Nuestro Matrimonio Político – Capítulo 29

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


Continuaron abrazándose en silencio. Ella inhaló su olor profundamente, su cuerpo se relajó. Sus brazos alrededor de sus hombros y cintura la hicieron sentir como si estuviera completamente atrapada.

—Matilda… —la llamó.

Ella miró su rostro sonriente.

—Leandroth —ella contestó.

Él, se sonrojo. Su rostro entero se tornó de un rojo intenso. Escondió su rostro en el hueco de su hombro, pero ella podía ver que incluso sus orejas se habían colorado.

—Me estás volviendo tímido —dijo.

Él es demasiado lindo, pensó ella.

—Contigo, me siento como un niño otra vez.

Sus palabras la hicieron feliz.

—Hubo una vez una historia de amor en la que la heroína le dijo al héroe: “Yo seré tu madre, tu hermana mayor y tu hermana menor, tu hija y tu amante”. Ahora, entiendo ese sentimiento. Amor, cariño, regaño, enojo…

— ¿Eso me haría tu padre, tu hermano mayor, tu hermano menor, tu hijo y tu amante?

—Mi esposo, mi aliado, mi amigo… —esas palabras la hicieron feliz, —mi amigo.

—Estoy muy feliz, aunque no hemos hecho nada.

Sus manos, que antes estaban sueltas, ahora acariciaba la piel de su cuello.

—Parece que tu confianza ha aumentado un poco —él anunció.

— ¿De Verdad?

—De Verdad.

— ¿Hablas en serio?

—Por supuesto, ¿por qué eres tan desconfiada? Serás castigada por desconfiar de mis palabras —dijo, mientras comenzaba a hacerle cosquillas. Ella inmediatamente, chilló de risa.

—Hey, ¡para! —Dijo, mientras reía fuerte.

—Eres demasiado ruidosa, Mattie.

El Primer Ministro está muerto y, deberían estar orando en silencio por su alma. Pero el emperador y su prometida se reían en su habitación. Era más bien, algo monstruoso para sus sirvientes.

— ¡Ah!

Él no estaba enojado con ella. Él también se rió y la abrazó.

—Ser un gobernante es solitario —dijo en voz baja —Siempre estoy siendo vigilado, mis acciones siempre son juzgadas. Cuando me convertí en Emperador, fui retirado de las líneas del frente. En el momento en que me eligieron, mi hermano y mis compañeros construyeron un muro entre ellos y yo.

Él la abrazó con fuerza. Ella no podía mirarle la cara, así que le acarició la espalda con suavidad.

—Nunca pensé que estaría tan solo… —dijo suavemente, su voz temblaba ligeramente.

El hecho de que él pudiera contarle sus penas, señalaba que su confianza en ella había crecido.

Demostrar que él dependía de ella tanto como ella lo era para él, es un pensamiento de bienvenida para Matilda.

El castillo es una enorme jaula de pájaros. Y el antiguo emperador abandonó la jaula, dejando a Leandroth. Leandroth quería dejar la puerta de la jaula abierta.

En cuanto a ella, Matilda ni siquiera se dio cuenta de que había estado en una jaula. Ella siempre había pensado que era algo natural.

—Incluso ahora, ¿Te sientes solo? —preguntó ella, suavemente. Su mirada sólo podía mirar hacia arriba a sus clavículas, ella lo besó allí y trató de hacer un chupetón, pero la piel permaneció intacta. Ella estaba un poco molesta por eso. Se puso un poco roja y lo miró. Leandroth tenía una sonrisa irónica en su cara.

—Tenía la intención de tener una conversación seria, pero ahora estoy algo distraído.

—Oh, no quería molestarte —dijo disculpándose.

—Mattie… —llamó, mientras alejaba su corsé y su camisa.

— ¿Eh…?

Su voz fue mitigada, cuando él le puso la seda sobre la cabeza.

Él abrazó su cuerpo desnudo, —Se siente bien —susurró.

Él se rió.

—Esa es mi línea —dijo ella, mientras lo acariciaba en su espalda.

—Muy Suave.

—Si estoy cerca de mi hermano, ellos dirán que estoy favoreciendo a los Caballeros y al ejército. No puedo hablar con los mercenarios porque dirían que somos de clases diferentes. Si soy amigable con los sirvientes y ayudantes, la gente dirá que mi juicio se nubla a causa de mis ayudantes.

—Quiero tratar a todos por igual, pero me dicen que es imposible, que la especialidad y el estatus de cada uno son diferentes.

—Si quiero ir a algún lugar, no puedo simplemente agarrar un caballo e irme. Tienen que verificar la seguridad de la silla y el arnés, esto y aquello, por si acaso alguien pudiese haberlo manipulado.

—Si tengo hambre por la noche, no puedo pedirle a un sirviente que me traiga comida, porque un enemigo puede aprovechar la oportunidad para envenenarme, así que tengo que dormir con hambre.

—En el campo de batalla, no puedo andar libremente, ya que hay un muro de guardias a mi alrededor. También podría tener un objetivo marcado sobre mí. Y, cuando fui a limpiar el sudor, me dieron agua que estaba reservada para que los soldados la bebieran. Podría decir que no necesito que se haga tal cosa por mí, pero no puedo decir tal cosa. Todo lo que dije fue, que solo necesitaba una toalla mojada, pero pensaron que estaba siendo sarcástico. Estaba tan molesto por eso. La delegación fue tan ruidosa y no pude dormir durante días. Se abrazaron y se rieron sin alegría.

—Sé que tengo la suerte de nacer en la realeza y el lujo. Pero a veces, también tengo quejas.

—Cierto. ¿Has estado esperando a alguien para poder quejarte? —ella preguntó.

Leandroth la miró y con cuidado barrió el cabello de su cara.

— ¿Tienes muchas quejas? —preguntó ella, inclinando su cabeza.

—Hubo otras dos candidatas para el matrimonio, ya sabes, una Princesa del Este y una Princesa del Oeste.

—Así que visité ambos lugares por un rato y traté de conocer a las Princesas. Al final fue demasiado molesto. No puedes tratar a personas con diferentes personalidades de la misma manera. Y, a juzgar por su carácter, no habrían estado a gusto en mi corte ni en las oficinas.

— ¿Así que me elegiste porque no parecía alguien molesto? Y, como fue de esa manera me hablaste al principio, como si estuvieras hablando con un niño.

— ¿No hablaste cortésmente al principio?

— ¿Así que…?

—Entonces, es lo mismo.

Se reflejaron el uno al otro, inclinando sus cabezas.

—Hubo una princesa que no tenía mucha gente con quien hablar, así que tuve que escuchar una conferencia sobre filosofía matemática fue, bastante gracioso —parecía bastante molesto para ella andar por las ramas.

Matilda entrecerró los ojos y puso mala cara. Leandroth recordó lo que dijo.

—Me gustan las Matemáticas, es divertido —dijo ella de manera concisa, —así como la Astronomía.

— ¿De verdad? Las únicas matemáticas que aprendí se referían al presupuesto, a los impuestos y al gobierno. Fue más tedioso que interesante. Me temo que es imposible para mí hacer algo más que eso. Por favor, perdóname —Dijo, riéndose aunque en tono de disculpa. Su risa parecía abundante y libre.

—Es agradable hablar contigo así —El comentario fue tan repentino que Matilda se olvidó de parpadear.

—Es la primera vez en ocho años que he hablado con alguien correctamente.

—Oh Leann.

—Me he sentido solo, por mucho tiempo…

Ella puso sus manos en sus mejillas, —Estás frío, deberías calentarte.

Su rostro se sintió caliente en sus manos, la suya también se sintió caliente.

Se quitó el resto de su ropa, incluso la ropa interior. Se sentó contra la cabecera y la atrajo hacia sí para que ella estuviese encima de él, inmediatamente, su mirada se dirigió a sus pechos, ella se sintió tímida.

— ¿A Leann le encantan los senos?

—Me gustan estos pechos porque son tuyos, aunque estuvieras vestida, todavía me llamarían la atención —dijo sonriendo.

Era gracioso que ella nunca se hubiera dado cuenta de eso.

—Oye, esta vez, no puedes acariciar demasiado mis pechos.

— ¿Por qué no? —preguntó inclinando su cabeza.

Su expresión es como la de un niño al que le habían dicho que no podía jugar con su juguete favorito.

—No quiero que los jales tan fuerte, se estimulan demasiado y duelen un poco —ella murmuró.

La giró hacia un lado, para que estuviera recostada contra su pecho. Él levantó sus pechos de abajo hacia arriba, honestamente, la estimulación no le dolió.

— ¿Doloroso? —preguntó.

—Un poco. Es lo mismo que cuando estoy emocionada pero con una pequeña herida. —Su cara estaba rosada mientras murmuraba.

Le masajeó los senos en un círculo, le dolió un poco, pero todavía se sentía bien. Ella se sintió débil, cerró los ojos y se recostó contra su sólido pecho.

— ¿Es sólo doloroso? —preguntó.

—Se siente bien, sólo duele un poco —ella respondió con la verdad.

Él sonrió en su oído y susurró,  —Eres muy honesta —Mantuvo su sensual caricia en los suaves pechos de Matilda, ella dejó de preocuparse por los gemidos que salían de sus labios.

De repente los soltó y rebotaron cuando cayeron. Luego los recogió de nuevo.

—Se han vuelto muy puntiagudos —susurró él, frotando sus pezones con el centro de sus palmas.

—Ah~ —ella gimió, inesperadamente.

— ¿Dolió? —Preguntó sorprendido. Parecía que el gran perro estaba frunciendo el ceño.

—Es difícil decirlo en este momento… —respondió ella, especialmente cuando estaba empezando a sentirlo entre sus piernas.

Le gustaban los senos y le gustaba acariciarlos, por lo que se preguntó cómo se sintió cuando ella le dijo que le dolían, mientras los tocaba.

— ¿Incluso si duele, tengo que soportarlo…? —preguntó, de alguna manera, se sentiría triste si él dijera que sí, pero él respondió sinceramente.

—Aún tenemos mucho tiempo, dime donde te duele y cuánto, a veces el dolor puede ser muy placentero.

Él tiró de sus pezones con fuerza.

Comenzó a acariciar su pecho de nuevo, así que ella suspiró aliviada. Aunque le dolía, también se sentía bien, el estímulo se disparaba directamente hacia la parte inferior de su abdomen, ella podía sentirse mojada. Se frotó las piernas con fuerza.

Su mano acarició su estómago y atravesó los rizos de nogal que guardaban el lugar secreto entre sus piernas, fuertemente cerradas. Su cuerpo tembló cuando él frotó suavemente su perla de amor.

Él sonrió, mientras le acariciaba la parte interna del muslo y le separaba las piernas, exponiéndolas al aire, haciéndola temblar con la sensación y la anticipación.

—  ¿Cómo se siente ahí? —preguntó cuando su dedo entró en su apretado agujero que estaba mojado.

—No duele, pero…

—Es algo más agradable que el dolor, ¿no? —susurró él, mientras lamía el lóbulo de su oreja.

Ella gimió y asintió.

Su dedo se movió suavemente en su hendidura. Sus movimientos eran ágiles y suaves, como su placer era importante para él. Trazó pellizcos y besos en su cuello, mientras que una mano acariciaba su pecho y pezón, la otra mano continuó su suave ataque dentro de ella.

Tenía ganas de reírse como si alguien le hubiera dado muchos dulces.

Era como si Leann estuviera recogiendo delicados pedazos de vidrio, su toque es realmente delicado.

Él hizo un camino de besos y lamidas, desde su pecho hasta su abdomen y, finalmente, entró en ella. Su unión fue suave y pausada, lo suficiente para un cuerpo demasiado sensible. ¿Pero era suficiente para él?

Ella abrió los ojos para mirarlo.

—Mattie, esa expresión es una falta —él gimió y ella pudo sentir que se hacía más grande dentro de ella.

—Ahn~… —gimió ella.

La sensación se intensificó, subiendo por su espina y hormigueando en su piel. Él empujó en sus profundidades lentamente, pulgada a pulgada, hasta que estuvo profundamente dentro de ella. El sonido del acoplamiento húmedo, llenó la habitación. Creció una frustración, un ansia llena de una necesidad de satisfacción.

—Leann… —gimió ella, mientras inconscientemente, su cuerpo se movía a la par de Leann para aliviar la sensación de frustración.

—Mattie, me siento bien —él susurró sobre ella, con una vaga sonrisa en sus labios.

Se retiró lentamente, para luego embestir profundamente con fuerza.

—Ahn ~ yo también~

Las paredes de su vagina comenzaron a contraerse a su alrededor.

—Vas a venirte pronto. Te estás apretando a mí alrededor.

—Ah~…es inútil… ah-ah~

—Vente por mí, Mattie —dijo en un susurro ronco, cuando se acercó a ellos y comenzó a frotar su clítoris.

— ¡Sí! —ella gritó. Estaba empujando, trazando círculos con sus caderas, ella se encontró con sus estocadas. Su cuerpo rebotó, mientras empujaba cada vez más fuerte.

Se sintió exquisito.

Sus embates se intensificaron y ella sintió que se rompería.

—Ah ~ ah ~ ah~

Estaba disfrutando el momento, las sensaciones eran muy agradables, no quería que terminara. Ella no quería esa sensación de soledad que la embargaba cada vez que él la dejaba. Las paredes de su tarro de miel se contrajeron a su alrededor, ella aplaudió mentalmente a su cuerpo por actuar más rápido por instinto que por el pensamiento.

—Me siento muy bien.

Dijo que se sentía bien pero, él la hizo sentir aún mejor.

Mientras la follaba profundamente, le pellizcaba sus pezones rosados. Con el peso de él sobre ella, sus embestidas y las caricias a sus pezones, Matilda llegó a su clímax. Sus paredes se contrajeron con fuerza.

Ella, envolvió sus piernas alrededor de él. Estaba un poco nerviosa, al momento en que su cuerpo se estremeció de forma incontrolable.

Después del clímax se sintió débil, no podía moverse. Leandroth la abrazó y la levantó, mientras aún estaba dentro de ella. Agarró sus nalgas y la levantó.

— ¡Oh! —ella gritó. La estimulación fue abrumadora.

Sosteniéndola sobre sus muslos y sus nalgas, comenzó a moverla hacia arriba y abajo. Se estaba volviendo loca por la frustración. Podía escuchar el sonido de sus jugos de amor, podía sentirlos resbalando por su trasero. Él no estaba entrando completamente en ella, solo la punta de su gruesa hombría, penetraba un poco más allá de la entrada de su vagina. Ella se aferró a su cuello y él aprovechó la oportunidad para succionar sus pechos. Esto se prolongó durante un tiempo, en todo momento, ella deliró con placer y frustración, lo quería más profundo.

—Ah… hn…ah…n~

La frustración creció,

—Leann… —dijo ella, —más profundo.

— ¿Qué, Mattie?

Ella lo dijo con más firmeza.

—Más profundo~.

—Más profundo, ¿dónde?

Las lágrimas brotaron de sus ojos debido a la frustración y las burlas, —Por favor, ve más profundo dentro de mí.

Finalmente, el metió el objeto de su deseo, profundamente en ella, alcanzando su cuello uterino, — ¡Ah~! —Ella lloró alegremente.

—Eso se siente tan bien, estoy llena de Leandroth, se siente muy bien.

Leandroth movió a Matilda arriba y abajo de su polla, lentamente, sus gemidos se hicieron más frecuentes. Su respiración se volvió menos profunda.

—Se siente tan grande dentro de mí.

—Mattie, voy a salir.

Matilda sonrió ante el sonido de su voz, ella estaba algo aturdida.

—Estoy saliendo.

Bajó su cuerpo sobre la cama, pero la sostuvo por su cintura. Sus manos acariciaron las nalgas de Matilda, mientras empujaba dentro de ella otra vez.

Ella envolvió sus brazos y piernas alrededor de él y apretó las paredes de su vagina alrededor de su gruesa virilidad.

La cabeza de su polla se apoyaba en la entrada de su matriz, ella podía sentirla pulsando y enterrándose más profundamente.

La atrajo hacia sí para enfrentar sus intensas embestidas. Él la besó profundamente. Su cuerpo fue sacudido por él.

Su mente y su cuerpo estaban llenos de él.

Podía sentir la construcción del clímax, así que se dejó ir. Su cabeza se puso blanca cuando él le disparó su leche caliente en ella.

6 respuestas a “Nuestro Matrimonio Político – Capítulo 29”

  1. Que lindo início de cap. Quando ela dise que queria ser tudo pro nosso lindo Leann, Depois foi hentai hard🙈😳 obrigada pelo capítulo 👍

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