Nuestro Matrimonio Político – Capítulo 9

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


La luz de las velas iluminaba el baño, mientras se reflejaba en los accesorios dorados.

Matilda tenía la cara cubierta con sus manos por la vergüenza. Su piel brillaba a causa del jabón y el agua caliente, Leandroth la abrazó por detrás, apretando sus pechos con sus manos.

Esto se parecía bastante al baño que tomaron hace tres noches. Al igual que esa vez, él sostenía los pechos de Matilda con ambas manos, esto se había vuelto un hábito. Los estaba sacudiendo y sintiéndolos desde abajo, como si estuviera disfrutando de su peso, mientras miraba por encima del hombro de Matilda.

—Hmm, el peso es diferente en el agua —dijo pensativamente.

— ¿Es as…?

¿Cómo debería responder ella? Se sentía totalmente diferente cuando la trajeron, estaba un poco aturdida después de la aventura de esta mañana.

— ¿Te sientes tímida? —preguntó con una sonrisa burlona. Su voz le causó escalofríos en el vientre, avivando un pequeño fuego.

—Por supuesto —se sentía sin aliento, se mordió los labios, era bastante irritante que su voz temblara, pero no podía evitarlo, todo su ser vibraba a causa de sus nervios.

— ¡Ah ~ después de haber trabajado tan duro durante todo el día, los pechos de mi amada esposa, son sumamente reconfortantes, esto es el cielo ~!

Ella aún no era una esposa, pensó. Había tantas cosas que le gustaría decir, pero estaba atrapada suavemente. No han tenido su ceremonia de boda y ella, recientemente, había querido dejar de vivir. Todavía le sorprendía que una persona como él, aceptará y deseará, a alguien como ella.

Era una sensación deliciosa, imposible de resistir, una sensación, bastante curiosa.

Ella miró a ese hombre con su mentón sobre su hombro derecho, él estaba sonriendo, al verlo ella también sonrió. En una proximidad tan cercana, ella comenzó a sentirse un poco caliente, por lo que se sonrojó. No era un calor causado por el agua.

Ella estaba desconcertada debido a las ligeras burlas ¿Cómo podría ser “sanado” por ella y sus pechos?

Ella miró su pecho. Estaban siendo apoyados desde abajo en sus grandes palmas. Los pezones eran rosados ​​en contraste con su piel blanca. Cada vez que movía sus manos, el agua y su carne se ondulaban.

Matilda tomó, suavemente, las manos de Leandroth y las apartó de su pecho.

— ¿Mattie? —preguntó confundido. Ella no respondió, pero se giró para mirarlo, se sentó sobre sus rodillas y lo atrajo hacia ella. Su cabello castaño dorado era suave entre sus dedos, mientras su cara estaba presionada contra su pecho.

No le desagrada ser abrazada por Leandroth. Ella sintió, cierta satisfacción debido a la calidez de su cuerpo contra el de ella. Entonces, ella quería intentar abrazarlo. Matilda se puso rígida cuando se dio cuenta que, no solo lo había pensado, sino que lo había llevado a cabo.

Debido a que él le dijo que lo había sanado, se puso feliz y lo abrazó sin pensarlo. Tal vez solo se refería a él tocándola, y no a iniciar el contacto. Si es así, ¿estaba ella, con este abrazo, disminuyendo su placer?

—Um…tal vez… —comenzó a decir en voz baja, pero miró a Leandroth y él se veía satisfecho, enterrando su rostro entre sus pechos. Con base en sus acciones, se dio cuenta de que no lo estaba haciendo infeliz, se sintió aliviada.

— ¡Ah~! —ella suspiro a pesar de sí misma. Incluso pensó que no era muy fuerte, sus gemidos parecían hacer eco en el baño, se llenó de vergüenza ante ellos.

Su mano izquierda dibujó, suavemente, círculos alrededor de su pecho derecho, mientras que la otra mano acariciaba sus nalgas. Las sensaciones que Leandroth le provocaba la hicieron sentir débil.

— ¡Nnnn~! —ella gimió mientras él chupaba su pezón izquierdo, como un bebé siendo alimentando. Era un bebé grande, pensó con bastante alegría mientras acariciaba su cabello.

Le recordó a la celebración de sus hermanos pequeños [Zuben: ¿De verdad? ¿En un momento como este?] Por supuesto, ella no estaba desnuda ni alimentándolos. Esta sensación cálida y difusa, generó nostalgia en su corazón, junto con un doloroso anhelo. Ella esperaba que sus hermanos estuvieran bien. Las caricias de Leandroth la devolvieron al presente.

— ¡Kya~! —ella gritó, mientras él chupaba un poco más fuerte su pezón. Hacer tal ruido sin previo aviso, la puso terriblemente avergonzada, no quería mirar hacia abajo.

—Eres realmente linda —El susurro sensual de Leandroth resonó en el baño. Ella se sonrojó.

¿Ella era linda?

Un signo de interrogación apareció flotando en su mente.

—Tus pechos me están sanando, pero tu trasero también se siente confortablemente bien —dijo descaradamente, mientras le daba palmaditas en la nalga derecha. Ella, involuntariamente, abrazó su cabeza más fuerte a su busto, mientras él acariciaba su muslo interno. Una risa divertida se podía escuchar desde su pecho.

—Mattie es realmente mi droga de recuperación.

Aunque ella sonrió, las palabras todavía la confundían. Leandroth levantó la cabeza y se levantó de la bañera, el agua bañaba su musculosa desnudez.

—Vamos a la cama —expresó mientras la levantaba y la sacaba del baño. En el vestidor, ella se secó suavemente y se vistió con un camisón, él la arrastró a su habitación y se metió en la cama. Matilda no se resistió.

Resistencia…se preguntó si estaría dispuesta a luchar. Estaba sorprendida por ese pensamiento.

A pesar de que todavía no se habían casado, nunca pensó en no tener relaciones sexuales con él. Aunque solo habían estado juntos por poco tiempo, si él pidiera sexo, ella no lo rechazaría.

— ¿Esto es algo malo? Lo es ¿no? y si no lo es ¿Cuál sería el significado?

—Mattie —llamó en voz baja. Ella lo miró, tenía una sonrisa encantadora en su rostro. La atrajo hacia su pecho y la abrazó, ella cerró los ojos mientras su mejilla disfrutaba de la calidez de su amplio torso.

Su mano grande acarició su espalda y sus brazos, sus ojos se cerraron.

Se sintió tan bien. Pero tenía miedo de que estuviera adormilada.

—Ah

— ¿Hmm?

Leandroth miró hacia ella.

—Leann, ¿no tienes sueño? No has dormido durante dos días. Al menos tomemos una pequeña siesta y luego… —notó a mitad de la frase lo que estaba a punto de decir. Matilda se sumió en un silencio confuso. Ella había estado preocupada por su bienestar, pero en algún momento, su mente se desvió en una dirección extraña.

Ella cerró su puño contra el pecho de Leandroth. ¡Idiota! Era como si quisiera hacerlo con él.

Leandroth se rió alegremente y acarició suavemente el cabello de Matilda.

—Está bien, ya tuve una siesta. Si fuese un campo de batalla, no dormir durante algunas noches sería lo normal.

Matilda se sintió aliviada de no haber tomado en cuenta la implicación de sus palabras, pero todavía estaba preocupada por Leandroth.

—No importa, mantenerse saludable también es parte del trabajo.

— ¿Ehhhh? —Sonaba como un niño mimado.

—Sí, así es, por favor duerma bien.

—Si quieres que me vaya a dormir antes, tendrás que cooperar conmigo —dijo, acariciando su cabeza.

— ¿Cooperar…?

—Sí, hacer un poco de ejercicio agotará mis energías y dormiré muy bien —susurró descaradamente, moviendo las cejas y sonriendo alegremente. Matilda se rió y lo abrazó con más fuerza. Su sonrisa colgó cuando recordó.

—El ramo que enviaste se secó ¿por qué me lo diste?

Matilda levantó su rostro para mirarlo, él le acarició la espalda.

—Diecisiete…

— ¿Huh?

—En esos tres días, te escribí diecisiete notas.

Ella se puso más alerta ante sus palabras

— ¿Hay oposiciones para este matrimonio?

—Eh…bueno, lo mantuve oculto a propósito. No tenía otra opción, porque hay más oficiales de los que pensaba que apoyan a los ministros antes que a mí.

Su tono era ligero, Matilda no podía leer las verdaderas intenciones de Leandroth.

—Luchemos juntos, mi esposa.

Dijo, dándole una radiante sonrisa que casi detiene su corazón.

— ¿Luchar?

—Sí, porque no tengo ganas de luchar solo. Te contaré más mañana, pero por ahora…

Los signos de interrogación revoloteaban sobre su cabeza, pero fueron quemados por la mirada colorida de Leandroth y no pudo pensar más.

Él tomó sus labios en un beso, haciéndola suspirar de placer, hambriento de sus labios la beso si contenerse.

Sus pechos fueron atrapados en sus manos desde la parte superior de su camisón, él los acarició cuidadosamente.

La carne suave llenó su palma. Ella gimió ante su toque. La tela de su camisón no pudo ocultar el color de sus pezones, haciéndolos visibles, atrayéndolo en un suave silencio.

Leandroth tomó un pezón en su boca a través de la tela y lo chupó suavemente. Mientras movía su lengua alrededor, con su mano libre, frotó y apretó entre sus dedos el otro pezón.

La carne endurecida empujó contra su dedo. Su caricia causó que, las sensaciones hormigueantes, fluyeran desde su pecho hasta su lugar secreto, se retorció y se frotó las piernas inconscientemente.

A medida que las sensaciones placenteras crecían por las caricias a sus pechos, ella separó sus piernas y las envolvió alrededor de la cintura de Leandroth. Su ropa de noche, solo estaba ligeramente abrochada, por lo que sus piernas quedaron expuestas rápidamente. Leandroth estaba desnudo, solo la delgada seda de su vestido de noche estaba entre ellos. Gimió, al sentir cuando su miembro viril, le rozó por encima de la tela.

Soltó los lazos de su vestido de noche, quitándolo del hombro izquierdo, para exponer su pecho y tomó el pezón en su boca. El sonido de él chupando, llegó a sus oídos y el dolor entre sus piernas se intensificó.

Con fervor, quitó el vestido de noche del otro hombro, la tela rozó con fuerza su pezón y le hizo gemir por los diferentes estímulos,

— ¡Ah ~…! —se sintió tan bien. Pasó los dedos por el cabello de Leandroth, mientras le chupaba el pecho. Su cabello castaño dorado era tan suave, y las sensaciones eran agradables y cómodas, quería ser acariciada por un tiempo.

—Mattie…

Llamó con su voz llena de deseo. Ella vio como él arrastraba besos por su pecho. Con su cuerpo empujando y frotándose contra ella, la besó profundamente, mientras sus manos vagaban por el suave cuerpo de Matilda. Sus lenguas se entrelazaron, cuando los besos se profundizaron y se perdieron el uno en el otro.

Se apartó del beso y un hilo de saliva plateado, brillaba a la luz de la luna, colgando entre ellos.

— ¿No te gusta? —preguntó con voz ronca. Su ritmo cardíaco se elevó y su respiración era corta. Leandroth la miró con una expresión algo ansiosa. Ella sacudió su cabeza de lado a lado en respuesta y Leandroth sonrió.

—Si no te gusta, dímelo correctamente ¿Bien?

Acarició sus mejillas. Él le habló como si estuviera hablando con un niño. De alguna manera fue divertido y ella se rió.

—Sí lo haré. —Ella respondió a través de sus risas. La sonrisa de Leandroth se prolongó durante kilómetros, mientras él enterraba la cara en su cuello y comenzaba a besar, chupar y morder el camino por su cuerpo. Hubo un placer ligero, cómodo y, a veces, un intenso “dolor”, pero incluso ese dolor era, más bien, placentero.

El vestido de seda, fue apartado y su mano acarició la cara interna de sus muslos. Sus dedos rozaron su centro, suavemente. Matilde sintió que estaba a punto de volar del placer. Se retorció inconscientemente, había un dolor placentero incrementando entre sus piernas.

Leandroth sonrió a sabiendas. Matilde se sonrojó y quiso inventar una excusa, pero él solo sonrió y la besó. Era maravilloso dejar de pensar en cosas aleatorias por un momento. Sus dedos entraron en ella, mientras la besaba haciendo que se arqueara y gritará contra su beso. Húmedos sonidos llenaron la habitación, mientras sus dedos eran empujados dentro de su lugar secreto. Matilda se sonrojó y gimió cuando echó la cabeza hacia un lado. Leandroth se movió hacia abajo para estar entre sus piernas.

La luz de la luna y las velas cerca de la cama, iluminaron a las dos figuras en la cama. Sintió su lengua en el lugar más incómodo entre sus piernas, mientras sus dedos jugaban dentro de ella. Era extraño. Sus dedos dentro de ella no dolieron tanto como hace tres días.

¿Se estaba acostumbrando?

A medida que la intensidad de sus dedos aumentaba, él continuó lamiendo la perla en la parte superior de sus hinchados pétalos de flores, sintió una sensación recorrer su cuerpo y centrarse en su centro. Los dedos de Leandroth tocaron una cierta parte de ella y todo se volvió blanco,

—algo…ah… ¡viene! —ella lloró.

Su cuerpo temblaba y apretaba alrededor de sus dedos después de su liberación. Ella quería cerrar sus piernas pero estaba extendida a su alrededor, él no la dejaba hacerlo.

—Estoy en mis límites, Matilde…

Ella se sintió sin aliento cuando Leandroth se le acercó, levantó sus piernas y su miembro caliente se presionó contra su calor mojado.

— ¡Ah ~! —lloró cuando él entró en ella. El dolor fue mucho menor que la última vez, pero aún se sentía como si la hubieran destrozado.

—Mattie, eres tan estrecha…se siente tan bien.

Aunque, Leandroth estaba ansioso por Matilda, ella todavía estaba luchando contra el dolor, él empujó lentamente hasta que estuvo completamente dentro de ella. Él se inclinó sobre ella, sus cuerpos se unieron y él la besó. Su cuerpo estaba lleno de Leandroth, su boca estaba llena de Leandroth.

Cuando comenzó a empujar, comenzó a sentirse aún mejor. Ella lo abrazó. Al ver a Matilda sonrojarse de placer en lugar de dolor, con sus brazos alrededor de él. Leandroth estaba feliz desde el fondo de su corazón. Empezó a empujar más fuerte y Matilda se perdió de nuevo.

4 respuestas a “Nuestro Matrimonio Político – Capítulo 9”

  1. Muchas gracias por la traducción, edición y por todo el capítulo.
    Mientras tanto, seguiré esperando más de esta interesante historia de amor, que no le falta amor :3

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