Sir Donau disfrutó tranquilamente de las maravillosas aguas termales de Sitrin. Basado en la actitud de Pollyanna, parecía que cualquier asunto urgente por el que preguntaba su hermana estaba resuelto ahora. Había estado viajando a un ritmo agotador para llegar aquí, por lo que Donau se sentía cansado. Estar en el agua humeante ayudó mucho. Estaba acostumbrado a lavarse con agua fría ya que el sur siempre hacía mucho calor, por lo que era agradable disfrutar de un baño tibio.
Después del baño, lo invitaron a un festín. Sir Donau estaba agradecido por un tratamiento tan lujoso, pero no podía dejar de pensar: Seguí leyendo “El emperador y la mujer caballero – Capítulo 306”