se siente muy bien.

— ¡Ah…Le..ann…

Ella gimió.

Sensaciones agradables corrían a través de ella y se centraban en su abdomen inferior. Sus pechos, expuestos, fueron empujados contra el pecho de Leandroth con fuerza, mientras se retorcía sus, endurecidos, pezones se frotaban contra la tela de su bata de noche. La sensación era casi, insoportablemente, frustrante. Ella gimió más fuerte. Su respiración se intensificó, mientras una sensación aguda y placentera, recorría el centro de su cuerpo.

— ¡Ahnnn!

Se sentía como si tuviera un pequeño orgasmo. El centro de su interior se puso más caliente, mientras se retorcía ante su tacto.

—Esto se está haciendo más difícil.

Ella lo escuchó gemir por encima de su cabeza pero, a diferencia de antes, su gemido la hizo sentir aún más caliente.

—Ja, ja, y eso que me había calmado un poco.

Mientras decía esas palabras, se sentó y se quitó su propia bata, desató el lazo restante que quedaba en el camisón de Matilda.

—Siento que estoy desenvolviendo un regalo especial —lo dijo con una sonrisa llena de felicidad.

Frente a su rostro sonriente, Matilda se estremeció aún más, todo su cuerpo vibro.

— ¡Oh Mattie! ¿Te sentiste bien?

Ella apartó la mirada.

—Sí…

—Hmm, excelente.

Le pidió que se sentara, para poder quitarse el vestido de noche, ella le sonrió.

—Me siento como una niña.

Le devolvió la sonrisa y dijo. —No estoy deseando a una niña.

Esa sonrisa, era bastante sospechosa. Él arrojó su camisón a un lado de la cama. —Levanta las caderas —ordeno y ella obedeció, él se quitó la ropa interior. La bata de noche de Leandroth se unió a su vestido de noche, sobre el costado de la cama.

Él, estableció su desnudez sobre ella. La firmeza de su deseo, le calentó la piel cerca del abdomen. Él suspiró de anticipación.

—Puede que al final sea un poco salvaje, lo siento.

Ella recordó el ejemplo anterior de que él estaba muy hambriento y sonrió.

—Sé que hay muchas cosas que no entiendo… —le dijo, mientras extendía sus brazos hacia él, —Pero, no me importa, no hay necesidad de contenerse…

Kiara
Siento que se arrepentirá de decir eso…

Ayanami
Yo igual (*/▽\*)

La colocó debajo de él, antes de que ella terminara, haciendo caso a sus palabras, Leandroth no se contuvo. Sus besos fueron demandantes y salvajes. Como si la estuviera lamiendo un perro enorme, a la vez que jugaba con todo su cuerpo, recibiendo sus atenciones, no pudo resistirse a gemir en voz alta. Luego de un pequeño juego previo, sintió la punta de su hombría, posicionarse en su entrada, él empujó dentro de ella. Ella, apretó la almohada con ambas manos para soportar la incomodidad.

Estaba cada vez más acostumbrada, pero aún dolía cuando la penetraba.

Él, estaba arrodillado entre sus piernas, usando sus grandes muslos para mantener sus piernas abiertas. Ella miró hacia abajo y lo vio. Parecía muy cómodo en ese lugar. Pero se dio cuenta de que no estaba avergonzada de tener su cuerpo al descubierto para Leandroth, más bien le gustaba. Una ola de sensaciones se apoderó de ella, centrándose en su interior ahora lleno.

— ¡Ah, ah! —Gritó, con la voz temblorosa, se había venido de nuevo.

—Mattie, no aprietes tanto —la voz de Leandroth era un débil susurro.

—No puedo evitarlo —chillo entre sus crecientes gemidos. Tal control, no había manera de que existiera.

—Es realmente lindo que te vengas, solo por sentirme dentro de ti.

Leandroth se tumbó sobre ella y acarició, suavemente, su mejilla y la abrazó con fuerza. Estaba contenta de que él estuviera feliz, las manos que sostenían la almohada se soltaron y se envolvieron alrededor de su espalda, él comenzó a moverse, con movimientos lentos y largos.

—Se siente tan bien, no puedo pensar en nada más.

—Yo también… —él gimió apretando los dientes, poco a poco comenzó a empujar más duro y más rápido. Las respiraciones de Matilda se aceleraron.

—Se siente tan bien estar dentro de ti, Mattie es porque estás unida a mí que puedo hacer esto….

—Leandroth lo dijo en un susurro en su oído.

Lamió el lóbulo de su oreja e introdujo su lengua en su canal auditivo, un indescriptible placer recorrió la parte baja de su espalda, ante sus caricias. Mientras hacía eso a Leandroth se le ocurrió una idea increíble.

—A partir de ahora, Mattie, cuando haga algo debes decirme si te gusta o no, y si quieres que lo cambie.

Ella, incapaz de pensar con racionalidad, asintió con la cabeza embriagada por el placer de sus embestidas. Él comenzó a moverse en círculos dentro de ella.

— ¿Se siente bien?, Preguntó.

Podía sentir su polla oscilando dentro de ella, disparando dardos de placer. Los sonidos húmedos de su interior cubierto de miel, llenaron sus oídos.

— ¡Sí…! —gritó.

— ¿Qué tal esto? —Preguntó, mientras cambiaba a empujes largos, lentos y profundos.

— ¡Ahn! Se siente tan bien. Mi cuerpo está tan caliente que creo que me derretiré~

—Eso es bueno, derrítete para mí, Mattie~ —dijo con voz ronca.

— ¡Ah..ah…nnn! —su voz se estaba volviendo cada vez más fuerte, ella trató de contenerla, pero le resultaba muy difícil.

—Mattie, déjame escuchar tus lindos gemidos. No te contengas.

Su empuje se hizo más profundo y rápido.

— ¡Haa…ah, oh, aaah!~

Él se pegó a su pecho y chupó sus pezones, su jadeo se volvió más rápido.

—Vente, Mattie…vente conmigo…hazlo por mí.

Su empuje fue profundo e implacable, mientras le pellizcaba los pezones y los chupaba, Matilda no pudo contener la marea cuando llegó. Al mismo tiempo, Leandroth gimió, profundamente, cuando se vertió en lo más profundo de su vientre. Segundos después, Leandroth intentó salir de ella, pero ella lo abrazó, deteniéndolo.

—Oh, ¿todavía no has tenido suficiente? —Bromeó, mientras se reía.

—Desagradable. —Ella resopló, su cara se sonrojó.

—Soy tu cariño y estoy feliz de que me mimes, pero eso lo agregare para la próxima vez, así que prepárate.

La besó con avidez, luego continuó repartiendo besos siguiendo el contorno de su rostro. Le hizo cosquillas cuando la besó en las mejillas, ella comenzó a reír. Se besaron a través de la risa. Pronto se perdieron en un beso, más profundo. Su lengua jugaba con la de ella a medida que profundizaban sus ansias mutuas. Podía sentirlo endurecerse de nuevo, dentro de ella. Ella gimió. Él ronroneó. De repente, la volteo y ella estaba sentada a horcajadas sobre él.

— ¡Oye!

Esta vez, él estaba abajo, este ángulo era distinto, se sentía extraño pero a la vez excitante. Incluso si ella estaba tratando de contenerse, las sensaciones son demasiado fuertes como para soportarlo.

— ¡Ah…! —Miró a Leandroth que yacía debajo de ella. Él estaba empujando dentro de ella sin parar.

Ella gimió, no tenía idea de qué hacer con sus manos, porque no podía alcanzar a Leandroth estando encima de él. Sus pechos se movían arriba y abajo, mientras la empujaba desde abajo.

Él se hizo más y más grande dentro de ella. La presión en su interior la hacía sentir extasiada e incomoda a la vez.

—Mattie, podrías mantenerte en pie —le dijo con los dientes apretados. Su respiración era áspera y pesada. Ella obedeció. Sus grandes manos se deslizaron por su cintura y sostuvieron sus pechos. Él los apretó con fuerza, ​​ella gritó.

Ella se mojó y los sonidos de él empujando en su interior, inundaron la habitación. Sus pechos fueron apretados con fuerza y, ​​oleadas de placer se extendieron a través de ellos, intensificándose. Su mente se puso en blanco y se perdió. Ella gritó, mientras él tiraba con fuerza de sus pezones, los cuales se volvieron más rojos.

Él acarició sus pechos, implacablemente, mientras empujaba su grueso miembro, duro y caliente dentro de ella.

—Mattie, eres tan linda —dijo casi sin aliento, sin embargo, se estaba riendo.

Parecía que ella iba a venirse otra vez, soltó un fuerte gemido, la mano de Leandroth fue hacia donde se unieron y comenzó a jugar con su bolita de carne. Ella gritó ante su toque. Inmediatamente después, pudo sentir que algo caliente se disparaba dentro de ella, parecía que Leandroth también se había venido.

Ella colapsó sobre él. Era bastante vergonzoso, el que su lugar secreto, todavía se contrajera a su alrededor. Leandroth le acarició la cabeza y se deslizó fuera de ella.

— ¡Ah…~! —ella gimió. De alguna manera se sentía, un poco, vacía. Pero si ella le pidiera que permaneciera dentro, eso volvería a suceder, y no creía que pudiera soportar otra ronda.

Imposible.

Se acurrucó contra Leandroth y él la abrazó con fuerza. En sus fuertes brazos, se relajó. Estaba cansada, pero se sentía muy bien, estaba, felizmente, envuelta en su calidez. Perdió la batalla y se durmió.


Kiara
Uff que calor ~ Al parecer nos confundimos de novela y aquí tenemos una Matilda bastante golosa, no creen lo mismo…oh! Lean no te contengas, espera no lo saques...jum, como que poco a poco veremos la evolución de Matilda. ha sido un capítulo de lo más intenso, espero lo hayan disfrutado, recuerden que Mattie y Lean son adultos, así que las escenas son un poco más fuertes de lo acostumbrado, sin nada más que decir, nos vemos en el próximo.

11 respuestas a “Nuestro Matrimonio Político – Capítulo 16”

  1. He leído novelas eroticas antes. Pero es la primera vez que logro apreciar una real comunicación de pareja. Porque casi siempre el hombre termina haciendolo o si es en el caso de la mujer es mucho mas imponente. Asi q me encanto que ambos trabajaran en equipo 😉👍

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido