Se la conocía comúnmente como “Estrella de Roshan”. Esta hierba era la que masticaba mientras se desplazaba desde la cueva hasta el templo, la flor de la que separó las hojas y desechó el resto. Era una planta venenosa, a menudo llamada Scopolia japonica, que no debía usarse sin permiso, ya que los animales podían comerla por error y volverse salvajes.
—¿Esta hierba fue la causa del accidente? Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 94”
Cuando pasó una sola vez su mano sobre el pelo mojado, se le veían claramente los huesos y tendones que llevaban al dorso de las manos y los antebrazos, la nuca y los hombros, la espalda y la cintura. Debido a su lesión en la espalda, no podía sumergirse en la bañera, y la superficie de esta le hacía cosquillas en las rodillas y las espinillas. Las gotas de agua de sus codos se hundían en sus muslos firmes. Su figura era como la de un cuadro. Su complexión masculina, aunque no salvaje, era mejor que la escultura exótica que una vez vio y admiró.
—¡Marianne…! Seguí leyendo “Prometida peligrosa – Capítulo 93”