Contuve la respiración; tenía que pasar desapercibida de ahora en adelante. Si alguien me encontraba, mi plan fracasaría. Ante ello, mi corazón estaba latiendo con fuerza en mi pecho.
Estaba escondida en uno de los pasillos del palacio real. Acababa de escapar de mi habitación y estaba en camino a mi destino. Si permitía que alguien se encontrara conmigo, sin duda me llevarían de regreso; debo tener mucho cuidado. Seguí leyendo “La revolución mágica de la princesa reencarnada – Prólogo (1)”